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sábado, 4 de febrero de 2017

Crítica de "El niño" (2014)


Año: 2014. Director: Daniel Monzón (“El corazón del guerrero”). Intérpretes: Jesús Castro (“La isla mínima”), Luis Tosar (“También la lluvia”), Sergi López (“El laberinto del fauno”), Eduard Fernández (“El método”), Bárbara Lennie (“La piel que habito”), Jesús Carroza (“7 vírgenes”) Ian McShane (“Hércules”). Presupuesto: 7 millones de euros. Curiosidades: se trata de una historia inspirada en el caso real de Ahmed Ouazzani, uno de los mayores traficantes de costo en el Estrecho. Junto a él, la película también dibuja un trazo de Mounir Remach, otro narcotraficante que subía a YouTube vídeos de sus logros tras atravesar el Estrecho con moto acuática.

Sinopsis: Jesús y Eva son dos policías que llevan dos años detrás de un narcotraficante que opera en el estrecho y conocido simplemente como “El inglés”. Después de una redada que sale mal, Jesús es destinado de nuevo y por un tiempo a pilotar uno de los helicópteros que se dedican a patrullar el tramo de agua que separa España y Marruecos, y será allí donde se tope con “El niño”, un chaval que junto con su amigo de toda la vida sueña con hacerse rico de la forma más fácil posible.

Crítica: imagino que la apuesta le habrá salido rentable a Mediaset, ya que el film recaudó casi cinco millones de euros en sus dos primeros fines de semana. Eso sí: se lo curraron, porque hubo una temporada que era imposible encender la tele y no encontrarse con una promo de lo nuevo de Monzón por el sitio menos inesperado. Lo de incluir al debutante Castro como nuevo rostro en la segunda temporada de “El príncipe” me parece ya la guinda del pastel. Y hablo de todo esto porque, claro, cuando se levantan tantas expectativas alrededor de una película… (no sólo por su promoción, sino también por ser la siguiente película del realizador después de “Celda 211”, de nuevo con Tosar como protagonista) pues pasa lo que pasa. “El niño” empieza muy bien, con un ritmo y unas secuencias que te hacen pensar que vas a ver algo parecido a la mucho más notable “No habrá paz para los malvados”. Pero, de pronto, la línea argumental cambia de rumbo para convertirse en un trasunto de “Perros callejeros”, con un émulo de “El Torete” que habla muy despacio y cuenta una historia mucho más pequeña de la anterior. No es un problema del churrero debutante (¿me lo parece a mí, o se parece a un joven Jordi Mollá?), es sencillamente que las dos historias no ensamblan bien, y esa desconexión hace que termines por perder el interés en los dos. Además, no se le puede perdonar a Monzón el hecho de tener a Tosar, López y Fernández en un mismo reparto y no haberlos utilizado más, para crear un thriller verdaderamente negro y castizo. La aportación del internacional McShane, por el contrario, se queda más en una anécdota que otra cosa, porque su papel lo podría haber hecho cualquier guiri que paseara por Cádiz los días de rodaje.

Resumiendo: para el caso, la que aquí tenemos podría haber sido bautizada como “Corrupción en Cádiz”. Y con eso, lo digo todo. Porque a todos nos viene a la cabeza la misma imagen cuando pensamos en la serie de Don Johnson. Una imagen kitsch, cutre y demodé.

Memorable: las secuencias de persecución entre la lancha y el helicóptero, donde intuyo que se habrán ido la mayor parte del presupuesto.

Mejorable: puede que retrate una realidad, la de los “camellitos de barrio” que se creen más chungos de lo que en realidad son, pero la trama principal se parece más a un episodio de “Callejeros” que a “Ciudad de Dios”.


Parafraseando: un ejemplo, en la misma línea de diálogo, de lo mejor y lo peor del film: “¿Has ido a Marruecos en una moto de agua sólo para coger una piedra?” “¿Qué pasa? ¿Era tuya? Si tienes algún problema te la devuelvo y ya está” “Así que lo de “El niño” es por eso: te gusta jugar” “Lo que no me gusta es aburrirme”.

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