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lunes, 27 de marzo de 2017

BATMAN: Yo soy Gotham (2016)


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Información editorial: reseña de “Yo soy Gotham”, primer arco argumental del volumen 3 de la cabecera de “Batman”, publicado entre los números 1 al 5 USA, entre junio y septiembre de 2016, por DC Comics, si bien incluimos también la valoración del one shot “Batman: Rebirth” y el epílogo de la saga publicado en el número 6 USA. Todo ello obra de Tom King y Scott Snyder (guiones) y David Finch, Mikel Janin e Ivan Reis (dibujos), publicados en España por ECC Ediciones entre diciembre de 2016 y marzo de 2017, dentro de los números 56 al 59 de la cabecera dedicada al Hombre Murciélago.


Antecedentes: DC Comics decidió partir de cero con toda su línea de superhéroes tras el evento “Flashpoint”(ver crítica) y empezar de nuevo a contar el “background” de sus personajes bajo el epígrafe de “The New 52”. En mayo de 2016, no obstante, los editores en jefe Dan DiDio y Jim Lee ponían punto y final a esta etapa lanzando el nuevo evento “Rebirth” (“Renacimiento”, en España), que no obstante respetaba lo acontecido en los cuatro últimos años, pero también traía de vuelta elementos previos al “reseteo”. Y, sobre todo, recuperaba la numeración original de las cabeceras de “Action Comics” (957) y “Detective Comics” (934), que estaban próximas a un número redondo, como se ve. Básicamente pues, “Rebirth” fue una campaña publicitaria que recortaba los títulos de la editorial para centrarse en los más vendidos, los cuales a su vez empezarían a entregarse con cadencia quincenal, al tiempo que emitía un dato bastante relevante acerca de “Flashpoint”, diciendo que Barry Allen no fue el responsable de alterar la línea temporal, sino el Doctor Manhattan de “Watchmen”, por un motivo aún desconocido.


Argumento: Bruce Wayne sigue vigilando Gotham como el Caballero Oscuro que es, ayudado desde la “batcueva” por su siempre fiel mayordomo Alfred y su nuevo joven pupilo, Duke Thomas, a quien de momento se niega en convertir en un “Robin al uso” tras la muerte de sus padres a manos del Joker, pero que cuanto menos le permite le ayude en sus misiones asistiéndole remotamente. Sin embargo, pronto va a descubrir que no es la única mano amiga que le van a tender en su lucha contra el crimen, pues ante él hacen acto de presencia los hermanos Henry y Claire Clover, quienes se apodan a sí mismos como “Gotham” (sí, como la ciudad) y “Gotham Girl”, y que… ¡tienen los mismos poderes que Superman!


SPOILER: Si bien ambos hermanos tienen mucho poder, también es cierto que adolecen de la experiencia necesaria para hacer frente a Solomon Grundy y otro tipo de monstruos que vuelven a hacer acto de presencia en la ciudad, motivo por el que piden ayuda a Batman para que les guíe en su cruzada, y éste accede encantado de tener un poco más de músculo para vencer a su galería de villanos. No obstante, todo cambia cuando Hugo Strange y el el Psico-Pirata, aprovechando una oportunidad que Amanda Waller les había dado para intentar controlar mentalmente a los meta-humanos más peligrosos, llevan a Henry y Claire a enfrentarse con sus miedos más atroces, acercándoles a la locura. Sobre todo a Henry, que se revuelve contra Batman y los ciudadanos inocentes de Gotham, si bien la llegada de la Liga de la Justicia consigue retenerle durante unos instantes. Finalmente, la intercesión de su hermana revela a los héroes que tanto ella como Henry “compraron” sus psuper poderes, al coste de que cuanto más los usaran, más tiempo de vida les quitaría. Los dos pensaban, no obstante, que esto les permitiría acabar con la delincuencia en su ciudad natal, pero se equivocaban. Y tanto es así que, en medio de la batalla, Henry lleva al límite su capacidad y su tiempo vital expira, muriendo entre las manos de su hermana. La muerte del chico se siente como una losa sobre Batman, al creerse responsable por su incapacidad de haber impuesto la paz y el orden en Gotham.



