Información general:
reseña del sexto álbum del cantante argentino Diego Torres, lanzado como CD por
Sony Music en 2004 y un año después como DVD. Este “MTV Unplugged” consta de 17
cortes, incluyendo tres canciones nuevas (“Cantar Hasta Morir”, “Déjame entrar”
y “Tal Vez”) y duetos con Julieta Venegas y Vicentico. Grabado en Buenos Aires,
fue uno de los LP más exitosos en su carrera, con más de 700.000 copias
vendidas. Fue nominado sin éxito a un premio Grammy.
Crítica: si
alguna vez alguien me pregunta qué disco de Diego Torres debe comprarse (oye,
cosas más raras se han visto), sin duda sería éste. Más allá del formato
“unplugged” (o “sin enchufes” o “básico” o como lo quieran vender), que siempre
le da un rollito especial a repertorios ya gastados, el comienzo del nuevo
milenio fue sin duda la mejor época del cantante argentino. Era la época de “La
última noche”, “Dónde van” o, sobre todo, “Color esperanza”, singles todos
ellos que pegaron muy fuerte en España y le dieron a conocer internacionalmente
(de hecho, Torres empezó a sonar en nuestro país precisamente con “La última
noche”, a pesar de que su carrera se había iniciado más de diez años atrás, en
1992). Los tres cortes aparecen, obviamente, en este singular “grandes éxitos”,
sin que desmerezcan el formato acústico, y en particular “Dónde van” suena
realmente novedoso interpretado por el propio cantante al piano como una balada
al uso. En general, creo que éste álbum era bastante consciente de lo reseñado
anteriormente, y nació para consolidarle en el panorama internacional, pues no
sólo aprovechaba la carrera comercial de los anteriores tracks, sino que hacía
guiños al público español con versiones de “Alba” de Antonio Flores y
“Penélope” de Serrat, con la inclusión de una Julieta Venegas en pleno auge y
un Vicentico que tristemente nunca ha llegado a calar por estas fronteras. Otra
de las sorpresas del disco es la versión de la popular “Que será, será”, tema
de Doris Day interpretada en 1959 para “El hombre que sabía demasiado” de
Alfred Hitchcock y que ganó el Oscar a la Mejor Canción, un corte que al igual
que los otros dos “covers” suenan perfectamente con la voz de Torres y se
limitan a respetar su sonido original o las versiones más populares.
Paradójicamente, “MTV Unplugged” fue el cénit en la carrera internacional del
argentino, cuyos siguientes trabajos nunca volvieron a llamar tanto la atención
en nuestras radio-fórmulas (se podría decir que su lugar lo ocupó Coti,
co-autor de la mencionada “Donde van”). Y es que creo que había un cierto error
en la concepción de Torres como figura musical. Resulta hasta sonrojante verle
en las grabaciones del álbum con esos pantalones de cuero negro y esa camiseta
sin mangas luciendo tatuajes como un Ricky Martin “buen-rollista” y pre-“salida
del armario”. Y digo que es un error de concordancia porque el registro del
cantante es más melódico que “latino”, más romántico que “sexual” y acercándose
casi al “canta-autor” (ese reggae socialmente comprometido que es “Deja de
pedir perdón”), con canciones vitalistas que animan a seguir adelante (sin
duda, muy marcado por el “corralito”) como “Sueños”, “Que no me pierda” o
“Color esperanza”. Aunque bueno, también es justo decir que ese look a lo
“Sandokán” ya lo tenía desde sus inicios. Para finalizar, destacar “Déjame entrar”
como la mejor canción del álbum, un tema que va creciendo a cada segundo hasta
terminar en una especie de rap cubano en los coros que te pone los pelos de
punta. Si alguien se molesta en ver los videoclips y escuchar las versiones
originales de los temas que componen este “MTV Umplugged”, queda claro que cada
una de ellas sale ganando con este cambio “desenchufado”, con un Torres más
maduro como vocalista y un repertorio que funciona como una unidad temática en
sí mismo más allá de ser un compendio de sus singles más representativos.
Insisto: si tengo que recomendar un álbum de Diego Torres, sin duda sería éste.
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