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Información editorial:
reseña de “The Flash”, volumen 5, números 1 al 8 USA, publicados por DC
Comics entre agosto y diciembre de 2016, obra de Joshua Williamson (guión) y
Carmine di Giandomenco (dibujo). En España, ECC Cómics los publicó entre
diciembre de 2016 y abril de 2017, a razón de dos números norteamericanos por
ejemplar, y con una doble numeración que respetaba la anterior y al tiempo
servía para remarcar el inicio del “Renacimiento” de toda la línea editorial de
DC, entre los ejemplares 15/1 al 19/5, con precio de portada de 3,25 euros.
Antecedentes:
hace mucho tiempo, en la lejanísima maxiserie de “Crisis en Tierras Infinitas”,
de 1985 Barry Allen, el superhéroe
conocido como “The Flash”, murió sacrificándose para salvar al resto de
Universo DC, de tal manera que su “sobrino político”, Wally West, conocido por
entonces como “Kid Flash”, debía recoger su testigo y convertirse en el
principal velocista de la editorial. Todo cambió muchos años después, en “Flash
Rebirth”, donde descubríamos que Barry en realidad no estaba muerto, sino
perdido en la corriente temporal de la “Speed Force”, lo que propiciaba su
regreso a nuestro mundo. sin embargo, Barry cometía el error de viajar al
pasado para intentar evitar la muerte de su madre, lo que causaba una serie de
catastróficas consecuencias que dieron lugar al evento “Flashpoint” (ver crítica) y al posterior “The New
52”, donde todos los títulos de DC Cómics partían “de cero” y se eliminaban
algunos hechos y personajes de la continuidad anterior; entre ellos, al pobre
Wally West, que tenía una contrapartida similar en esta nueva realidad pero ya
no era velocista, ni tenía las mismas facciones, ni tan siquiera la
personalidad del anterior. Ahora, tras el nuevo reinicio llamado “Renacimiento”,
el anterior Wally ha regresado. Y no sólo eso, sino que sabe que Barry Allen no
desencadenó el “Flashpoint”. ¿Quién fue en realidad?
Historia: Barry Allen es The Flash. Es el hombre
más rápido del mundo. pero a veces… le gustaría ser aún más rápido. Poder estar
en dos sitios a la vez, salvar a más personas… y conseguir compaginarlo con su
vida personal. Sus deseos parecen cumplirse cuando uno de sus amigos, August
Heart, es afectado por la “Speed Force”, la fuerza de la velocidad que otorga
sus poderes a Barry, y convierte al susodicho en un velocista como The Flash.
¿Se convertirá en el nuevo “sidekick” del corredor carmesí? Antes de que puedan
responder a muchas de las preguntas, una nueva tormenta de la “Speed Force”
sacude toda la ciudad, otorgando los mismos poderes a toda clase de ciudadanos.
Barry y August intentan encontrarlos a todos y llevarlos hasta Star Labs para
que investiguen qué es lo que está pasando. Sin embargo, días más tarde, un
misterioso personaje que se hace llamar “Godspeed” entra en el laboratorio y
asesina a todos los velocistas, a excepción de August. ¿Quién es realmente?
¿Qué es lo que quiere?
SPOILER: Barry
descubre que “Godspeed” está acabando con el resto de velocistas para quedarse
con sus poderes y volverse aún más rápido. Siguiendo las pistas, no tarda en
descubrir, horrorizado, que la verdadera identidad del villano es la de su
amigo August, quien culpa a The Flash de haber malgastado sus poderes y no
haber impedido la muerte de su hermano a manos de la banda terrorista conocida
como “Black Hole”. Con las habilidades que ha robado de la “Spped Force”,
August es ahora más rápido que The Flash hasta el punto de haber conseguido lo
que él no pudo: “desdoblarse” para estar en dos lugares al mismo tiempo. Cuando
la batalla parece perdida, no obstante, aparece Wally, el sobrino de su amada Iris
West, para echarle una mano y convertirse, ésta vez sí, en su nuevo compañero:
¡”Kid Flash”!
