Información general:
reseña del segundo LP póstumo de Michael Jackson, lanzado en mayo de 2014 y que
contiene ocho canciones inéditas producidas por Timbaland, Rodney Jerkins,
Stargate o Dark Child, entre otros, bajo la supervisión de LA Reid, seleccionadas
entre los descartes que Jackson hizo para sus discos de estudio de entre 1987 y
2003.
Crítica: cuando
alguien se nos va, por grande que sea, se va para siempre y sólo nos queda el
recuerdo. ¿O no? Si habéis visto la “performance” de la pasada edición de los
Premios Billboard, con el holograma de Michael interpretando “Slave to the
rhythm”, habréis tenido que frotaros los ojos pensando que el Rey del Pop, en
realidad, llevaba años escondido y esperando su regreso por todo lo alto (y si
no la habéis visto, es fácil: usar YouTube). Desde luego, el propio Jacko debía
estar sonriendo desde el cielo y aplaudiendo tanto la actuación de su alter ego
como el lanzamiento de su segundo álbum póstumo con temas originales (y los que
quedan: Sony firmó un contrato con sus herederos para sacar al mercado diez
discos en siete años aunue esto, por supuesto, incluye recopilatorios). Al
contrario de lo que pasaba en el anterior, titulado simplemente “Michael” y
donde era más obvio que lo que escuchábamos eran descartes de otros álbumes, en
“Xscape” hay algunas sorpresas increíbles y suponen un buen muestrario de la
versatilidad del intérprete de “Billie Jean”. Porque, si algo era Michael
Jackson, era un vocalista tremendo que ofrecía muchos registros: el agresivo
(“Chicago”); el ñoño (“Loving You”), el creador de atmósferas (“Blue Gangsta”)
o el visionario de ritmos imposibles (“Xscape”, que es la única que se presenta
tal cual la planteó Jacko con el productor Rodney Jerkins, así que, para bien o
para mal, no ha sido “toqueteada” sin su consentimiento). Pero, sobre todo,
Michael era un artista universal, y es ahí donde brilla “Love Never Felt So
Good”, tema pegadizo hasta la médula compuesto junto a Paul Anka y que nos
devuelve al mejor Jackson, el de los ochenta, y donde la aportación de Justin
Timberlake (el “heredero” que más se le aproxima) suena perfecta y elegante.
Atemporal. No se puede decir lo mismo de la mencionada “Slave..” o “Do You Know
Where Your Children Are”, que suenan artificiales y donde solo el conocido
grito “Hee-hee” marca de la casa parece real. Se antoja bastante difícil de
creer que MJ las hubiera lanzada tal y como se nos presentan aquí, sobre todo
la segunda, con esa base musical que parece sacada de una máquina recreativa. Y
sorprendente también, cuanto menos, el “leit motiv” musical que sirve de
esqueleto a “A Place With No Name”, un homenaje (¿o plagio?) de las bases de
“Leave Me Alone” o “The Way You Make Me Feel” (ambos temas incluidos en “Bad”,
su LP de 1987). Pero de lo que no cabe duda es de que, despojadas de su
artificiosa producción, las canciones de “Xscape” suenan a Michael Jackson por
los cuatro costados y te dejan con las ganas de escuchar el álbum una y otra
vez. Siempre nos quedará la duda de saber si, de haber seguido él con vida, las
hubiésemos llegado a escuchar. Pero como dije al principio… ya no está. Se ha
ido. Y “Xscape” es mucho mejor que un simple recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario