“Houston, tenemos un problema”. Algo así deben estar
pensando tanto en Mediaset como en Zeppelin Televisión, ahora que ven cómo,
entrega tras entrega, tanto en las galas como en los “Debates” y demás, mengua
día a día la audiencia de “GH VIP 5·, programa estrella de Telecinco y su
formato más exitoso desde hace casi dos décadas. Una caída alarmante de
popularidad y seguimiento que ya comenzó en la pasada edición de los anónimos (“GH
17”), y que por lo pronto ha llevado a la cadena a sustituir, al menos esta
semana, el espacio de “Límite 48 horas”, programado para este martes por la
noche, por la segunda gala de la nueva edición de “Got Talent”. Además, los
responsables estarían valorando la posibilidad de incluir a una nueva concursante,
Aída Nízar, tal y como se desprende de la encuesta que la propia Telecinco está
efectuando en su web para que los visitantes determinen si ha llegado el
momento de “perdonar” a la controvertida colaboradora. Y muy desesperados deben
de estar en Mediaset para tomar esta resolución, ya que la otrora concursante
de “GH 6” y posterior “Supervivientes” (en la edición que ganó Rosa Benito)
llevaba alejada de sus pantallas desde hace 5 años, y más concretamente desde
que demandó al grupo audiovisual por unas informaciones vertidas en el programa
“Enemigos íntimos”, que supuso un gravante para las arcas del ente privado de
más de cincuenta mil euros.
En fin, por todo ello, he creído conveniente aparcar por un
día lo concerniente a la actualidad de la casa (incluyendo las declaraciones de
Alison Eckman sobre que está “enamorada” de Marco Ferri) para señalar algunos
puntos que podrían ser los responsables de este bajón de audiencia.
El cásting. No
parece que, a priori, sea éste el punto más fuerte. Al igual que en otras
ediciones, se ha seleccionado a un grupo bastante ecléctico que incluye gente
popular en el sesgo de varias generaciones. Gente televisiva, aparecida en
otros espacios como “Sálvame”, “Mujeres y Hombres y Viceversa”, etc, así como
personajes con gran cantidad de seguidores en redes sociales del estilo
Twitter, amén de otros a los que hacía tiempo que se les había perdido la pista
y que podrían suscitar el interés de los telespectadores. Sin embargo, al
margen de Toño Sanchís, que está de plena vigencia por su conflicto con la
Esteban, no ha habido más grandes “bombazos” dentro del elenco, como el de la
propia Belén o el de Rosa Benito (independientemente de su aportación final en
el reality). Como siempre, muchos nombres sonaron en la terna de posibles
inquilinos de la casa más famosa de Guadalix, pero fuera se quedaron algunos
apetecibles como Mariló Montero (según parece, una ·inocentada” de algunas
páginas web) o algún concursante de la primera edición de “Operación Triunfo”.
La expulsión de Toño
Sanchís. Como decía en el párrafo anterior, el principal reclamo de esta
edición era el famoso representante, que sin embargo se ha ido a la calle a las
primeras de cambio, tal y como todos pronosticaban. Que Zeppelin no haya tomado
medidas para evitarlo (al margen de lo ético o no de dicha acción) me parece un
error garrafal. Además, no tuvieron el cuenta el factor “cliffhanger”, que
raramente funciona con los “villanos”, pero sí en cambio con las “comedias
románticas”. Esto es: en su día, muchos vieron el VIP para acontecer al “final
feliz” de ver a la Esteban erigirse como ganadora del mismo. En cambio, saber
que “el malo” (Toño) va a morir más pronto que tarde no llama tanto la
atención. La única forma en que esto pudiese haberse revertido habría sido que
su participación en el programa hubiese sido completamente distinto a lo que
todos esperaban, pero la estancia de Sanchís se fraguó por los cauces que todos
más o menos sospechábamos.
Las subtramas. Aparte
de ese gran “bombazo” principal al que hacía referencia, un espacio multi-coral
como la edición VIP de “Gran Hermano” necesita partir, de base, con algunas
otras historias que podrían dar la sorpresa, ya que acontecimientos inesperados
(como relaciones sentimentales, enemistades o alianzas) pueden llegar cuando el
público ya haya dejado de seguir la edición. Es el caso de algunos conflictos
que ya venían “de fuera” en otras ediciones y que dieron mucho que hablar por
su continuación en un formato de telerrealidad, en otras ediciones, como la de
Olvido Hormigos y Belén hace dos años o el de Laura Matamoros y Javier Tudela
en la temporada pasada. Haber incluido a uno de los mencionados “triunfitos”
con el productor Alejandro Abad, por ejemplo, habría sido un potente foco de
atención secundario, toda vez que mantienen un contertulio público por los
derechos de “Mi música es tu voz”, pero dicha subtrama no se fraguó.
La novedad. En
cada entrega, los guionistas de “GH” se esfuerzan por ofrecer algo nuevo que
pueda enganchar a quienes ya estén quemados de ver siempre lo mismo, pero en
numerosas ocasiones, sobre todo en la historia reciente, esos mismos aportes
han sido denostados por los seguidores más acérrimos. Es el caso de la edición
donde se concursaba “por parejas”, que ganó Paula, y que propició bastantes
concursantes “mueble” (que fueron despachados en las últimas semanas con dobles
expulsiones), o el famoso “Club” de la reciente versión anónima del formato. Y del
“Contra-Club” mejor ni hablamos; el “bluff” más famoso en la historia de este
popular programa. Para el “VIP 5” los responsables pensaron en incluir a un desconocido
dentro del cásting de rostros populares, fingiendo ser una celebridad
internacional. Una especie de “broma” que podría haber dado bastante juego, de
no ser porque el susodicho, Tuto Durán, es bastante soso y no se está tomando
esa oportunidad como un verdadero juego cómplice con la audiencia, sino como
una tabla de salvación que le permita, realmente, convertirse en un músico
conocido a su salida del reality, con lo que la cara que está mostrando es
demasiado “blanca” y poco jugosa para lo que un “Gran Hermano” requiere.
La entrada de Terelu.
Al margen de que te guste o no la mayor de las hijas de la Campos, la
irrupción de la colaboradora de “Sálvame” es de esas cosas que prometían más de
lo que fueron. Su estancia durante una semana podría haber removido los
cimientos de la casa, de no ser porque no aportó nada nuevo a lo que ya había,
sino que por el contrario vino a sumarse al vapuleo a Toño Sanchís, haciéndolo
además a sus espaldas. Los responsables del programa podrían haber exigido algo
más de este alojamiento VIP dentro del propio VIP (por ejemplo, poniéndole a
Sanchís los vídeos de Terelu en el confesionario, tal y como se ha hecho en
otras ocasiones), pero parece que la intención de Zeppelin era hacerle la
estancia a la susodicha lo más confortable que se pudiese, seguramente con la
intención de que ésta reconsiderase su postura de cara a concursar en alguna
futura edición.
Los orígenes del “Debate”.
Por último, y para no hacer muy largo este artículo, reseñar que Sandra
Barneda, en la presentación del “DBT”, aseguró que iba a tener una vuelta a los
orígenes del mismo, amén de alguna que otra novedad interesante. Esto, a la
postre, no ha sido así. Si no recuerdo mal, los orígenes del susodicho “spin-off”
de las galas eran un espacio deominical casi de madrugada, como complemento de
alguna serie de éxito (la “Aída” de Carmen Machi, Paco León y cía) y con un
núcleo de cuatro o cinco colaboradores fijos alrededor de un presentador. La idea
de convertirlo en un espacio de “prime time” llevó, lógicamente, a ampliar no
sólo su duración, sino también el número de contertulios y pequeñas secciones
interactivas con el espectador para poder cubrir las tres horazas de lo que no
deja de ser un “recoge-vídeos” del “24 horas”. Ese es, en esencia, su principal
defecto. “El debate” no tiene ninguna identidad propia, y erróneamente en sus
últimas ediciones se ha convertido en una especie de “Sálvame” venido a menos,
con colaboradores y familiares de concursantes que se pelean entre sí, en
muchos casos por cuestiones que no tienen nada que ver con “Gran Hermano”. Además,
la existencia de otros espacios como “El programa de Ana Rosa”, “Sálvame” o el
resumen diario del reality, hacen prescindible su visionado, toda vez que casi
nunca tiene incidencia sobre lo que pasa en Guadalix; no hay expulsiones, ni
nominaciones ni nada realmente relevante (salvo honrosas excepciones).
En fin, que todo esto acaba pasando factura al reality más
longevo y querido de nuestro país, sobre todo con la sobreexplotación que
Telecinco está haciendo del mismo en las últimas ediciones, tal y como señalé
en blogs pasados. Espero que todo esto no acabe suscitando una posible
cancelación de este “VIP 5”, algo que sin duda sería histórico y a la par
catastrófico para esta producción de Zeppelin y Mediaset. Mañana en Orgullo Fan…
más y mejor.
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