Click sobre las
imágenes para ampliar.
Información editorial:
reseña de “Yo soy Gotham”, primer arco argumental del volumen 3 de la cabecera
de “Batman”, publicado entre los números 1 al 5 USA, entre junio y septiembre
de 2016, por DC Comics, si bien incluimos también la valoración del one shot “Batman:
Rebirth” y el epílogo de la saga publicado en el número 6 USA. Todo ello obra
de Tom King y Scott Snyder (guiones) y David Finch, Mikel Janin e Ivan Reis
(dibujos), publicados en España por ECC Ediciones entre diciembre de 2016 y
marzo de 2017, dentro de los números 56 al 59 de la cabecera dedicada al Hombre
Murciélago.
Antecedentes: DC
Comics decidió partir de cero con toda su línea de superhéroes tras el evento “Flashpoint”(ver crítica) y empezar de nuevo a contar el “background” de sus personajes
bajo el epígrafe de “The New 52”. En mayo de 2016, no obstante, los editores en
jefe Dan DiDio y Jim Lee ponían punto y final a esta etapa lanzando el nuevo
evento “Rebirth” (“Renacimiento”, en España), que no obstante respetaba lo
acontecido en los cuatro últimos años, pero también traía de vuelta elementos
previos al “reseteo”. Y, sobre todo, recuperaba la numeración original de las
cabeceras de “Action Comics” (957) y “Detective Comics” (934), que estaban
próximas a un número redondo, como se ve. Básicamente pues, “Rebirth” fue una
campaña publicitaria que recortaba los títulos de la editorial para centrarse
en los más vendidos, los cuales a su vez empezarían a entregarse con cadencia
quincenal, al tiempo que emitía un dato bastante relevante acerca de “Flashpoint”,
diciendo que Barry Allen no fue el responsable de alterar la línea temporal,
sino el Doctor Manhattan de “Watchmen”, por un motivo aún desconocido.
Argumento: Bruce
Wayne sigue vigilando Gotham como el Caballero Oscuro que es, ayudado desde la “batcueva”
por su siempre fiel mayordomo Alfred y su nuevo joven pupilo, Duke Thomas, a
quien de momento se niega en convertir en un “Robin al uso” tras la muerte de
sus padres a manos del Joker, pero que cuanto menos le permite le ayude en sus
misiones asistiéndole remotamente. Sin embargo, pronto va a descubrir que no es
la única mano amiga que le van a tender en su lucha contra el crimen, pues ante
él hacen acto de presencia los hermanos Henry y Claire Clover, quienes se
apodan a sí mismos como “Gotham” (sí, como la ciudad) y “Gotham Girl”, y que…
¡tienen los mismos poderes que Superman!
SPOILER: Si bien
ambos hermanos tienen mucho poder, también es cierto que adolecen de la
experiencia necesaria para hacer frente a Solomon Grundy y otro tipo de
monstruos que vuelven a hacer acto de presencia en la ciudad, motivo por el que
piden ayuda a Batman para que les guíe en su cruzada, y éste accede encantado
de tener un poco más de músculo para vencer a su galería de villanos. No obstante,
todo cambia cuando Hugo Strange y el el Psico-Pirata, aprovechando una
oportunidad que Amanda Waller les había dado para intentar controlar mentalmente
a los meta-humanos más peligrosos, llevan a Henry y Claire a enfrentarse con
sus miedos más atroces, acercándoles a la locura. Sobre todo a Henry, que se
revuelve contra Batman y los ciudadanos inocentes de Gotham, si bien la llegada
de la Liga de la Justicia consigue retenerle durante unos instantes. Finalmente,
la intercesión de su hermana revela a los héroes que tanto ella como Henry “compraron”
sus psuper poderes, al coste de que cuanto más los usaran, más tiempo de vida
les quitaría. Los dos pensaban, no obstante, que esto les permitiría acabar con
la delincuencia en su ciudad natal, pero se equivocaban. Y tanto es así que, en
medio de la batalla, Henry lleva al límite su capacidad y su tiempo vital
expira, muriendo entre las manos de su hermana. La muerte del chico se siente
como una losa sobre Batman, al creerse responsable por su incapacidad de haber
impuesto la paz y el orden en Gotham.
Crítica: se ha
repetido muchas veces (si bien últimamente no tanto ya que ha todo se
acostumbra uno, e incluso debe haber lectores que piensen que siempre fue así),
pero me cuesta todavía entender el “tempo narrativo” que impera hoy día en esto
del arte secuencial, estirando en media docena de números lo que antiguamente
se hubiese contado sólo en uno. Es cierto que esto permite la mayor profundidad
y caracterización de los personajes, amén de que maximiza la espectacularidad
innata del género donde se engloba este título, pero lo mejor y lo peor de este
nuevo estilo queda patente en el primer número. Un número donde, en esencia, lo
único que acontece es que Batman intenta detener un avión comercial que, si nno
lo remedia, chocará contra algunos edificios de Gotham y matará a cientos de
pobres inocentes. Todo ello, con el esfuerzo patente tanto de escritor como de
guionista para recalcar el dramatismo inherente a la acción heroica, pero que a
estas alturas parece innecesario, toda vez que sabemos que “el bueno siempre
gana” y que además termina convirtiendo en inútil a nuestro Cruzado
Enmascarado, pues en la última página aparecen los dos hermanos que se
convierten en auténticos protagonistas del arco argumental. Un “cliffhanger”,
eso sí, bastante interesante (si has llegado al tebeo sin saber absolutamente nada de él, algo casi imposible
hoy en día) y que justifica todo lo anterior, pues el lector constata la
dimensión real de los recién llegados al solucionar sin despeinarse lo que a
Batman había estado a punto de costarle la vida. Pero insisto: la secuencia
total no habría ocupado más de dos páginas en los “buenos viejos tiempos” y la
ilusión de intentar hacer creer al lector que el Hombre Murciélago, después de
haber hecho frente a uno y mil peligros… va a sucumbir ante un “tonto”
accidente aéreo… es casi como tomarnos por idiotas. Pero en fin, todo esto es
hilar muy fino y simple paja para todo lo que ofrece “Yo soy Gotham”. Y, sin
embargo, ejemplifica muy bien los errores y aciertos de todo el arco, que
denotan a un Tom King muy experto en el manejo de su oficio, pero aún muy verde
en tomarle el pulso al icono que conduce. Ya no está escribiendo sobre “Grayson”
o cualquier otro sosías. Estamos hablando del tipo que tiene el murciélago en
el pecho. Hacer que, de buenas a primeras, Batman claudique ante la perspectiva
de tener a dos supertipos actuando en su “coto privado de caza”, es una
artimaña muy efectiva para crear empatía con el lector de manera que éste
llegue a sufrir cuando las tornas se den de vuelta y lleguemos al fatídico
desenlace… pero no es un proceder muy típico del auténtico protagonista del
cómic, quien siempre ha sido bastante receloso de los recién llegados, máxime
si tienen la fuerza para arrancarle la cabeza de un guantazo. Sin embargo, el
tratamiento de los secundarios está bien logrado, losdistintos actos de la
historia solucionados de manera solvente (presentación, nudo y desenlace),
dejándonos lo que bien podría ser una película en pantalla grande del “Bats”… y
sobre todo sirve para presentar a un personaje que se queda al final de la
aventura, “Gotham Girl”, y que puede ser interesante en el futuro, al tiempo
que el escritor y los lectores que se acerquen de nuevas (por lo del número 1
en la portada) vayan tomándole el pulso a la “bat-familia”. Pero espero que la
colección vaya a bastante más en el futuro. Ah, por cierto… he incluido el
one-shot “Renacimiento” y el epílogo del número 6, porque ninguno de ellos dice
gran cosa en realidad. El primero presenta a un villano cuyos poderes dependen
de las estaciones del año (un número bastante normalito, sin más), y el segundo
muestra “el duelo” de Claire ante el fallecimiento de su hermano, que la llevan
a raparse la cabeza (sí, eso es lo más destacado de la historia). No obstante,
ambos sirven para ver el arte de Janin y Reis, respectivamente, que me
convencen bastante más que el trazo grueso del regular en el título, David Finch,
si bien es de recibo decir que parece ser consciente de sus carencias e intenta
solventarlas para estar a la altura de la que debería ser una de las cabeceras
insignias de la editorial. Seguiremos informando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario