El sopor sigue inundando la casa de “Gran Hermano”. Lo único
divertido en estos últimos días, de hecho, ha sido pensar en el careto que se
les va a quedar a todos cuando esta noche entre Aída Nízar (quien, en principio
y por lo que ella misma ha dicho en un vídeo en sus redes sociales, entra para
ser concursante de pleno derecho). No sólo la entrada de nueva “competencia” le
va a sentar como un tiro a más de uno, sino que lógicamente van a comprender
que algo no va bien con la edición, pues a esto se le suma la retirada este
martes del “Límite 48 horas”. No hace falta ser muy listo para sumar 2 y 2,
pero si alguno de los concursantes actuales es algo cortito (véase Aless
Gibaja) no os preocupéis que la “elegida de Dios” seguro que les deja caer algo
para que espabilen de una maldita vez.
Tal y como señalé en algunos artículos anteriores, creo que
la elección de cásting de este VIP ha sido, en líneas generales, buenoa El único
problema es que se han congregado varios personajes que quieren ganar el famoso
maletín o, cuanto menos, permanecer el mayor tiempo posible dentro de la casa,
con lo que están midiendo muy mucho sus pasos para no tener ningún descuido que
pueda acabar con ellos antes de tiempo. Es el caso, por ejemplo (y siento
volver a mencionarle, de verdad que no es nada personal) de Gibaja. Me cuesta
mucho creer que la cara que ofrece a la audiencia sea su verdadero yo, sobre
todo porque a la primera que puede aprovecha para meter un poco de veneno. “Veneno
Pink”, que diría él, pero veneno a fin de cuentas. El hecho de haberse
integrado dentro del grupo mayoritario y no haber salido nominado hasta la
fecha han hecho que pueda seguir con la pose durante estas tres semanas. Por ello,
pido urgentemente su nominación, para ver cómo reacciona y descubrir si
realmente es todo “siempre smile”. Me da igual que sea una nominación
disciplinaria, o de los compañeros o del público. Pero que le nominen. Vale,
vale… al final admito que sí tengo un poco de inquina personal contra él. Vamos,
que no lo soporto.
Pero para que salga nominado, lógicamente, antes deberá
salir el expulsado de esta semana. Ya expresé ayer mi deseo de que no sea
Alonso el elegido, así que me voy a “mojar” y diré mi candidato para dormir
esta noche en su casa (o en el hotel que la organización tenga a bien
reservarle). Emma Ozores es cierto que no ha hecho nada en estos días de
concurso. Es cierto que cuando habla resulta graciosa, pero esto (lo de hablar)
lo hace poco a menudo. Bueno… lo de hablar, con otros quiero decir, porque se
monta unos soliloquios entre susurros que ríete tú de “Cinco horas con Mario”. A
pesar de esto, para mí ha sido una gran decepción a estas alturas, pues
esperaba mucho más de ella, sobre todo después de la triunfal entrada que tuvo
con sus repetidos “Adiós, buenas noches”. Empero, todas las encuestas señalan
que es el porcentaje menos votado, algo que justifico por el hecho de tener un
perfil simpático que puede enternecer a la audiencia. Veremos lo que dura.
Con esto, qué duda cabe que mi voto va para Tuto Durán. Fue el
mismo que pedí la semana pasada, cuando intenté sin éxito obrar el milagro de
la permanencia de Toño Sanchís. En aquel momento, dije que lo mejor del canario
lo habíamos visto ya. No me equivocaba. Tuto es otro de esos caracteres que no
ha terminado de “explotar” durante su estancia, y no me refiero únicamente a
alguna bronca o algo así. El chico se ve que tiene genio, pero ya ha quedado
claro que no lo va a sacar mientras permanezca en Guadalix, máxime cuando todos
los planetas se están alineando para cumplir su sueño de convertirse en
cantante. De momento, el programa ya le llamó al confesionario para que
escuchase su single producido (que le causó la misma emoción que saber a cuánto
se cotiza actualmente el euro en Wall Street; es decir… nada), y ha compuesto
junto a Alejandro el tema principal de este VIP, que también se va a
comercializar. Además, y aunque sea de Perogrullo, el simple hecho de haber
entrado en el cásting ya le ha servido como escaparate para todos aquellos que
no le conocíamos (que era toda España menos en su casa). Por todo ello, y
puesto que también está casado y con un hijo (esto es, que tampoco va a darnos
ninguna trama sentimental u “edredoning” en su defecto), lo mejor que podemos
hacer es expulsarle esta noche. Tuto debe salir para grabar el videoclip de su
single, hacer bolos, firmar contratos con discográficas y demás. Lo digo en
serio: aunque os duela, es por su bien. Dejándole dentro le vais a privar de
que se gane la vida dignamente con su trabajo.
El daño colateral será que Abad se queda teóricamente “solo”,
aunque esta puede ser la oportunidad que Caparrós espera para unirse al
compositor definitivamente y hacer bloque común contra el resto. Sería interesante
de ver. Por otro lado, siempre está la opción de que la organización meta
también a Juan Camus (quien, de hecho, ya ha dicho que tiene una oferta para
ello, en su Twitter), el “triunfito” que más a criticado a Abad por los
derechos de autor y a quien Alejandro siempre menciona para hacer burla y
chanza a su costa, llamándole “Juan Camas”. Recordemos, además, que Camus
participó en una edición del VIP y, si no me equivoco, estuvo a punto de
ganarlo, así que ya esta acostumbrado al formato y lo que esto implica.
En fin… en unas hora saldremos de dudas. De verdad que
lamento estar centrando toda la atención de mis blogs en menos de la mitad de
los concursantes pero es que del resto no sé qué comentar. Lo más que hacen es
perfilarse la barba y mantener conversaciones en el jacuzzi de niños de trece
años. Os parecerá mentira, pero ayer fue la primera vez que me fijé en los enormes
pechos de la Lamborgini. Vaya tetas, sí señor. Y no es que antes no fuesen
evidentes, pero es que hasta la fecha había mirado a esa chica como si fuese
una “Punky Brewster” (cuando la susodicha “Punky” era niña, obviamente), así
que mirarla con otros ojos me parecía indecente.
Bueno, no me enrollo más. Mañana, en Orgullo Fan… más y
mejor. Porque peor, sinceramente, es imposible (sigh).
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