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Información general:
reseña de “¿Quién es Pantera Negra?”, arco argumental comprendido entre los
números 1 al 6 de “Black Panther”, publicado por Marvel Comics entre abril y
septiembre de 2005 y recopilado en un solo tomo 100% Marvel en octubre de 2005
por Panini Comics; un volumen de 140 páginas al precio de 10.95 euros. El
equipo creativo responsable del presente tomo estuvo formado por Reginald
Hudlin (guión), John Romita Jr (dibujo) y Klaus Janson (entintado).
Antecedentes:
desde su primera aparición en el número 56 (julio de 1966) de “Fantastic Four”,
cortesía de Stan Lee y Jack Kirby, Marvel siempre ha intentado convertirle en
su primera referencia dentro del subgénero de “superhéroes de raza negra”, bien
fuera afiliándole a Los Vengadores o en intentos de serie propia como la que
tuvo lugar en 1998 en el sello Marvel Knights, principalmente por el esfuerzo
del editor Axel Alonso. De cualquier forma, dichas iniciativas no funcionaron
del todo bien, así que pocos años después volvieron de nuevo a la carga con
esta serie regular que tenía el aliciente de tener como guionista al cineasta
Reginald Hudlin (“House Party”, “Colgado de Sara”), en una “vuelta a los
orígenes” que esperaban fuese la referencia en una futura adaptación
cinematográfica. Durante muchos años, Wesley Snipes (“Blade”) luchó para
levantar el proyecto, finalmente, ha sido la propia Marvel Studios la que ha
cogido las riendas, fijando el estreno del film basado en el personaje el 6 de
julio de 2018, con Chadwick Boseman en el papel principal y Andy Serkis en el
de su archienemigo Klaw.
Argumento: la
nación independiente de Wakanda es un paraíso en el corazón de África,
creciendo tanto económica como tecnológicamente gracias al preciado mineral
vibranium que extraen del subsuelo y protegidos por el manto de Pantera Negra,
en un legado tribal que se extiende desde hace generaciones. Ahora, esa leyenda
tiene el rostro de T´Challa, el heredero al trono tras haber derrotado a su tío
como sucesor del mismo, quien deberá hacer frente al ataque de Klaw (quien hace
años asesinó a su padre) y su grupo de mercenarios superpoderosos compuesto por
Rino, el Hombre Radioactivo, Batroc, el Caballero Negro y el vampírico psíquico
conocido como el Caníbal, quienes se aprovechan de la pasividad tanto de la ONU
como de los Estados Unidos, quienes prefieren hacer la vista gorda y repartirse
después las tajadas del pastel, en caso de que los planes de los villanos
tengan éxito.
Crítica: a medio
camino entre lo que había hecho Paul Jenkins con “Inhumanos” y los cómics de
“Astérix y Obélix”, Hudlin narra las desventuras de estos “irreductibles
africanos” como una especie de “Black Panther Begins”, plenamente consciente de
cuál es el objetivo de Marvel a lahora de encargarle la colección, lo que añade
cierto toque de madurez al título, pero sabiamente dosificado y mezclado entre
toques de humor y carga política, pero siempre con el foco en la acción. El
resultado final es un tratamiento apto para todos los públicos, especialmente
para quienes se acerquen al personaje por primera vez, aunque redunda en el
manido recurso de hacer que el villano de la historia sea en parte responsable
del origen del héroe al haber provocado la muerte de su progenitor, un error
que ya desde el “Batman” de Tim Burton se vio como poco prudente si lo que se
quiere es tener una franquicia de largo recorrido. Un detalle no obstante
menor, ya que el tomo es un buen punto de partida, y marcó el inicio de un
loable intento de Marvel Comics por poner a Black Panther en primera línea de
salida de sus personajes, con un romance con Ororo Munroe(Tormenta, incluido, y
siendo posteriormente el sucesor de Matt Murdock como guardián de la Cocina del
Infierno tras los acontecimientos de “Shadowland”. Cierto es que los lectores
más veteranos estamos un poco cansados de que cíclicamente se utilicen los
relanzamientos de cabeceras con equipos creativos potentes para contarnos lo de
siempre con la intención de atraer a nuevos lectores (intentos que, por otro
lado, no siempre se consiguen y somos “los de siempre” los que volvemos a
comernos las historias) pero también es de recibo señalar que el caso de
Pantera Negra no es tan sangrante como pueda serlo el de Spiderman, por lo que
este nuevo acercamiento resulta incluso refrescante. Ojo a la aparición de
Condeleezza Rice, por aquel entonces secretaria de estado durante el mandato de
George W. Bush, con un curioso paralelismo entre los intereses de USA en
Afganistán y en Wakanda, que sin duda harían salir ampollas a más de uno. El enfoque,
no obstante, ayuda a tejer un universo propio alrededor del personaje
protagonista, mostrando otros habitantes de la nación africana, algunos de los
cuales no tenían por qué estar de acuerdo con la política de su soberano. Hasta
la fecha, todo lo que sabíamos de Wakanda es que era el hogar de Pantera Negra
y punto.
Dibujo: por
supuesto, no podemos despedir la crítica sin ponderar como es debido el arte de
John Romita Jr., leyenda viva de la Casa de las Ideas, que desde los mutantes
al Trepamuros pasando por Iron Man, Daredevil, Thor, Hulk o Lobezno le han
visto consagrarse como uno de los mejores dibujantes de esto que se ha dado en
conocer como “noveno arte”; y aunque en esta ocasión no podamos decir que nos
encontremos ante el trabajo de su vida, sí que podemos quitarnos el sombrero de
nuevo ante su profesionalidad, y subrayar lo bien que le encajan las tintas de
Klaus Janson, posiblemente quien mejor sabe entender sus dibujos y resaltarlos
como es debido, con un retrato del Rino sencillamente colosal y unos paisajes
africanos crepusculares que se convierten en un personaje más de la narración.
Ya sólo por el dibujo, si hay una historia de Pantera Negra que debes tener en
tu estantería… es esta.
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