Información básica: reseña de “Flowesía”, cuarto álbum de
estudio en solitario de Shotta publicado por BoaCo en 2014. Compuesto por 19
cortes producidos por Baghira, Niggaswing o su habitual DJ Rule, cuenta con
colaboraciones de Nach, Duo Kie, El Niño Snake, Mala Rodríguez, Suite Soprano o
Morodo, entre otros. Hasta la fecha se han lanzado videoclips de los temas
“Felicidad”, “Sincero”, “Flowesía”, “One Love”, “Hardcore” e “Hipocresía”.
Crítica: “Yo no estoy aquí por mí: soy el hermano del Tote”.
La mayoría de los raperos hablan del rap como si fuese un juego. “El juego del
rap”. Si fuese realmente así, Shotta sería uno de los que siempre ganan. El año
pasado, en 2014, el sevillano cumplía treinta años biológicos y diez desde el
lanzamiento de su primer álbum, “La Selva”, que en su día fue una referencia
obligada para todos aquellos chavales que querían iniciarse como MCs dentro del
estilo más salvaje del hip hop pero que, personalmente, no me decía mucho más
que el hecho de ser una provocación un tanto barata. Lejos de ser como otros
artistas que se han apoltronado en su momento de máximo esplendor, Shotta ha
evolucionado mucho a lo largo de esta década, y ya señalamos en la reseña de
“Héroe” (LP que publicó en 2012 junto a su hermano), que “Voy a…” era una de
las mejores canciones jamás escritas en lengua española, lo que denota una
perfección tanto en flow como en lírica y mensaje muy por encima del resto de
sus congéneres. Pero en otro corte del mencionado “Héroe”, el pequeño de los
Alcántara se hacía eco de la opinión de los fans, que criticaron esa madurez en
sus letras y preferían “al Shotta que chillaba”. Y como puede que haya cumplido
años… pero no es gilipollas, en “Flowesía” hay un equilibrio bastante
intencionado entre los dos estilos, aprovechando de paso que siempre se ha
sentido más cómodo como partenaire que como actor principal para rodearse de lo
más granado de la industria, tanto de la “vieja” como de la “nueva escuela”.
Entre estas “colabos” podríamos destacar las de Nach (por ser una de las más
flojas; a pesar de que el alicantino es uno de mis preferidos, cuando se pone
en plan “chungo” siempre le encuentro forzado) o Duo Kie (a pesar de ser otros
“pesos pesados”, nunca han sido santo de mi devoción, aunque tengo que
reconocer que en esta ocasión tienen su gracia), pero sin duda es “One Love”,
con la Mala Rodríguez, la que se destapa como la gran canción del disco. Un
single redondo que si fuese de Eminem y Rihanna estaría sonando en las radios
de todo el país, pero como son quienes son… pues eso. Shotta demuestra que
ponerse romántico no es sinónimo de “cursi” y la Mala hace lo propio con su
clásica elegancia y un estribillo sexy, que podría considerarse como “corto”
(teniendo en cuenta que ella también podría haberse rapeado una estrofa) pero
que sencillamente le aporta al temna lo que necesita. La misma emoción
despierta “Sincero”, donde el rapero habla sobre su paternidad sobre una
conocida base de piano. Pero como digo, tranquilos, porque el Shotta
irreverente también tiene aquí bastante presencia. “Yo soy un hombre, hace
tiempo que murió el chiquillo”, dice en “Aquí mando yo”; y puede que sea
cierto, pero a ese hombre también le gusta hacer travesuras: “Yo mataría a Juan
Magan a pedradas y luego me iría a cenar”, dice en “Magia”, mientras que en
“Hipocresía” suelta: “Mi perro está educado, no tiene rabia… no es un policía
nacional”. Temáticamente, el trabajo tiene bastante de crítica social (en
“Hijos de puta”, por ejemplo), junto a algunos de sus hobbys (en “El luchador”
aprovecha su afición a las artes marciales mixtas para hacer una alegoría con
su profesión), mientras que “El fuertecito” es esa canción graciosa que muchos
criticaran y seguramente quedará desfasada dentro de unos años (o eso
esperemos), pero a mí me parece de las más divertidas. Sin embargo, sería un
error quedarse con estos aspectos y pensar que “Flowesía” es un paso atrás en
la trayectoria de Shotta, pues esa evolución de la que hablábamos al principio
impregna el conjunto global del álbum y queda patente en temas tan brillantes
como “Superación”, donde confiesa: “La vida duele y arde, cuando dice tu padre:
“Si mañana muero, cuida de tu madre””. Puede que siga habiendo alguien que
prefiera a ese Shotta que “chillaba” (igual que hay quienes se quedan con el
Eminem que enseñaba el culo y alentaba a consumir drogas), pero Shotta sabe muy
bien cuál es el camino y, si lo sigue, será definitivamente digno de ver… y de
escuchar.
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