Emisión: 2016. Creada
por: The Duffer Brothers. Cadena: Netflix. Episodios: 8. Intérpretes: Winona Ryder, David Harbour, Finn Wolfhard, Millie Bobby
Brown, Gaten Matarazzo, Caleb McLaughlin, Natalia Dyer, Charlie Heaton, Matthew
Modine. Premios: entre otros, ha sido elegido por el American Film
Institute como una de las 10 mejores series del año y el Sindicato de Actores
le otorgó el premio a Mejor Reparto de una Serie.
Concepción: tras
la escritura de su película “Hidden: Terror en Kingsville” (2015), los hermanos
Duffer fueron contratados para trabajar en la ficción de “Wayward Pines” (ver crítica) bajo la supervisión de M.
Night Shyamalan. Esta experiencia les sirvió para considerar que ya estaban
preparados para desarrollar su propia serie original. En un principio,
partieron de la base de la cinta “Prisioneros”, de 2013, dirigida por Denis
Villeneuve y protagonizada por Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal, y pensaron en
una historia que se focalizara en la angustia de un padre durante la
desaparición de su hijo. Conforme fueron trabajando en el proyecto, los
hermanos pensaron que sería buena idea narrar esta premisa desde el punto de
vista de los amigos del chico desaparecido, y a partir de ahí consideraron un
homenaje para las películas de corte familiar de la década de los ochenta. Algunas
de la influencias reconocidas por los Duffer han sido las obras de Steven
Spielberg, tanto como director (“E.T., el extraterrestre”, “Encuentros en la
tercera fase”), como productor (“Los Goonies”), así como John Carpenter (“La
cosa”) o Guillermo del Toro (“El espinazo del diablo”); también los libros de
Stephen King (“It (Eso)”) y videojuegos como “Silent Hill” o “The Last of Us”,
amén del muy evidente guiño al manga y anime “Akira”.
Principal: el
1983, tras jugar una partida de rol con sus amigos, el joven de 12 años Will Byers desaparece misteriosamente,
traumatizando a toda la comunidad de Hawkins (Indiana). Si bien se les ha
prohibido expresamente salir de casa hasta que todo se aclare, los amigos de
Will: Mike, Dustin y Lucas, emprenderán su búsqueda y pronto darán con “Eleven”,
una niña de su misma edad pero poco social, que posee unos asombrosos poderes
paranormales y que parece estar huyendo de algo o de alguien. Los niños
decidirán esconderla en el sótano de Mike al descubrir que quizás “Eleven”
tenga algo que ver con la desaparición de su amigo… incluso puede que sea la
responsable.
Secundario:
paralelamente, Joye (madre de Will) intentará también localizar a su hijo, con
quien cree poder comunicarse a través de la electricidad, por extraño que
parezca. Lo mismo con Nancy (hermana mayor de Mike) y Jonathan (hermano de
Will) que irán acercándose cada vez más a medida que indaguen sobre lo
ocurrido, a pesar de tener unos caracteres a priori distintos. Y por último,
pero no menos importante, el jefe de policía Jim Hopper, quien irá tirando del
hilo de un laboratorio secreto y experimental que opera en los lindes de Hwkins
y que no parecen estar muy por la labor de revelar qué tipo de experimentos
llevan a cabo.
SPOILER:
finalmente, todos los equipos implicados en la búsqueda de Will llegan a la
inevitable conclusión de que el niño se encuentra afortunadamente con vida,
pero atrapado en una dimensión paralela donde ha sido conducido por una
monstruosa criatura. El portal que comunica ambos mundos fue abierto por “Eleven”
gracias a sus poderes, ya que la niña ha sido tratada como “conejillo de indias”
prácticamente desde su nacimiento, junto a otros niños robados de sus madres al
nacer. En el enfrentamiento final contra el monstruo de la otra dimensión, “Eleven”
consigue cerrar el portal y traer de vuelta a Will a nuestro mundo, si bien el
precio a pagar es que ella misma desaparece, teóricamente atrapada en la
realidad paralela cuyo portal ella misma facilitó. Por su implicación en los
hechos, Jim Hopper parece obligado a trabajar para el gobierno… al tiempo que
deja periódicamente lo que parecen ser ofrendas en el interior del bosque donde
antaño se veía a la criatura surgida de la dimensión paralela. ¿Para quién son
dichos obsequios? ¿Sigue viva “Eleven”? Y lo más importante… ¿está Will
sufriendo algún tipo de secuelas por su exposición a un mundo distinto al nuestro?
Curiosidades: si
bien Netflix nunca ha desvelado datos sobre las audiencias de sus series, al
tratarse de un servicio en “streaming” que no está regulado por los medidores
de share, se cree que “Stranger Things” fue seguido por una media de 14
millones de telespectadores tan sólo en Estados Unidos, lo que la sitúan en
tercera posición de lo más visto del servicio, por detrás de la primera
temporada de “Fuller House” (la secuela o spin-off de “Padres forzosos”) y “Orange
is the new black”. Por otro lado, aclaremos que la ciudad donde transcurren los
hechos, Hawkins, es ficticia, lo que permitió a los creadores acometer ciertas
partes de la historia con mayor libertad.
Crítica: sin ser
realmente una serie imprescindible, “Stranger Things” es una recomendación
fácil; un ejercicio entrañable de nostalgia ochentera con unos personajes muy
bien definidos y bien equilibrados entre su elenco. Por un lado, tenemos al
simpático grupo de “perdedores” que son los niños protagonistas (lo que incluye
a “Eleven”, sin duda el mejor personaje de nueva ficción de la temporada,
convertida ya en icono), pero por el otro tenemos a la desquiciada Winona
Ryder, quien parece incluso más loca que en la vida real (es una broma, que
conste) y el emblemático anti-héroe que es el jefe de policía, quien muy pronto
se deshace del halo a “cliché” que exhiben el resto de personajes. Aún con
todo, el ritmo de la ficción y sobre todo la buena dosificación de todos sus
elementos hace que las claras alusiones a otras obras de culto se entiendan
como homenajes dentro de una atmósfera completamente original, en lugar de cómo
una simple “copia” de aquellas, y superada dicha barrera a uno no le queda más
que disfrutar del conjunto resultante, donde todo juega a favor de obra, desde
la tipografía de los títulos de crédito a la banda sonora, pasando a la
contextualización de los hechos. “Stranger Things” confecciona un universo propio
donde, realmente, “cosas” tan “extrañas” como los poderes de la niña o la
teoría de la conspiración cobran vida… pero también lo hacen otras cosas aún
más extrañas como el amor o la amistad. Se ha ganado a pulso su etiqueta de “serie
de culto” y sólo puedo concluir esta reseña con la anécdota de las simpatías
que despertó entre la audiencia el personaje de “Barb”, la amiga de Nancy, una
inadaptada muy del estilo John Hughes (otra de las claras referencias en la
ficción), cuya desaparición no parece importar a nadie dentro de la historia. Sin
duda, el personaje con el que es más fácil que se identifiquen el target
potencial de la propuesta. ¡Salvemos a Barb!
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