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sábado, 15 de abril de 2017

Crítica de "FAST & FURIOUS 8" (2017)


Año: 2017. Director: F. Gary Gray (“Straight Outta Compton”). Intérpretes: Vin Diesel (“xXx: Reactivated”… ver crítica), Dwayne Johnson (“San Andrés”… ver crítica), Jason Statham (“Transporter”), Charlize Theron (“Mad Max: Fury Road”), Michelle Rodríguez (“Battle Angel: Alita”), Tyrese Gibson (“Cuatro hermanos”), Helen Mirren (“The Queen”), Scott Eastwood (“Escuadrón suicida”… ver crítica), Ludacris (“Crash”), Natalie Emmanuel (“El corridor del laberinto: Las pruebas”… ver crítica), Kurt Russell (“Los odiosos 8”), Elsa Pataky (“El arte de morir”). Presupuesto: 250 millones de dólares. Recaudación: 156 millones (en sus primeros dos días de exhibición).


Franquicia: a pesar de que se antoja como de Perogrullo, todos sabemos que, la conocida en España en un primer momento como “A todo gas”, es una longeva serie de películas que comenzó con el estreno en 2001 de la primera entrega, que lanzó al estrellato a sus principales actores y que ha derivado en la saga más exitosa de Universal Pictures, con más de 3,5 billones (con “B”) de dólares recaudados hasta la fecha. Antes del lanzamiento de la entrega anterior, “Furious 7” (ver crítica), ya se anunció por parte del estudio que la serie se prolongaría hasta una décima entrega, así como el desarrollo de algunos spin-offs, precuelas o similares que perpetuasen la franquicia, siendo el primero de ellos uno centrado en Luke Hobbs (el rol de Dwayne Johnson), del que no obstante todavía no se sabe nada.


Sinopsis: lo que parecía imposible ha ocurrido. Dominic Toretto va por libre. Y lo que es peor, ha traicionado a la familia. Por motivos desconocidos, se ha aliado con una hacker a nivel mundial muy peligrosa apodada “Cipher”, en una operación que también ha condenado a Luke Hobbs a pasar un largo tiempo en prisión. Convertido en una fuerza de la naturaleza imposible de detener para su antiguo equipo, ahora serán estos, junto a Hobbs y su otrora enemigo, Deckard Shaw, los que intentarán hacerle pisar el freno. Y no es coña. En esta ocasión, no sólo hay en juego el respeto del ghetto o “los papeles” del coche del perdedor. El mundo entero puede verse conducido al desastre.


Crítica: lo que más he valorado siempre de la franquicia que hoy nos ocupa es que, en algún momento del camino, supo reinventarse y dar un salto cualitativo que la auparon al primer nivel de la temporada cinematográfica. Sin embargo, y a pesar de que en las últimas entregas han consolidado esa “fórmula del éxito”, como el de la Coca-Cola, con el estreno de esta última parte se me ha antojado necesario que, subidos a la cima, ahora quieran hacer lo realmente difícil en esto del cine: hacer una buena película. Porque creo que todos estaremos de acuerdo en que ver los desvaríos de Toretto y familia en pantalla gran cada dos años es uno de esos placeres culpables a los que todos sucumbimos esbozando una sonrisa. Sin embargo, dudo que haya quien señale alguno de sus capítulos como una de sus obras referenciales. Empero, dudo quien incluso sea capaz de distinguir una entrega de otra, y apuesto a que muchos las revisionan cada cierto tiempo… pero haciendo hincapié en las escenas espectaculares y apretando el “fastforward” en las transiciones. Con respecto a la que nos ocupa, hay un momento durante el metraje en que cierto personaje carismático parece desaparecer definitivamente (me estoy esforzando por no hacer SPOILER) y, aunque lo lamenté porque es una querencia personal, también asentí complacido entendiendo que la serie necesita ir “perdiendo lastre” a costa de lo que sea y de quien sea. Sin embargo… ups, resulta que no. Que falsa alarma. Que no te preocupes que, al igual que la Coca-Cola, hemos decidido convertir esto en un parque temático para toda la familia, explotando la vena cómica (pero en su versión más infantiloide) de “The Rock”, suprimiendo la hemoglobina de cualquier fotograma (algo realmente significativo: a pesar de que el uso de la fuerza está muy presente y que en las secuencias más espectaculares toda una ciudad se ve afectada por los acontecimientos… nunca vemos a ningún herido, ningún daño colateral… nada), etc. Sólo les falta de de repente se pongan a cantar en plan Disney, aunque… tiempo al tiempo. No quiero decir con esto que “The Fate of the Fourious” sea una mala película, por tanto en cuanto ofrece exactamente lo que promete. Tanto es así, que uno tiene cierta sensación de “deja vú”, como si estuviese viendo la versión extendida del tráiler. Sin duda, no vas a salir del cine pensando que te han estafado con el precio de la entrada. Lo vale, sea el que sea. Pero no deja de ser, por otra parte, más de lo mismo.”Más grande, más largo y sin cortes”, como decían los irreverentes de “South Park” en su salto a la pantalla grande. Pues eso. Pero no “mejor”.


