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sábado, 11 de febrero de 2017

ACTION COMICS: Last Son (2008)


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Información editorial: reseña de la saga “Last Son”, publicado entre los números de “Action Comics” 844 a 846, 851 y “Action Comics Annual 11”, entre diciembre de 2006 y julio de 2008, en USA, por parte de DC Comics. Obra de Geoff Johns, Richard Donner (guión) y Adam Kubert (dibujo). En España, Planeta de Agostini lo publicó serializado en el primer volumen de su cabecera “Superman”, que también abarcaba en ese momento la etapa de Kurt Busiek y Carlos Pacheco en “Superman”.

Sinopsis: un meteorito llega a la Tierra y cuando Superman acude a controlarlo, se da cuenta de que es en realidad una nave espacial que lleva en su interior a un niño de corta edad. Toda vez que el gobierno decide quedarse con la custodia, Superman se rebela y habla con Lois para adoptarlo, puesto que es un superviviente de Krypton, al igual que él mismo. El chico, pues, pasa a ser adoptado por Clark Kent y Lois Lane y recibe el nombre de Christopher Kent. Pero pronto, la llegada del muchacho conlleva también la visita de los criminales encerrados en la Zona Fantasma: el general Zod, Ursa y Non. Los dos primeros, son en realidad los hijos del pequeño, cuyo verdadero nombre es Lor-Zod.

SPOILER: ante la llegada de todos los criminales que habían permanecido en la Zona Fantasma y, que al proceder de Krypton, tienen poderes similares a los suyos, Superman no tiene más remedio que pedir ayuda a Lex Luthor, quien ha formado un nuevo “Superman Revenge Squad” integrado por Bizarro, Metallo, Parásito y el propio Luthor. La balanza se inclina durante la batalla gracias también en parte a que Lor-El se rebela contra sus propios padres, y Luthor consigue crear un vórtice que lleva de nuevo consigo a todos los criminales a la Zona Fantasma. Superman intenta retener a Lor-Zod(Chris Kent, pero el niño crée que será el único capaz de sellar el vórtice, así que se sacrifica por el bien de la Tierra. Más tarde, Superman acude a la Fortaleza de la Soledad para preguntar a la conciencia de su padre, Jor-El, y éste le dice que el ADN de un kryptoniano y el de una humana son incompatibles, por lo que nunca podrán tener un hijo.

Crítica: hay muchos alicientes para reseñar esta saga que, por otro lado, y es justo reconocerlo, habría pasado con más pena que gloria si no fuese por esos mismos “valores añadidos”. El primero es el guión a cuatro manos entre Geoff Johns (actualmente, el editor en jefe de DC, un seguro de vida a la hora de realizar grandes acontecimientos con personajes clásicos) junto a Richard Donner, nada menos que el director de la mítica “Superman: The Movie”, de 1978, artífice en gran medida de su secuela. Por otro lado, tenemos a Adam Kubert en el dibujo, leyenda viva del noveno arte, quien junto a su hermano, por aquellas fechas y tras toda una vida trabajando para Marvel, se pasaron a la Distinguida Competencia para encargarse de los personajes más importantes de la misma (Adam en “Action Comics” y Andy Kubert en “Batman” junto a Grant Morrison). El resultado, pues, es un homenaje a las dos primeras entregas cinematográficas de Superman (y, sobre todo, al actor que le dio vida, el tristemente desaparecido ya por entonces Christopher Reeve, que “presta” su nombre al niño de la historia) y una secuela de “Superman Returns”, queaquel mismo año se estrenaba bajo el linchamiento popular y la dirección de Bryan Singer. Por último, era la primera vez, tras las “Crisis en Tierras Infinitas”, que el general Zod y sus compinches se establecían en la corriente regular del universo DC. La intención pues de Johns y Donner, no se sabe muy bien si era darle continuidad a lo que Singer planteaba en el film (para aquellos que se acercasen a los cómics después de ir al cine)… o darle un tirón de orejas por cuanto que la crítica mayoritaria de los fans fue el haber sido incapaz de haber presentado una amenaza digna para el Hombre de Acero. Seguramente fuesen las dos cosas. Fuera como fuese, la historia en sí quedó un tanto deslucida por el hecho de tardar más de un año en publicarse por los retrasos en el arte de Kubert, aquejado de una enfermedad, lo que suscitó quejas hacia DC por no haber sabido planificar convenientemente una saga de apenas cinco entregas que para colmo tuvo que ser finalizada en un Annual.

Resumiendo: unos Johns y Kubert con el piloto automático son mucho mejores que cualquier otro artista en plenas facultades, pero si encima le añadimos el plus de Richard Donner y ese halo de nostalgia-retro-compensatoria con la primera peli de Superman y el presentar a un personaje tan atractivo como Christopher Kent (que posteriormente sería recuperado y adoptaría la identidad de Nightwing, haciéndose amigo de, cómo no, Damien Wayne, el hijo de Batman)… son demasiados ingredientes como para no recuperar “Last Son”, máxime si podéis conseguir la edición de Planeta donde, además, por el mismo precio te incluían la cabecera de Busiek y Pacheco. Un buen momento para el kryptoniano antes de “Los Nuevos 52”.


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