Crítica:
empecemos desvelando lo que todo el mundo espera de una reseña; esto es: dar
veredicto sobre si el objeto de estudio en cuestión merece o no la pena. Y a
nivel personal, tengo que decir que, con sus sombras, este primer arco
argumental del nuevo volumen de “The Flash” es un buen cómic. Un título de
superhéroes en el sentido más “clásico” del género. Tanto es así que la historia
de Williamson está llena de lugares comunes ya transitados en otros cómics, y
su visión sobre la personalidad de Barry es un poco más pesimista de lo que comúnmente
asociamos al personaje, pero la verdad es que en cada número pasan tantas cosas
y de manera tan rápida (como no puede ser de otra manera, por otro lado, en un
tebeo sobre “The Flash”), que uno no tiene tiempo de pararse a quejarse sobre
estos detalles, y lo que queda impregnado en tu memoria sensitiva una vez
terminas su lectura es un balance positivo, con lo que debemos quedarnos con eso.
Además, todos los que sigan pataleando cada vez que los guionistas de turnos se
empeñan en presentarnos nuevas nmesis que no consiguen llegar a la altura de
los de la “vieja escuela” (yo el primero, que conste), en este caso deben darse
varios puntitos en la boca, porque la irrupción de este “Godspeed” es
antológica, y tiene toda la pinta de que ha venido para quedarse un largo
tiempo. Es lo más parecido hasta la fecha a un “Joker” para nuestro querido
velocista carmesí. Lo que sigo sin entender es por qué demonios, y recién
salidos de un “reseteo”, a DC le da por “liar la marrana” trayendo de regreso a
un personaje de la anterior continuidad… ¡que encima se llama exactamente igual
y tiene la misma función que uno ya existente desde el anterior reinicio “The
New 52”ª Lógicamente, me refiero a Wally West/Kid Flash, que por si alguien no
lo sabe, se ha “desdoblado” y ahora forma parte de la nueva encarnación de los “Titans”.
Me refiero al anterior, al auténtico, genuino y original Wally que todos
echábamos de menos. Y sí, gracias a Dios (o a la deidad que cada uno profese),
ya está de regreso, pero convendréis conmigo en que es bastante lioso tener a
dos personajes por ahí pululando qu no sólo se llaman igual… sino que encima responden
al mismo alias superheróico. Con todo, señalemos que ese “Wally” no hace acto
de presencia en todo este arco argumental, pero vamos… que es cuestión de
tiempo que se deje caer por estas páginas. Páginas, por cierto, dibujadas por
un tal Carmine Di Gandomenco, al que no tenía el gusto de conocer y que hace un
trabajo bastante notable, con unas planchas bastante vibrantes y que sabe muy
bien alternar los momentos en que su trazo debe volverse épico… y aquellos
otros momentos en que debe asemejarse más hacia el “cartoon”. Ya de entrada, me
parece bastante sintomático que su nombre de pila sea el mismo del dibujante
que ayudó a definir el aspecto que se considera como “cánon” en “The Flash”:
Carmine… Infantino. ¡Por favor, no me digáis que no es llamativo que tengamos a
dos “Wallys” y dos “Carmines” en el mismo tebeo! En fin, que podemos concluir
destacando que, por una vez, un escritor parece que tiene realmente un plan
trazado para la cabecera de la que se ocupa, haciendo que el personaje “avance”
hacia algún lugar (otra cosa es que el destino te guste, claro), en lugar de
limitarse a presentarle dándose de mamporros contra su galería de villanos. Y si
el arte de las viñetas acompaña… ¿qué más se le puede pedir? Sin duda, éste “The
Flash” es una colección que merece la pena seguirse, y que llega en el momento
de mayor popularidad del susodicho, con serie de éxito en la televisión y
película en solitario en ciernes. “Buenos tiempos para la lírica”, como
cantaban aquellos. Y por supuesto, desde Orgullo Fan… ¡seguiremos informando!
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