Crítica: se ha repetido muchas veces (si bien últimamente no tanto ya que ha todo se acostumbra uno, e incluso debe haber lectores que piensen que siempre fue así), pero me cuesta todavía entender el “tempo narrativo” que impera hoy día en esto del arte secuencial, estirando en media docena de números lo que antiguamente se hubiese contado sólo en uno. Es cierto que esto permite la mayor profundidad y caracterización de los personajes, amén de que maximiza la espectacularidad innata del género donde se engloba este título, pero lo mejor y lo peor de este nuevo estilo queda patente en el primer número. Un número donde, en esencia, lo único que acontece es que Batman intenta detener un avión comercial que, si nno lo remedia, chocará contra algunos edificios de Gotham y matará a cientos de pobres inocentes. Todo ello, con el esfuerzo patente tanto de escritor como de guionista para recalcar el dramatismo inherente a la acción heroica, pero que a estas alturas parece innecesario, toda vez que sabemos que “el bueno siempre gana” y que además termina convirtiendo en inútil a nuestro Cruzado Enmascarado, pues en la última página aparecen los dos hermanos que se convierten en auténticos protagonistas del arco argumental. Un “cliffhanger”, eso sí, bastante interesante (si has llegado al tebeo sin saber  absolutamente nada de él, algo casi imposible hoy en día) y que justifica todo lo anterior, pues el lector constata la dimensión real de los recién llegados al solucionar sin despeinarse lo que a Batman había estado a punto de costarle la vida. Pero insisto: la secuencia total no habría ocupado más de dos páginas en los “buenos viejos tiempos” y la ilusión de intentar hacer creer al lector que el Hombre Murciélago, después de haber hecho frente a uno y mil peligros… va a sucumbir ante un “tonto” accidente aéreo… es casi como tomarnos por idiotas. Pero en fin, todo esto es hilar muy fino y simple paja para todo lo que ofrece “Yo soy Gotham”. Y, sin embargo, ejemplifica muy bien los errores y aciertos de todo el arco, que denotan a un Tom King muy experto en el manejo de su oficio, pero aún muy verde en tomarle el pulso al icono que conduce. Ya no está escribiendo sobre “Grayson” o cualquier otro sosías. Estamos hablando del tipo que tiene el murciélago en el pecho. Hacer que, de buenas a primeras, Batman claudique ante la perspectiva de tener a dos supertipos actuando en su “coto privado de caza”, es una artimaña muy efectiva para crear empatía con el lector de manera que éste llegue a sufrir cuando las tornas se den de vuelta y lleguemos al fatídico desenlace… pero no es un proceder muy típico del auténtico protagonista del cómic, quien siempre ha sido bastante receloso de los recién llegados, máxime si tienen la fuerza para arrancarle la cabeza de un guantazo. Sin embargo, el tratamiento de los secundarios está bien logrado, losdistintos actos de la historia solucionados de manera solvente (presentación, nudo y desenlace), dejándonos lo que bien podría ser una película en pantalla grande del “Bats”… y sobre todo sirve para presentar a un personaje que se queda al final de la aventura, “Gotham Girl”, y que puede ser interesante en el futuro, al tiempo que el escritor y los lectores que se acerquen de nuevas (por lo del número 1 en la portada) vayan tomándole el pulso a la “bat-familia”. Pero espero que la colección vaya a bastante más en el futuro. Ah, por cierto… he incluido el one-shot “Renacimiento” y el epílogo del número 6, porque ninguno de ellos dice gran cosa en realidad. El primero presenta a un villano cuyos poderes dependen de las estaciones del año (un número bastante normalito, sin más), y el segundo muestra “el duelo” de Claire ante el fallecimiento de su hermano, que la llevan a raparse la cabeza (sí, eso es lo más destacado de la historia). No obstante, ambos sirven para ver el arte de Janin y Reis, respectivamente, que me convencen bastante más que el trazo grueso del regular en el título, David Finch, si bien es de recibo decir que parece ser consciente de sus carencias e intenta solventarlas para estar a la altura de la que debería ser una de las cabeceras insignias de la editorial. Seguiremos informando.

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