Año: 1999. Escrita y
dirigida por: Frank Darabont (“The Majestic”). Intérpretes: Tom Hanks (“Inferno”…
ver crítica), Michael Clarke Duncan (el Kingpin de la película “Daredevil”),
David Morse (“Bailar en la oscuridad”), Bonnie Hunt (“Jerry Maguire”), James
Cromwell (“Babie, el cerdito valiente”), Michael Jeter (“Parque Jurásico III”),
Doug Hutchinson (“Con Air”), Barry Pepper (“Valor de ley”), Sam Rockwell (“Moon”),
Patricia Clarkson (“El corredor del laberinto”… ver crítica), Harry Dean
Stanton (“La leyenda del indomable”), Gary Sinise (nominado al Oscar por “Forrest
Gump”). Presupuesto: 60 millones de dólares. Recaudación: 200 millones. Premios:
fue nominada, entre otros, a 4 Oscar de la Academia: Mejor Película, Mejor
Actor de Reparto (Duncan), Mejor Sonido y Mejor Guión Adaptado.
La adaptación: es
la segunda (de tres) adaptación de Darabont sobre un relato de Stephen King. La
primera fue la extraordinaria “Cadena perpetua” y la última hasta la fecha fue
la infravalorada “La niebla”, en 2007. Posteriormente, Darabont se encargó con
éxito de famosa otra adaptación, la del cómic de “The Walking Dead” para AMC,
si bien tras desarrollar la ficción y ser el productor ejecutivo de la primera
temporada, terminó su participación a mitad d ela segunda por diferencias
creativas con la cadena.
Sinopsis: en
1935, Paul Edgecomb es el jefe del “corredor de la muerte” en la penitenciaría
de “Cold Mountain”, en Lousiana. Él intenta dar un poco de paz y tranquilidad a
los ajusticiados que esperan la pena capital, si bien tiene que tolerar la
incompetencia de Percy Watmore, un subordinado “enchufado” en el lugar por ser
el sobrino de la mujer del gobernador. A pesar de ello, el ambiente es una
calma tensa que se romperá en parte con la llegada de John Coffey, un preso de
raza negra y de aspecto descomunal a pesar de su aparente bondad, sentenciado
por el supuesto asesinato de dos niñas pequeñas. Poco a poco, Paul y el resto
de sus compañeros irán descubriendo que hay algo más allá del imponente aspecto
del recién llegado.
Crítica: como he
señalado ya en otras ocasiones, la diferencia esencial entre un libro y su
correspondiente adaptación cinematográfica es que la lectura de uno te acompaña
durante un periplo vital mucho más extensa que una cinta de dos horas (o casi
tres, en la que nos ocupa), con lo que su calado es mucho más intenso en el
caso del primero que en el de la segunda. Por ello en multitud de ocasiones los
fans nos rasgamos las vestiduras y gritamos a grito pelado cuando el visionado
de la adaptación nos deja irremisiblemente decepcionados o insatisfechos. Ni qué
decir tiene cuando, encima, es una mala conversión de un soporte a otro. En el
caso de “La milla verde”, que si no recuerdo mal algún luminarias editó en
nuestro país con el supuesto título más comercial de “El corredor de la muerte”
(si bien no estoy seguro, me da pereza buscarlo ahora mismo), su lectura me
atrapó durante un maravilloso verano en el que no podía dejar de repasar sus
páginas y detenerme cada cierto tiempo para dibujar con más claridad en mi
imaginación lo que King plasmaba en el papel. Puede que no sea el mejor libro
de ficción de la historia, ni King un Premio Nobel de Literatura, pero sin duda
es el mejor retratista en el género del “best-seller” de la condición humana:
de la maravilla inherente de sus pasiones y también de la oscuridad de su alma.
