Año: 2017. Dirigida por:
David F. Sandberg (“Nunca apagues la luz”). Intérpretes: Stephanie Sigman (la
serie “Narcos”), Talitha Bateman (“Nueve vidas”), Lulu Wilson (“Líbrame del mal”),
Philippa Coulthard (“K-9”, la serie spin-off de “Doctor Who”), Anthony LaPaglia
(“Lantana”), Mirando Otto (“El señor de los anillos: La comunidad del anillo”).
Presupuesto: 15 millones de dólares. Recaudación: 107 millones (hasta la
fecha).
Franquicia: la
que nos ocupa es la secuela de “Annabelle”, cinta de 2014, que a su vez era un
spin-off de la primera entrega de “The Conjuring” (“Expediente Warren”, en
España), estrenada en 2013. Hasta la fecha, la saga se completa también con “The
Conjuring 2”, de 2016, dirigida, al igual que su antecesora, por James Wan. No obstante,
hay dos spin-offs más en desarrollo, “The Nun” y “El hombre torcido”, que se
centran, al igual que las dos películas sobre la muñeca Annabelle, en explorar
el origen de algunos personajes y objetos vistos en el “museo” de casos
antiguos de Ed y Lorraine Warren. Recientemente, también se confirmó que se
trabaja ya en el guión de “Expediente Warren 3”, película que presumiblemente
dirigirá de nuevo Wan. Hasta la fecha, el total de las cintas estrenadas suma
una recaudación de casi mil millones de dólares frente a un presupuesto de tan
sólo 85, por lo que es una de las sagas cinéfilas más rentables.
Sinopsis: un
fabricante de muñecas y su esposa, viven apartados en una granja junto a su
hija, si bien la tragedia no tardará en sacudirles cuando la pequeña muera en
un trágico accidente. Veinte años después deciden abrir su hogar a una monja y
varias niñas que se han visto obligadas a dejar un orfanato que ha cerrado sus
puertas. Pero cuando una de las creaciones del fabricante de muñecas,
Annabelle, pone su mirada en los niños, una tormenta de terror se desata en la
casa.
Crítica: lo que
hoy tenemos es una secuela… pero que en realidad es una precuela… de la que a
su vez es un spin-off… Vamos, por utilizar una expresión muy acorde con lo que
uno cabría pensar en este caso: “Empezamos mal y pronto”. Sobre todo cuando la
anterior película en solitario de la muñeca de “Expediente Warren” era un
bodrio bastante considerable del que apenas tengo un recuerdo muy vago. Me aburrió
y decepcionó a partes iguales, máxime
cuando contaba con uno de los mejores trailers que yo había visto en años. Pero
bueno, ya se sabe lo que pasa con este tipo de avances promocionales: que al
igual que los sujetadores de algunas chicas… engañan. Y cuando no, pues tienden
a reventarte los mejores golpes de la película, con lo que luego uno asiste al
pase anticipando todo lo que va a acontecer. “Annabelle: Creation” adolece del
mismo mal (o bien, siempre y cuando New Line hubiese encargado “ex profeso”
dicho encargo), ya que los promocionales que hemos visto en los últimos meses
te van narrando toda la historia con la salvedad de su final. Una trama,
además, cuajada de topicazos como el muñeco maldito, la monja, las pobres
huerfanitas, el pozo y etc, etc. Pero hete aquí que a la postre el conjunto
acaba rindiendo a un notable nivel e incluso consigue asustar aún sabiendo lo
que viene de camino, pues bien es sabido que en esto del cine de género en
ocasiones no es tan importante la “fórmula” como la “ejecución”. Y, sobre todo,
la creación de una atmósfera tan sencilla como realista y a la par “humana”,
con unas niñas que se comportan como tales, y no como ocurre en otras cintas de
terror, donde el comportamiento de los púberes casi siempre es de un resabido
que dan ganas de matarles (algo, por cierto, que raramente sucede, siempre son
los que sobreviven del elenco). De esta forma, la película no sólo demuestra
que el universo de “The Conjuring” no está gastado, sino que te deja con ganas
de más (para los amantes de este tipo de escenas pot-créditos, recomendamos se
quedan hasta el final de los mismos, pues ya adelantan en quién va a estar
inspirado el siguiente spin-off). Y es que, si a una comedia se le pide que
tenga dos o tres bromas que te despierten la carcajada durante el visionado… a
una de terror como la que nos ocupa, digo yo, se le exige que te coja el
corazón en un puño durante varios momentos. Y ésta lo consigue. No es una obra
maestra, pero cumple lo que promete. ¡Ojalá lo hiciesen todas!
Curiosidades: el
grupo de niñas que aparece en la película vieron “El Exorcista” y “The Ring”
para no sentirse aterradas durante la grabación de la película. LaPaglia, por
su parte, decidió no mezclarse mucho con ellas detrás de las cámaras, de manera
que el respeto y la intimidación que su personaje suscita entre las huérfanas
fuese más realista en pantalla. Por último, si bien el director, Sandberg,
confesó que no cree en espíritus ni fantasmas, sí reveló que Stephanie Sigman,
actriz que da vida a la hermana
Charlotte, estaba un poco asustada por el libreto, de manera que decidieron
hacer que un cura bendijese el rodaje, de igual modo que se había hecho en el
set de “The Conjuring 2”.
Memorable:
cuidado, porque podría caer en un SPOILER (avisados quedáis). Al final del
metraje, uno de los protagonistas acaba desapareciendo, lo que en un principio
podría parecer una de esas artimañas para seguir exprimiendo la saga en nuevas
secuelas. Sin embargo, el epílogo no sólo termina cerrando la historia sobre
dicho rol, sino que además sirve para unir estos acontecimientos con los ya
vistos en la anterior “Annabelle”, completando un círculo perfecto.
Mejorable: como
señalaba en el apartado de “crítica”, es la atmósfera creada la que impide que
la película se acabe convirtiendo en un refrito de otras producciones y series
del género, pues la mayoría de los “sustos” han sido repetidos miles de veces
anteriormente. Bueno, eso… y que el tráiler te los cuenta todos, así que aún
estás a tiempo de evitarlo si no lo has visto.
Parafraseando:
las dos amigas que son marginadas por el resto de huérfanas acaban, no
obstante, enfrentadas entre sí cuando una de ellas… bueno, cuando es poseída
por un ente demoníaco, así que supongo que es comprensible: “Prometiste
venir conmigo si encontraba un hogar. ¿Sabes lo que pasa cuando rompes una
promesa? ¡Que vas directa al infierno!”.
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