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Información editorial:
reseña de “Worldwide”, saga comprendida entre los números 1 al 5 USA del cuarto
volumen de “The Amazing Spider-Man”, publicados originalmente por Marvel Comics
entre diciembre de 2015 y febrero de 2016, siendo obra del escritor Dan Slott y
el dibujante Giuseppe Camuncoli. En España, Panini los editó dentro de los
números 113-114 de “El asombroso Spider-Man”, entre abril y mayo de 2016.
Antecedentes: las
nuevas “Secret Wars” dieron paso a “All New All Different Marvel”, un reseteo
parcial de toda la línea de cómics donde las aventuras transcurrían ocho meses
después de lo narrado en el volumen anterior. Una pausa que la mayoría de
autores no han querido utilizar como vehículo para cambiar el “status quo” de
sus personajes, pero de la que Slott se sirvió para darle un giro radical al
arácnido. Así, parece que la famosa “suerte Parker” ha cambiado. Tras haber
sido dado por muerto durante un año y sustituido por uno de sus más letales
enemigos, el Doctor Octopus, en “Superior Spider-Man”… y posteriormente casi
devorado por Morlun y sus hermanos en “Spider-Verse”, ahora Peter es el dueño
de una multinacional que funciona a escala global y con la que pretende cambiar
el mundo. Una exposición mediática que le obliga a utilizar su alter ego
superheróico a modo de guardaespaldas personal, mientras su viejo amigo Hobie
Brown actúa en New York como “Spider-Man” residente para evitar levantar
suspicacias sobre la repentina ausencia del Trepamuros y que alguien llegue a
atar cabos sobre la verdadera identidad del mismo.
Historia: utilizando
a Mockingbird/Pájaro Burlón como enlace con SHIELD, Spidey deberá luchar contra
el renacido grupo conocido como el “Zodíaco”, que está hackeando los servidores
de su empresa con motivos aún desconocidos. No será su única fuente de
problemas, ya que su antiguo amigo Johnny Storm (la Antorcha Humana) le
recriminará que Peter haya comprado el edificio Baxter, emblemática sede de los
4 Fantásticos, ahora ausentes, para utilizarla como sede neoyorquina de “Industrias
Parker”. Tampoco le hace mucha gracia que Peter haya dado trabajo a Harry, el
hijo de su antiguo enemigo Norman Osborn (el Duende Verde), quien por cierto
sin que nadie lo sepa parece haberse hecho la cirugía plástica y está
facilitando armas de su a arsenal a un país tercermundista.
SPOILER: A todo
lo anterior, y por si fuera poco, hay que sumar una inquietante figura vestida
de rojo que está reclutando a alguno de los clásicos enemigos del arácnido,
como El Rino o El Lagarto, para una misión misteriosa y a cambio de darles una
segunda oportunidad con sus seres queridos fallecidos recientemente. Finalmente,
en una batalla que acontece en Londres, Spidey y SHIELD consiguen desbaratar
los planes del Zodíaco, si bien no evitan que su líder, “Scorpio”, consiga huir
en la refriega. Sin que Peter lo sepa, la identidad de este villano no es otra
que la deVernon Jacob, el principal accionista de “Industrias Parker”.
Crítica: las
primeras reacciones negativas cuando se supo lo que Slott quería hacer con
nuestro “amigo y vecino” fueron acerca de que el guionista se había equivocado
de personaje y estaba opositando para ser el próximo escritor de Tony
Stark/Iron Man. Personalmente, debo confesar que siempre he sido un lector más
bien intermitente del Lanzarredes, pero desde que Slott se encarga de él no
puedo más que quitarme el sombrero ante lo mucho que está estirando el universo
propio del personaje… y también me congratulo con la propia Marvel y el hecho
de que le esté permitiendo hacerlo. Y es que, amigos… Spidey siempre será
Spidey. Ahora que se estrena la nueva entrega cinematográfica del héroe, “Homecoming”,
volveremos a ver al Peter adolescente que vive con su tía May, pero yo prefiero
algo de aire fresco en este anquilosado mundo de las viñetas. Los fans somos
así. Nos pasamos décadas quejándonos porque “SuperFulano” o “MenganoMan” viven
en una perpetua edad del pavo, pero cuando aparece un autor con redaños para
imbuirle un poco de sangre fresca, nos rasgamos las vestiduras gritando: “¡Lo
está cambiando! ¡Ése no es mi personaje! ¿Cómo se atreve a hacerlo?”. Pues sí,
mira; Dan Slott está cambiando a Spider-Man… y tan tranquilos. Peter Parker
llevaba años siendo la eterna promesa (como si de un jugador de fútbol se
tratase) dentro del Universo Marvel, y eso de que siguiese teniendo problemas
para llegar a fin de mes, con trabajos como fotógrafo o profesor de instituto…
ya olía a rancio. En su lugar, Spidey es ahora un Vengador y el dueño de una
multinacional, y eso me parece mucho más interesante de leer y sobre todo más
acorde con el bagaje anterior, en lugar de seguir leyendo cíclicamente lo mismo
una y otra vez. El único “pero” que se le podría poner a este primer arco es
que el Zodíaco, como villano, no es que plante mucha guerra, pero han cambiado
tanto las cosas y en tan poco tiempo que es lógico que Slott se tome su tiempo
para presentar el contexto y dejar para más adelante a los pesos pesados de la
galería de villanos que, no obstante, ya hemos podido entrever. A nivel
gráfico, Camuncoli se doctora aquí como un competente artesano al que se le
nota disfrutar especialmente en lo concerniente a la tecnología y los remozados
cachivaches como el “Spider-Car” y el “Spider-Acuático” o como quiera que se
llame el vehículo que nuestro Trepamuros utiliza a modo de submarino. Ni qué
decir tiene que seguiré mucho más pendiente a esta etapa de lo que he sido en
el pasado, y que desde Orgullo Fan… ¡seguiremos informando!
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