Año: 2014. Dirigida por:
Marc Webb (“Gifted”). Basada en: el personaje creado por Stan Lee y Steve
Ditko. Intérpretes: Andrew Garfield (“Hasta el último hombre”… ver crítica),
Emma Stone (ganadora del Oscar por “La la land”… ver crítica), Jamie Foxx
(ganador del Oscar por “Ray”), Dane DeHaan (“Valerian y la ciudad de los mil
planetas”), Colm Feore (la serie “24”), Felicity Jones (ganadora del Oscar por “La
teoría del todo”... ver crítica), Paul Giamatti (“Cinderella Man”), Sally Field (ganadora del
Oscar por “Norma Rae”), Chris Cooper (ganador del Oscar por “Adaptation (El
ladrón de orquídeas)”). Presupuesto: 200 millones de dólares. Recaudación: 709
millones. Premios: fue nominada a varios populares galardones como 5 Teen
Choice Awards.
Franquicia:
lógicamente, es la secuela de “The Amazing Spider-Man” (ver crítica), estrenada
en 2012, y la quinta entrega cinematográfica del Trepamuros si contamos la
trilogía precedente de Sam Raimi. A pesar de que Sony Pictures fechó dos
secuelas más para 2016 y 2018, así como un spin-off para los “Seis Siniestros”
y otro para “Veneno”, el pirateo informático que sufrió durante las navidades
de hace unos años desveló que barajaba otras opciones, como la contratación de
Raimi para una cuarta entrega o un nuevo reinicio junto a Marvel Studios. Las filtraciones
aceleraron esta última opción, y así se eligió a un nuevo Peter Parker en la
figura del joven Tom Holland, que debutó como Spidey en “Capitán América: Civil
War” y este mismo año veremos en “Spider-Man: Homecoming”.
Sinopsis: Peter
Parker y su alter ego arácnido están viviendo un momento feliz como la nueva
sensación de la ciudad de Nueva York. Además, su graduación en el instituto le
abre todo un camino de nuevas posibilidades. Sin embargo, todo acaba
torciéndose cuando su viejo amigo Harry Osborn regresa para hacerse con los
mandos de la multinacional OsCorp tras la muerte de su padre, y un trabajador
de la compañía, Max Dillon, acabe adquiriendo poderes para controlar la
electricidad a raíz de un accidente. Por si todo ello fuese poco, el
sentimiento de culpabilidad le impedirán seguir manteniendo una relación con
Gwen Stacy, quien para más inri está a punto de marcharse con una beca a
estudiar a Londres. ¿Demasiado trabajo para un joven héroe?
Crítica: mi
principal problema con el primer “Spider-Man” de Raimi (recuerdo aquel
visionado en el cine como si fuese hoy) fue que el tono de la película caía de
pronto en su último tramo para convertirse en algo oscuro y deprimente,
coronado con un entierro que te dejaba mal sabor de boca. Algo así está a punto
de pasar en la cinta que nos ocupa, pero acertadamente Webb comprende que una
película sobre el Lanzarredes no puede acabar de tal modo, con lo que su
período de duelo es brillantemente resuelto y la producción finaliza con las
espadas en alto, prometiendo un brillante mañana… que a día de hoy sabemos que
nunca llegará. Al menos, tal y como lo tenían concebido Webb, Garfield y
compañía, pues Sony parece más adicta a las “reinvenciones” que la otrora diva
del pop, Madona. Y es algo que no se comprende. De “El poder de Electro” se
pueden decir (algunas) cosas malas, como la caracterización psicológica de su villano,
que parece más bien “un tonto con suerte” (no así su despliegue físico y de
poderes, tan impresionante como cabría esperar), el diseño de los tres villanos
que se dejan ver por pantalla, ninguno de ellos semejante al de sus homólogos
en viñetas (sobre todo el del Duende Verde… ¡y nos quejábamos del traje de
Willem Dafoe!) o que el foco de atención principal de la historia se ve
salpicado por demasiados rostros pululando por ahí y que los fans del cómic
reconocemos (y eso que recortaron un par en el último momento). Todo eso es
cierto, si bien son defectos propios de una adaptación como la que nos ocupa y
que en ningún caso hacen naufragar la propuesta, que se traduce como la mejor
encarnación en pantalla grande del personaje hasta la fecha, lo que a la postre
implica también que es una de las mejores conversiones realizadas sobre un
superhéroe. Principalmente, por dos motivos. Primero, por el despliegue de
emocionantes escenas de acción (la persecución del principio y esencialmente su
narrativa, es de lo mejorcito que hayamos podido ver, con el amigo y vecino
bocazas, simpático y heroico que conocemos de los tebeos), algo que, empero, se
da por hecho en una producción del calado que esta supone, pero que no siempre
se cumple. Y segundo, y aún más importante, por la química entre sus dos
protagonistas principales, absolutamente “chispeante” (y nunca mejor dicho),
con lo que tenemos en realidad una comedia romántica dentro del género de los
superhéroes pero con tintes épico-dramáticos. Nunca sabremos cómo habría
derivado esta nueva singladura del personaje en cines, pero a juzgar por la
progresión entre la anterior entrega y ésta… sin duda podría haber llegado a
ser “asombrosa”.