Resumiendo: desde hace algunas entregas (ellos dirán que desde el principio de la saga), en las películas de “Fast & Furious” se ha intentado vender el concepto de “la familia” como una serie de códigos éticos y morales semejantes a los de “la mafia”. Extrapolado a las películas, que es de lo que se trata la cosa, sirvió para ir recuperando personajes de las anteriores entregas, de manera que el “background” intrínseco iba creciendo y permitía desarrollar algunos conceptos y personajes que “molaban”. Por eso se “resucitó” a Sung Kang o se le conmutó a Statham lo que en cualquier otro momento habría sido una pena capital ganada a pulso. Este “modus vivendi” llegó al paroxismo en la entrega precedente, donde por desgraciados hechos de la vida real tuvimos que despedir en pantalla al personaje de Paul Walker, lo que se tradujo en que realmente todos comulgásemos con la idea de que el equipo era una gran familia. Sin embargo, en esta “Fast 8” se ha desvirtuado el concepto y se ha llevado al terreno de los spots de grandes cadenas “fast food”, haciendo de la franquicia un entretenimiento ciertamente familiar… pero alejado de “la calle” donde supuestamente nació.


Memorable: la secuencia inicial, donde por las buenas se organiza una carrera ilegal por las calles de Cuba. Si Fidel levantase la cabeza… Definitivamente, “la revolución” ha muerto. Por otro, Statham haciendo de “niñera” es lo más divertido que he visto en mucho tiempo. Pide su propio spin-off a gritos… y junto a Hobbs/Johnson si es posible.


Mejorable: cuando se estrenó la primera entrega de la que nunca pensamos que llegaríamos a ver siete secuelas en cines, se decidió explotar el filón con aquella estimable “The italian job” de la que nunca se hizo una prometida continuación. La escena más impactante de aquella era una donde cientos de mini-coches saltaban al arcén. Curiosamente, igual que en la secuencia más espectacular de esta entrega. Curiosamente, el director de “The italian job” era el mismo que en esta. Curiosamente, Charlize Theron estaban en el reparto allí. Curiosamente, también lo estaba Statham. Curiosamente… nah, demasiado obvio para ser casual.


Curiosidades: en un primer momento, Diesel habló de la posibilidad sobre el regreso de Rob Cohen para dirigir esta entrega, después de haber sido el responsable tras las cámaras de la cinta original. Sin embargo, finalmente no fue así y se optó por Gary Gray, con quien el actor ya había coincidido en “Diablo” (2003). De igual forma, se dijo que Cody Walkier, hermano pequeño de Paul, que ya había sido utilizado para algunas escenas como doble en la anterior, estaría en la película, bien como otro rol distinto, bien haciendo el carácter de Bryan O´Conner de su hermano, pero también se desestimó. De igual modo, tampoco aparece Jordana Brewster, que en la franquicia era hermana de Toretto y pareja de O´Conner. Por último, durante un breve instante se escucha en la cinta el tema “Cuba Isla Bella”, que suponen el regreso de Orishas como grupo tras varios años y que Yotuel Romero escribió pensando en un principio en Ricky Martin como intérprete.


Parafraseando: lo cierto es que de lo que no podemos quejarnos es de la cantidad de chascarrillos y “arl ines” que salpican el metraje, si bien puesto a escoger, me quedo con el intercambio de frases entre Diesel y uno de los esbirros de Cipher, cuando éste último le pide que escoja a cuál de sus antiguos compañeros matará primero con un arma de largo alcance. La respuesta de Diesel es de esas que ya te preparan para cómo terminará su relación: “No escojo a más de un kilómetro de distancia. Me paro enfrente y le miro a los ojos”.

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