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Información general:
reseña de “Ultimate Fantastic Four” 1 al 6, publicados originalmente entre
febrero y julio de 2004 y posteriormente recopilada en varias ediciones de
tomos. En España, fue inicialmente editada en formato álbum y con números en
grapa de 48 páginas que contenían dos episodios norteamericanos. El equipo
creativo estuvo compuesto por Brian Michael Bendis y Mark Millar (guión) y Adam
Kubert (dibujo).
Antecedentes: con
la llegada del nuevo milenio, a las cabezas pensantes de Marvel, Joe Quesada y
Bill Jemas, se les ocurrió crear la “línea Ultimate”, que pretendía recontar
las primeras aventuras de los principales héroes de la editorial con autores de
primer nivel y de forma que resultasen atractivas y actuales para el público
más joven. Curiosamente, a pesar de que “Los 4 Fantásticos” fue el título de
Marvel que en 1961 dio el pistoletazo de salida para la creación de todo el
universo que hoy en día conocemos, la revisión “Ultimate” del cuarteto fue la quinta
en salir al mercado detrás de “Ultimate Spiderman”, “Ultimate X-Men”, “The
Ultimates” y “Ultimate Spiderman Team Up”.
Sinopsis: Reed
Richards es un joven prodigio que sufre bullying en su colegio a pesar de estar
respaldado por su amigo, el quaterback Ben Grimm. Reed trae de cabeza a sus
padres, que no comprenden su talento, y cuando el chico fabrica una máquina de
teletransporte a otra dimensión que bautiza como la “Zona Negativa”, el
gobierno le recluta para que desarrolle su capacidad junto a otros genios
precoces en el edificio Baxter, tutelado por el doctor Franklin Storm y
compartiendo aula con los hijos de éste, Susan y Johnny y el enigmático Víctor
Van Damme. Años después, el general Ross aprueba un primer viaje experimental a
la Zona N, pero Víctor cambia las coordenadas en el último minuto y los jóvenes
son transportados a distintos lugares del planeta, habiendo cambiado
drásticamente su fisionomía.
SPOILER: Reed
(cuyo cuerpo puede estirarse a voluntad), Ben (que hacía de piloto de la
expedición y se ha visto transformado en una… Cosa) y Johnny (con flamígeras
habilidades) acuden al rescate de Susan (cuyo cuerpo ahora es invisible), que
ha aparecido en el inframundo secuestrada por un antiguo profesor del edificio
Baxter obsesionado con ella que ahora se ha autoproclamado como rey de las
profundidades y rodeado de un ejército de mutantes. Tras salvarla de este
“Hombre Topo”, los cuatro regresan a su cuartel para intentar averiguar qué ha
salido mal en el experimento e intentar responder a mayor incógnita de todas:
¿dónde está Víctor Van Damme?
Crítica: como
nunca fui un fan de la línea Ultimate, precisamente, siempre había postergado
esta lectura pero, ahora que se acerca el estreno del reboot cinematográfico de
la Primera Familia de Marvel y el cómic que nos ocupa es el que ha servido de
base para el guión del film, he encontrado la motivación que necesitaba para
echarle un ojo. Efectivamente, este primer arco argumental funciona a las mil
maravillas como presentación de los personajes y su entorno, pero no es que sea
realmente algo “novedoso” y, de todas las versiones de la línea, es la que más
se antoja como un “remake” en toda regla de la primera historia que contasen
Stan Lee y Jack Kirby. La diferencia es que estos últimos lo hicieron en 24 páginas
y BMB, Millar y Kubert requieren de casi 150. Pero no, siendo honestos, la
verdad es que hay más diferencias notables que son todo un guiño para los
lectores de toda la vida: por ejemplo, el cartero del edificio (que en la
primera versión en cines, sirvió para que Lee hiciera su recurrente cameo) es
transformado aquí en un reclutador del gobierno. Además, se añade desde el
principio a la principal némesis de los héroes, el Doctor Muerte, implicándole
de lleno en el origen de sus poderes.y aunque Ben y Johnny son bastante
parecidos a sus versiones originales, Reed es aquí más representado como un
científico loco (pero entrañable, claro) mientras que Sue (que en su
encarnación de los 60 se limitaba a ser “la chica en apuros”) es aquí una mujer
más de su tiempo, inteligente y segura de sí misma. Todo ello, con un trabajo
de Kubert al que no vamos a descubrir ahora, explotando al máximo la narrativa
a partir del segundo número con las posibilidades de la doble página, lo que a
la par se traduce en un vesionado de viñetas en “pantalla grande” que no tendrá
nada que envidiar a lo que veremos a partir de agosto en los cines.
Definitivamente, si hay un cómic que reeditar de los “FF” ahora… sería éste.
Por delante incluso de la mítica etapa de John Byrne.
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