Resumiendo:
quienes busquen un simple blockbuster, “The Amazing Spider-Man 2” ofrece todo
lo que uno requiere para saciarse. Para quienes demanden además una buena adaptación
del personaje que llevan siguiendo desde la infancia… ¡sorpresa!... ésta
también es tu película. Para las novias que tengan que acompañar a sus chicos
al visionado como compensación por haberle arrastrado a algún pase de “Crepúsculo”
o “Cincuenta sombras...” y esperen ver también una historia emocionante entre
pelea y pelea… pues mira, chicas, también estáis de suerte. Webb consigue que
Spidey sea algo así como aquel famoso anuncio de Coca-Cola: un superhéroe para
los altos, para los flacos, para los gordos, para los bajos…
Memorable: los “Magníficos
Seis” que se unieron para darle brío a la banda sonora de Hans Zimmer, entre
los que se encontraban Pharrell Williams y Junkie XL, y que tiene como colofón
el tema principal de Alicia Keys y Kendrick Lamar. El “leit motiv” principal
del film se convierte en un personaje más de la historia (y ni qué decir tiene
el tono del móvil de Parker, descacharrante guiño a los fans de toda la vida).
Mejorable: la
escena del final, que si bien no deja de ser emocionante como pocas, también
bordea la vergüenza ajena, con un niño que se escapa del cordón policial (por
cierto… ¿por qué coño hay una multitud viendo cómo un tipo con exoesqueleto
metálico y ametralladoras incorporadas acribilla los coches patrulla? ¿No sería
más lógico que salieran corriendo) y se planta con su disfraz de Spider-Man
delante del villano. No resulta tan insultante como algunas de las ya vistas en
la trilogía original y de concepción parecida… pero casi.
Curiosidades:
Shailene Woodley, protagonista de “La Serie Divergente” fue contratada para el
papel de Mary Jane Watson, rol que en la trilogía precedente encarnase Kirsten
Dunst. Sin embargo, todas sus escenas fueron eliminadas de la película. Su intervención
se grabó en un par de días y consistía en un encuentro con Peter a través de
los patios traseros de sus respectivas casas, y una escena donde ambos
compartían un viaje en moto que ni siquiera llegó a rodarse. Según el director,
el papel de Woodley se suprimió al creer que restaría dramatismo al desenlace
de Gwen en pantalla, por tanto en cuanto podía entenderse que Peter ya tenía “una
sustituta”. Se esperaba, no obstante, que su rol fuese desarrollado en las dos
posteriores secuelas (ambas canceladas a día de hoy), al igual que Felicity
Jones convirtiéndose en la Gata Negra o Chris Cooper regresando de algún modo
como Harry Osborn.
Parafraseando: cuando
Gwen va camino del aeropuerto para coger el avión que la alejará
definitivamente de su vida, Spider-Man se las ingenia para dejarle un mensaje
que ella no pueda evitar ver y “raptarla” para decirle algo importante: “Ahora
te voy a seguir. Te voy a seguir a todas partes. Te voy a seguir el resto de mi
vida. O sea… también hay delitos en Inglaterra, ¿no? Cantidad de delitos. Tienen
a Jack el Destripador”.
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