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lunes, 14 de agosto de 2017

Crítica de "EL LADO BUENO DE LAS COSAS" (2012)


Año: 2012. Título original: Silver Linings Playbook. Escrita y dirigida por: David O. Russell (“Tres reyes”). Basada en: la novela homónima de Matthew Quick. Intérpretes: Bradley Cooper (“Resacón en Las Vegas”(, Jennifer Lawrence (“Los juegos del hambre”), Robert De Niro (“Heat”), Julia Stiles (“El Ultimatum de Bourne”), Chris Tucker (“Hora Punta”), Shea Whigham (“El lobo de Wall Street”), ,Jacki Weaver (“Animal Kingdom”), John Ortiz (“Fast & Furious”), Anupam Kher (“Amor contra viento y marea”). Presupuesto: 21 millones de dólares. Recaudación: 233 millones. Premios: entre otros, fue candidata a 8 Premios Oscar, incluyendo Mejor Película, Director y sus cuatro actores principales. Finalmente, con caída en directo incluida al subir el escenario, Lawrence ganó el correspondiente a Mejor Actriz.


“Familia”: Russell se interesó por dirigir el proyecto debido a la relación real que él mismo mantiene con su hijo, que sufre de T.O.C. (Trastorno Obsesivo Compulsivo). Precisamente, el realizador ha encontrado otra familia en el cine, pues a lo largo de su filmografía ha repetido con actores como Mark Wahlberg o Christian Bale. Aunque, sin duda, sus intérpretes fetiche a día de hoy serían Jennifer Lawrence, Bradley Cooper y Robert De Niro, con los que ha trabajdo en sus tres últimos proyectos (“El lado bueno de las cosas”, “La gran estafa americana” y “Joy”). Con De Niro, además, prepara una serie sobre la mafia para Amazon que podría ver la luz en 2018.


Sinopsis: Pat acaba de salir de un centro donde ha permanecido recluido tras habérsele diagnósticado un trastorno bipolar con accesos de ira, agravado por la infidelidad de su mujer, a la que pretende recuperar, y que de paso también le costó su puesto de trabajo. Las cosas fuera no le irán mucho mejor cuando tenga que compartir hogar con su padre, obsesionado con el fútbol y las supersticiones, y acosado por Tiffany, una vecina cachonda que acaba de perder a su marido en un accidente de tráfico.


Crítica: “No somos tan diferentes, papá”. Todos estamos locos y nos volvemos un poco gilipollas con la edad… sobretodo cuando nos enamoramos. Hay un tópico que se cumple a menudo y es que, cuando tienes novia, te acabas tragando muchas comedias románticas. Cuando apareció la cinta que nos ocupa, junto a su tremendo éxito, también surgió una corriente en contra de los “gurús del séptimo arte”, que ninguneaban sus aciertos y la tachaban de ser un producto comercialoide con envoltorio de “indie”, agrandada en sus méritos por los hilos que sabiamente manejan en la industria los hermanos Weinstein, a la sazón productores y distribuidores del film. Lo cierto es que, si bien “El lado bueno de las cosas” no es una película que cambiará tu vida, hay que ser muy inepto para meterla en el mismo saco que los productos que habitualmente suelen protagonizar Jennifer Aniston o Meg Ryan (en su día). De hecho, su principal virtud es no haber acabado siendo precisamente eso, teniendo en cuenta que, quitando el trasfondo de las enfermedades mentales, su argumento se vuelve bastante simple e incluso convencional; siendo, en este sendido, el concurso de baile final y la apuesta a “doble o nada” la concesión más grande que se hace a “ese otro tipo de cine”, pero donde Russell también juega a aportar algo más, convirtiéndola en una secuencia sexy y reveladora para la relación de los protagonistas. La música, en general, juega un papel predominante en todo el metraje y el sabio uso que se hace de ella; y aunque no está a la altura de, por ejemplo, Tarantino, el realizador experimentó aquí lo que más tarde perfeccionaría en “La gran estafa americana”, su siguiente largo, donde nuevamente repetiría con Cooper y Lawrence, y que también se iría de vacío en los Oscar, a pesar de ser una de las favoritas. De lo que no cabe duda es de que nos encontramos ante un buen director de actores. Sólo así se puede explicar que el antaño “niño bonito” de Bradley se haya convertido en el nuevo De Niro, con tres nominaciones seguidas a Mejor Actor, y el propio De Niro nos ofrezca aquí su mejor trabajo en años. ¿Una comedia romántica con ínfulas? Ojalá todas las comedias románticas fueran como ésta: una cinta simpática que puede verse varias veces y donde esperas con agrado que el final sea tan previsible como siempre. Porque en esta ocasión… se lo merece.


En resumen: por muchos motivos, “El lado bueno de las cosas” es una cinta a reivindicar: a su excelente reparto hay que sumarle la trayectoria ascendente de su director y su guión lleno de excentricidades tan naturales como la vida misma. Un pequeño clásico moderno que deja un mensaje tan eterno como la búsqueda del amor para superar un período de autodestrucción y… ¿la capacidad sanadora de ser un enfermo del fútbol americano?


Curiosidades: Mark Wahlberg o Vince Vaughn fueron considerados para el papel principal que acabó interpretando Cooper. Por otro lado, fueron muchas las actrices que se postularon para el papel principal de partenaire en el film, desde Anne Hathaway a Zooey Deschanel, pasando por Olivia Wilde, Angelina Jolie o Rachel McAdams. Lawrence en un principio no fue considerada para el papel porque Russell la consideraba demasiado joven para resultar creíble en un emparejamiento con Cooper, quien en el momento del rodaje tenía ya 38 años. Sin embargo, la mirada “atemporal” de la actriz le acabaron convenciendo. La cantante Mandy Moore, popular hace unos años gracias a surgir en el rebufo de las “lilitas del pop” al estilo Britney Spears, trabajó con ambos actores para la coreografía de baile que se muestra en la película.


Memorable: la escena de la cita entre Pat y Tiffany, un poco a lo “Cuando Harry encontró a Sally”, con Lawrence recreándose en sus escarceos sexuales en la oficina. Y, aunque resulte obvio decirlo, su buena dirección de actores, todo un sello de identidad en el responsable detrás de las cámaras.


Mejorable: alguno de sus apuntes cómicos no funciona tan bien como debería, siendo el caso de algunos secundarios excesivamente caricaturizados como el amigo de Pat o su hermano. Por otro lado, y si bien es ajena a tal responsabilidad, ya va siendo hora de que la Academia de Hollywood cree la categoría de “Banda Sonora NO Original”.



Parafraseando: tras una cena horrible, acompañas a la chica guapa a su casa… y ella dice mirándote fijamente lo que a todos nos gustaría escuchar: “Odio que llevaras una camiseta de fútbol para cenar, porque odio el fútbol, pero aún así puedes follarme si apagas la luz”.

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