En lo que respecta a “La milla verde” (la película), imagino que baste decir,
con semejante preludio, que la he visto tres veces a pesar de su duración (que,
en mi caso, me parece esencial para producir en el espectador la sensación del
transcurrir de los años)… y que siempre me deja con las ganas de volver a
desempolvar la mencionada edición de “El corredor de la muerte” o como quiera
que la llamasen. Algo, por cierto, que no he vuelto a hacer. ¿Por qué? Quizás
porque una canción o una película te puedan transportar brevemente hasta algún
momento del ayer, y dejarse ese poso agradable que te haga suspirar con
nostalgia. Pero de seguro que ya no volveré a tener quince años, que es la edad
que tenía cuando se publicó la obra original. Son las ventajas e inconvenientes
de un compañero de viaje más duradero que un simiple amor de verano… si bien lo
uno no tiene por qué estar necesariamente reñido con lo otro.
Resumiendo: más
allá de lo dicho, “La milla verde” es de esas cintas que, en algún momento de
su metraje, te hacen agradecer el ser una buena persona. Es una sensación que
pocas películas transmiten. Algo, además, que se consigue con la simple
presencia de un Tom Hanks que está siempre impecable en todo lo que hace,
transmitiendo aquí unos lazos afectivos con todos los personajes de la película
(incluso con los repudiables) que son como lazos invisibles que uno puede
percibir a través de la pantalla. La leyenda, cuenta además, que el tipo daba
lo mejor de sí mismo, emocionándose en cada toma al darle la réplica a Michael
Clarke Duncan (que sencillamente nació para este papel), aunque el plano en
cuestión sólo tuviese enmarcado al gigantón en pantalla, con Hanks
contestándole fuera de cámara. Sin duda, si tienes un compañero así en el set,
todo se hace más fácil. En definitiva… una película inolvidable para “viajar”
viéndola una y otra vez.
Memorable: al
margen de todo lo dicho ya, la inclusión en la película y por consiguiente en
la banda sonora, como parte fundamental de la historia, de la deliciosa “Cheek
to Cheek”, interpretada por Fred Astaire y bailada junto a Giger Rogers en “Sombrero
de copa”, película estrenada en el mismo año 1935 donde está ambientada la
película. El tema fue número 1 en su día y entró en el Salón de la Fama de los
Premios Grammy en el año 2000.
Mejorable: el
dolor psicosomático que te produce ver a Hanks con sus problemas de infección
de orina. Un especialista en generar ese tipo de emociones en el espectador, si
le sumamos la escena de la muela en “Náufrago”. En aspectos menos memorables,
algún criticó opinó que el rol de John Coffey en un estereotipo de la “magia
negra” y “santería” atribuida a los esclavos afroamericanos, que parecían
existir únicamente para solucionar el problema de un hombre blanco.
Curiosidades: la
cinta supuso el reencuentro de Hanks con Pepper (con quien coincidió en “Salvar
al Soldado Ryan” un año antes, y con Gary Sinise, tras su compadreo en “Forrest
Gump”. Aunque no fue algo que compartiese escritor y director, Stephen King
siempre pensó en Tom Hanks como posible protagonista de la adaptación, con lo
que se quedó muy contento cuando Darabont le fichó tras compartir un almuerzo
en la ceremonia previa de los Oscar de 1994. Por su parte, el tristemente
desaparecido Michael Clarke Duncan siempre declaró que su participación en la
película se la debía a Bruce Willis, quien le recomendó expresamente tras haber
trabajado con él en “Armageddon”. Por último, David Morse, que desconocía
siquiera el libro, confesó que rompió a llorar cuando terminó de ller el guión.
Parafraseando: en
la previa a su ejecución, Paul pregunta a Coffey si quiere que le ayude a
escapar. “¿Por qué haría usted algo así?” “El día del Juicio Final, cuando esté
delante de Dios y me pregunte por qué maté a uno de sus auténticos milagros…
¿qué voy a decirle? ¿Qué hacía mi trabajo?””Dígale a Dios, nuestro padre, que
fue un acto de bondad. Yo sé que sufre y está preocupado. Lo siento en su
interior. Pero no debería hacerlo. Tengo ganas de que acabe todo esto. De verdad.
Estoy cansado, jefe. Cansado de recorrer el mundo sólo como un gorrión bajo la
lluvia. Cansado de no tener un amigo con quien estar, que me diga a dónde
vamos, de dónde venimos, o por qué. Estoy cansado del dolor que siento y veo en
el mundo cada día.. son como trozos de cristal en mi cabeza que no puedo
quitarme. ¿Puede entenderlo?”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario