Información general:
reseña de “Celebrity”, tercer (o cuarto, o quinto, según se tengan en cuenta
grabaciones anteriores) y último álbum de estudio de la boyband NSYNC, lanzado
por Jive Records en 2001. Debutó número 1 en la lista Billboard con 1.9 millones
de unidades vendidas en su primera semana, sólo superado por su anterior
trabajo, “No Strings Attached” (ver crítica), que había vendido 2.5 millones.
En total, vendió más de diez millones de copias en todo el mundo. Se extrajeron
los singles: “Pop”, “Gone” y “Girlfriend”.
Crítica: la vida
de una “boyband” es muy corta. Su público potencial crece muy deprisa y
mantener los egos de cinco chavales (donde generalmente sólo uno o dos son
realmente los que destacan) a raya, es muy difícil. El éxito es así y Jive
Records lo sabía, por eso “Celebirty” no es tanto un disco de música pop para
dolescentes, sino más bien un campo de pruebas para ver la madurez de Justin
Timberlake y JC Chasez de cara a unas posibles (e inminentes) carreras en
solitario. Se lo podían permitir. Entre éstos chicos, los de BSB y Britney
Spears (sólo con estos 3), vendieron la friolera de 270 millones de discos. Una
burrada. Por eso mismo, “Celebrity” es un álbum de escucha “rara”, con claras
influencias de hip-hop y un abuso de “soniditos” artificiales sobrellenando las
pistas(con “The Game Is Over” llevándose la palma, parece sacada directamente
de una máquina de tragaperras). No es la única excentricidad, si es que puede
llamarse así. En el primer corte y single, “Pop”, Justin dice: “Me he cansado de
cantar”, y la canción se rompe con scratches de DJ y un beat box realizado por
el propio Timberlake. El conjunto sigue siendo comercial, pero le falta
cohesión y se ve un claro distanciamiento entre el estilo musical que querían
llevar cada uno de los componentes. Por lo menos, los que querían llevar
Timberlake y Chasez, los dos únicos que realmente importaban, co-compositores
(por separado) de casi todas las canciones que componen el tracklist, y además
productores de las mismas. El duelo de egos se lo llevó al final el novio de la
Britney, pues los tres singles escogidos eran obra suya, con una apuesta clara
hacia el snodio más urbano, siendo especialmente reveladora “Girlfriend”,
producida por Chad Hugo y Pharrell Williams (uséase, The Neptunes) y que se re-editó
posteriormente para incluir una colaboración del rapero Nelly, todos ellos
colaboradores posteriores en su carrera en solitario. Y lo de “Gone” ya no
tiene nombre. El mejor tema del disco… ¡donde sólo canta Justin mientras el
resto le hacen los coros! Las caras de sus compañeros en el, por otro parte
impecable, videoclip, son todo un poema. El sello de calidad lo pone Stevie
Wonder con su inconfundible armónica en “Something Like You”, casi para cerrar
el trabajo, mientras que, curiosamente, el tema más flojo, no por malo sino
porque es una burda copia de “Bye Bye Bye”, no fue composición de ninguno de
los miembros del grupo (por si queréis comprobar el auto-plagio, la susodicha
se llama “That Girl (Will Never Be Mine)”). Conceptualmente, el álbum tenía
gracia al reflejar su status de iconos mundiales, con el tema que da título al
LP, “Celebrity”, donde abiertamente se preguntaban si el público les seguiría
queriendo si no fuesen unas estrellas. Era su época de máximo esplendor, con
Joey Fatone engordando sin preocuparse, Chris Kirkpatrick peleándose con
Eminem, Lance Bass todavía sin salir del armario y soñando con dar una vuelta
por el espacio… como dije en el artículo anterior, eran los putos amos. Ahora,
más de una década después, sólo JT sigue viviendo de la música (y bien, por
cierto). El éxito es así de efímero. Y el de una boyband… más todavía (sin
contar a los “One Direction”, ¿cuántos han pasado después de ellos?). quizás
sería conveniente que alguno de los otros cuatro componentes de NSYNC saliera a
la palestra y contestase a la pregunta que ellos mismos hacían cuando estaban
en la cresta de la ola. ¿Me seguirías queriendo si no fuese famoso?
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