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sábado, 22 de abril de 2017

Crítica de "INFILTRADOS"


Año: 2006. Dirigida por: Martin Scorsese (“Uno de los nuestros”… ver crítica). Intérpretes: Leonardo DiCaprio (“El renacido”), Matt Damon (“La gran muralla”… ver crítica), Jack Nicholson (“El resplandor”), Mark Wahlberg (“2 guns”… ver crítica), Martin Sheen (“Apocalipsis Now”), Ray Winstone (“Point Break”), Vera Farmiga (“Expediente Warren”), Alec Baldwin (“Grengarry Glen Ross”), James Badge Dale (“Guerra Mundial Z”… ver crítica).  Presupuesto: 90 millones de dólares. Recaudación: 289 millones. Premios: entre otros, ganó 4 premios Oscar: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión Adaptado y Mejor Montaje. Wahlberg, además, fue nominado como Mejor Actor de Reparto, pero perdió frente al Alan Arkin de “Pequeña Miss Sunshine”.


Remake: la película es la adaptación norteamericana de la cinta de 2002 de Hong Kong, “Infernal Affairs”, que posteriormente tuvo dos secuelas en su país de origen y seguía la misma trama de un agente infiltrado en las “tríadas”. El título original podría traducirse como “El camino incesante”, que hace alusión al estamento más bajo del budismo. Mientras, el nombre utilizado en su distribución internacional es un juego de palabras que hace alusión al original pero también alude al Departamento de Asuntos Internos de la policía.


Sinopsis: durante décadas, el mafioso Frank Costello ha sembrado de crimen y caos las calles de la ciudad de Boston sin que la policía pueda hacer nada por impedirlo. Ahora, no obstante, puede que le haya llegado su momento, cuando Billy Costrigan, un cadete recién salido de la academia, es reclutado para ejercer como infiltrado dentro de la banda de Costello. El único problema para que el plan tenga éxito es que Costello también tiene un “topo” dentro del departamento, Colin Sullivan, que no sólo no despierta sospechas entre los suyos, sino que incluso no tarda en ir ascendiendo peldaños en la jerarquía policial.


Crítica: “Has llamado a este número desde el móvil de un muerto. ¿Quién eres?”. Para la historia, “Infiltrados” quedará como la película por la que Scorsese recibió por fin el merecido Oscar que se le había negado en seis ocasiones anteriores (inolvidable aquella imagen de Spielberg, Lucas y Coppola subiendo al escenario para entregárselo). Quizás por eso, muchos le han cogido manía, alegando que se lo merecía más por alguna de sus otras obras, como esos eruditos que de repente empiezan a criticar lo que antes alababan, por el simple hecho de que de repente se ha puesto “de moda”. Tonterías. La filmografía de Scorsese siempre será recordada por sus películas de gángsters, pero sin duda en “The Departed” 8título original) da un paso más allá y formula una epopeya sobre el trabajo de policía, que en el género, paradójicamente, siempre habían sido algo así como “los malos” de la función, por tanto en cuanto eran los que metían en apuros a los “chicos listos” que se ganaban la vida en la calle. También hay otro tanto de académicos y aficionados al séptimo arte en general que afirman taxativamente que la película hongkonesa original es mejor que el remake llevado a cabo por el director de “Taxi Driver”. En efecto, “Infernal Affairs” es una cinta que disfruté notablemente e incluso me llamó la atención descubrir que había algunos planos prácticamente parecidos en ambas, pero no me parece que sea una “copia”, sino más bien un rendido homenaje al buen saber hacer de su homóloga. Asumámoslo: si no fuese por la versión de Scorsese, la trilogía original de esta epopeya sobre el crimen organizado sólo sería conocida por un pequeño reducto de frikis del celuloide. “Infiltrados” la pone en el mapa y además lo hace con una adaptación que puede mirar a los ojos a la original sin tener que achantar la mirada. Sin duda, una de las mejores películas de la década.


Resumiendo: entre los muchos alicientes del film, podemos destacar ese plano final (demasiado obvio, no obstante) de la rata correteando sobre el alféizar de la ventana, que denotan lo bien que se lo pasó Scorsese jugando con la premisa que tenía entre manos, lejos de estar atenazado por la presión de volver a firmar una película del género que le aúpo al Olimpo cinematográfico. Y es que, reconozcámoslo: si “The Departed” levantó algunas suspicacias entre los críticos… siendo tan buena como es… ¿os imagináis cómo la hubiesen puesto a caldo de ser una “patata”? Cosa, por cierto, difícil de encajar cuando se juntan todos los mimbres para hacer precisamente lo contrario. Un buen director, un buen guión, un elenco de actores sencillamente brutal (mención especial para Baldwin y Wahlberg, de los que no se suele esperar la excelencia) y el uso magistral de la banda sonora al que estamos acostumbrados en otras películas del maestro. Sencillamente brillante.


Memorable: el juego del gato y el ratón entre DiCaprio y Damon, ejemplificado en dos escenas inolvidables: la de la persecución en el callejón a la salida del cine porno, por un lado, y la llamada de teléfono con los dos guardando silencio, por otro. Sin palabras (y nunca mejor dicho).


Mejorable: personalmente, a mí no me molesta (es más, me encanta ese hilo suspendido en el abismo), pero la interpretación de Nicholson, al igual que en otras ocasiones, está literalmente bailando con la sobreactuación, aquí más claramente que nunca. Pero… ¿qué coño? El tipo se ha ganado el derecho a hacer lo que venga en gana.


Curiosidades: Warner Bros y Brad Pitt adquirieron los derechos para hacer el remake por 1,7 millones de dólares. En principio, Pitt iba a coprotagonizar la cinta junto a DiCaprio, pero se acabó optando por un actor más joven, continuando únicamente como productor. El papel fue finalmente a parar a Matt Damon, que había crecido en Boston, ciudad donde tiene lugar la acción. Nicholson, por otro lado, quería llevar la película a un nivel más apegado a la realidad, para que no fuese una simple película de gángster, así que el guión se cambió para asemejar su rol al del mafioso James “Whitey” Bulger, inmortalizado posteriormente por Johnny Depp en la película “Black Mass”. Finalmente, entre las muchas referencias y homenajes encerrados en el metraje, hay uno constante a la aparición en pantalla de “X” camufladas en el diseño de producción para simbolizar la inminente defunción de algún personaje, un guiño directo de Scorsese al “Scarface” original de Howard Hawks.



Parafraseando: la novia de Damon en la película, que sin él saberlo también ha estado acostándose con DiCaprio, le despierta para comunicarle la buena nueva de que está embarazada (algo bastante difícil de asimilar, toda vez que el personaje de Damon es prácticamente impotente): “He soñado que estaba muerto” “Morir es fácil. Es mucho más difícil vivir”.

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