Empezaré diciendo que, para mi sorpresa, Telecinco recupera
esta noche el “Límite 48 horas”, y ayer tuvimos un “última Hora”, lo que sumado
a las galas de los jueves y el “Debate” del domingo suponen para el espectador
alrededor de unas 10 horas de “reality” a la semana (dejando aparte, por
supuesto, las tertulias y comentarios que hacen en otros programas de la cadena
como “Sálvame”, “El programa de Ana Rosa”, “Deluxe” y etc). Creía que habían
aprendido la lección con anteriores ediciones de “Supervivientes” o “Gran
Hermano”, que habían disminuido sensiblemente de audiencia por culpa de la
sobre-explotación del formato. Pero en fin… A esto se le llama “estrujar la
gallina de los huevos de oro” y los demás son tonterías, como se suele decir.
Demasiado en cualquier caso.
Pero vayamos con lo importante. Esta semana están nominados
Toño Sanchís, Tuto Durán y Eletta Lamborgini y, en distintos ruedos de
comentaristas, he escuchado cierto clamor por que sea el representante el que
abandone el jueves la casa de Guadalix… y si es por un porcentaje histórico,
mejor que mejor. Y mi pregunta es: “¿A qué estamos jugando?”. Vaya por delante
que en lo que respecta a su conflicto legal, yo estoy más de parte de la
Esteban. Conozco el mundillo y sé que hay muchos representantes (demasiados, en
realidad), que hacen sus propios “chanchullos” con el caché de sus clientes. No
digo que directamente se lo queden, pero sí que lo “reutilizan” para potenciar
a otros representados con menos interés o etc. En fin… no es éste el lugar para
hablar del tema. Lo que me interesa es que no entiendo el por qué de esta
animadversión, como si de repente ahora “todos fuésemos la Esteban” y
tuviésemos que hacer justicia mediática con la expulsión de Toño. ¿Qué
ganaríamos con eso? Nada. Es más: perderíamos bastante.
No dudo que, al igual que ha ocurrido en otros “realities”,
la baja de un peso pesado como pueda serlo Toño de lugar a que se produzcan
nuevos focos de atención que, hasta el momento, parecen solapados por todo lo que
éste genera a su paso. Pero, a día de hoy, la quinta edición de “GH VIP”
depende y, en esencia, es Toño Sanchís. No sólo es que la mayoría de los vídeos
le tienen como protagonista, sino que los más interesantes surjen de su actitud
y posicionamiento de la casa. Ateniéndonos a lo que llevamos de concurso, y con
lo que hemos visto en los distintos programas que señalaba en el primer párrafo…
¿qué ha hecho Sanchís para que merezca la expulsión? Pues más bien poco. Centrarse
en sus “Panchos” y alejarse un tanto del resto de participantes pueden ser un
buen motivo para que éstos le nominaran en masa, pero no olvidemos que desde el
minuto uno le endilgaron la etiqueta de “malo oficial” de esta edición, así que
“lo comido por lo servido”, podríamos decir.
Supongo que los defensores de Tuto o Eletta podrían hacerme
la misma pregunta. Es decir: “¿Qué han hecho sus defendidos para que tengan que
abandonar el programa?”. Y la respuesta es la misma: nada. Es demasiado pronto
para que hayamos visto “acuchillamientos” o comportamientos que realmente deban
ser sancionados por el televidente. Así pues, hay que recurrir a motivos más
prosaicos para determinar quién debe salir este jueves. Prosaicos… pero quizás
el más importante de todos: lo que nos aporta su presencia a nivel de
entretenimiento.
Eletta Lamborgini, a la que no conocía de nada antes del VIP
(y, en los primeros compases, me pareció como un remedo de otras concursantes
ya vistas, sin nada nuevo que aportar), me ha sorprendido por su carácter
alegre y un tanto infantil y, por supuesto, a día de hoy es el principal
interés amoroso para el resto de solteros de la casa (los pocos que hay, todo
hay que decirlo), lo que incluye, no sólo al típico “buenorro” de turno… sino
también a Daniela Blume (lo siento, me niego a llamarla Alejandra), en lo que
podría ser la primera relación lésbica del programa (lo de Raquel y Noemí, al
igual que el resto de “movies” que hayan pasado FUERA de Guadalix, no cuentan).
No es que su pérdida me supiera tan mal como la de Toño, pero creo que también
es imprescindible a estas alturas.
Es por ello que mi voto es para el “anónimo” Tuto Durán, y
apuesto porque “los Panchos” pasen a ser un dúo. No sólo por descarte, sino
porque honestamente, lo que hemos visto hasta la fecha del supuesto ídolo de
masas musical dan más sopor que las dos horas de Terelu y su madre cenando que
nos tuvimos que tragar (y nunca mejor dicho) el domingo. La broma con la que entró
en el VIP me parece, en efecto, un chiste que, para diez minutos, tuvo su
gracia. Pero pasar de ahí… sería una broma pesada. El interés que suscitó su
acercamiento a Toño y Alejandro Abad, posicionándose como un bloque cerrado
frente al grupo mayoritario de la casa, se desvaneció (y en mi opinión, le
sentenció) en cuanto se desmarcó de sus dos confidentes a la hora de las
nominaciones. Si tan siquiera esa oposición a “pactar” se hubiese traducido en
un enfrentamiento directo contra el representante y Abad, al menos habríamos
tenido la primera gran bronca de esta edición, pero al hacerlo tan
subrepticiamente y por la espalda le dejaron marcado (insisto: en mi opinión) y
no puedo estar más de acuerdo con Kiko Matamoros cuando señaló que “Roma no paga
traidores”.
Sé que hay muchas más cosas que comentar sobre lo que están
dando de sí estos primeros días, pero me parecía importante comenzar por
señalar lo evidente, toda vez que los porcentajes emitidos de ayer daban una
ventaja casi definitiva de uno de los nominados (más de un 70 por ciento) y
creo que si los “espartoños” no se ponen las pilas de aquí al jueves, estaremos
ante un craso error similar al que ocurrió en la edición de los anónimos con la
expulsión de Adara y del que difícilmente podríamos levantarnos habida cuenta que
la edición acaba de echar a rodar.
Mañana, en Orgullo Fan… más y mejor.
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