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lunes, 21 de agosto de 2017

Crítica de "HARRY POTTER Y LA CÁMARA SECRETA"


Año: 2002. Dirigida por: Chris Columbus (“Solo en casa”). Basada en: la novela homónima de J.K. Rowling publicada en 1998. Intérpretes: Daniel Radcliffe (“La mujer de negro”), Rupert Grint (la serie de “Snatch”), Emma Watson (“La bella y la bestia”… vercrítica), Kenneth Branagh (actualmente en la cartelera con “Dunkerque”)John Cleese (“La vida de Brian”), Robbie Coltrane (“Goldeneye”), Warwick Davis (“Willow”), Richard Harris (“Gladiator”), Ian Hart (“Descubriendo Nunca Jamás”), John Hurt (“Hellboy”… ver crítica), Alan Rickman (“Die Hard: Jungla de cristal”), Jason Isaacs (“El patriota”), Maggie Smith (“El exótico Hotel Marigold”). Presupuesto: 100 millones de dólares. Recaudación: 879 millones.


Franquicia: secuela de “Harry Potter y la piedra filosofal” (ver crítica), la serie se completa con otras seis entregas, cada una adaptando un libro homónimo, a excepción del último, que se dividió en dos partes, la última de las cuales se estrenó en 2011. No obstante, y ante el aviso por parte de Warner Bros de continuar adelante con la franquicia de algún modo, la propia autora de las novelas, J.K. Rowling, presentó un proyecto para el desarrollo de una nueva pentalogía ambientada en el mismo universo, la primera de las cuales, “Animales Fantásticos y dónde encontrarlos” (ver crítica), se estrenó en 2016, y se espera que el resto tengan cadencia bianual. Aunque Rowling en principio no tenía intención de recuperar a los personajes de la saga original, en la primera secuela, a estrenar en 2018, ya se ha confirmado la incorporación de Jude Law como un joven Albus Dumbledore.


Sinopsis: a pesar de poder fácticos que parecen estar conspirando para impedir su regreso, Harry, Ron y Hermione regresan por segundo año a Hogwarts para descubrir la existencia de “la cámara secreta”, un lugar desconocido dentro del colegio que espera la llegada del supuesto heredero de la “casa Slytherin”. Pese a que todas las evidencias apuntan a Drago Malfoy, lo cierto es que hay varios candidatos que podrían ser el mencionado “heredero”; y pronto, el ataque a varios alumnos que quedan petrificados, no hacen sino confirmar la terrible sospecha de que la cámara ha sido de nuevo abierta para vengarse de los “sangre sucia” (esto es, aquellos magos cuyo linaje no se considera “puro” por tener a uno o dos de sus padres como simples humanos).


Crítica: ¡Harry Potter es el puto amo! Hace unos días, al reseñar la primera entrega cinematográfica del niño mago, dejé entrever que su llegada a cines ocurrió cuando yo era ya muy mayor como para caerme en gracia. Efectivamente, yo por aquel entonces tenía mis buenos veinte años, así que estaba más pendiente de perseguir al género femenino que de disfrutar las desventuras de un “gafotas” agitando una rama de árbol y pronunciando galimatías. Sin embargo… ¡aquí está la verdadera magia del cine, amigos!... volver a repasar cada película en estas noches de verano me está sirviendo como cura nostálgica, por tanto en cuanto me están sirviendo para recordar aquellos años en los que era más joven y apenas sabía mentir. Apenas. Dejando esto al margen, que es una circunstancia meramente personal, “La cámara secreta” es aún mejor que su precedente, y sólo han envejecido mal sus efectos digitales con pantalla verde, que a día de hoy “cantan” bastante. Pero con todo y con eso, escenas tan escalofriantes como la de la persecución de las arañas por el bosque o la lucha final contra el basilisco denotan que ni Rowling ni sus responsables tomaban a su target potencial como “infantiloides”. Por supuesto, y debido a este tono más oscuro, recibió innumerables críticas, pero uno se cansa de que a los niños los tomen por gilipollas, como si tuvieran los ojos vendados y las orejas tapadas frente a la realidad que les rodea, que nunca va a ser de color de rosa por mucho que se la quieras pintar. Mención especial merece el antagonista del film, con esa obsesión por la “pureza” de la sangre y el linaje, que le tornan en un trasunto del Adolf Hitler nazi. De lejos, descubrir todo el misterio que le rodea a él y al pasado de Hogwarts son lo más interesante del metraje, pues realmente es una gran historia que merece la pena contarse, más allá de ser el “macguffin” de turno para que los protagonistas tengan algo que hacer durante la película.  Todo ello no quiere decir que la secuela de “Harry Potter” deje de ser una cinta de corte infantil (que lo es), pero sí que equilibra con bastante solvencia todas sus vertientes, dobles lenguajes e intrahistoria, para convertirse realmente en una obra que tiene algo que decir por sí misma, y no termine siendo una mera continuación o “siguiente capítulo” en una saga de éxito, como por desgracia ocurre en otras muchas franquicias, cuya distinción entre sus entregas en prácticamente imposible. Supongo que lo mejor que puede decir es que me quedo con ganas de seguir viéndome una serie cinematográfica… ¡que ya vi en su día en cine! Y eso lo dice todo.


Curiosidades: fue la segunda película más taquillera de su año, por detrás de “El Señor de los Anillos: Las dos torres”. Pese a repetir como director, Columbus siempre ha sostenido que no tenía ningún interés en dirigir la segunda entrega. Fue la última ocasión en que Richard Harris encarnó al director de Hogwarts, Albus Dumbledore, ya que falleció ese mismo año. Tanto es así, que la película se estrenó de manera póstuma. No fue el último trabajo en ver la luz tras su muerte, ya que participó también en una mini-serie para televisión de “Julio César” que se estrenó en 2003. A partir de la que nos ocupa, Michael Gambon ocupó su puesto en la saga cinematográfica.


Memorable: un ave Fénix, duendecillos de Cornualles, mandrágoras, pócimas de transformación, un gigantesco basilisco… pero de entre todas las nuevas y fantásticas aportaciones de la secuela, mi preferido es “Dobby”, el elfo doméstico que no para de auto-castigarse por hablar más de la cuenta. Un personaje simple pero de poderosa caracterización con apenas un par de pinceladas, “marca de la casa Rowling”.


Mejorable: de repente, en un fotograma del metraje, aparece una chica de raza negra haciendo de locutora del partido de “quidditch”. En ese momento, y por el contraste, me doy cuenta del siguiente aspecto llamativo… ¿acaso no hay negros en todo el universo de Harry Potter? Lo cierto es que pocos son los personajes “no caucásicos” de la franquicia. Esto tendría cierta lógica si las historias transcurriesen en España (y ni aún así, a día de hoy), pero en un sitio con tanta diversidad como Reino Unido… huele a cuerno quemado. Y no es que sea una novedad, precisamente. Lo mismo se dijo en su día con las adaptaciones de Tolkien, y otro tanto recientemente con la exitosa “Juego de Tronos”. ¿Racismo o casualidad?



Parafraseando: pese a que me parece un intercambio de impresiones demasiado rimbombantes y que está incluso un poco fuera de lugar, por tanto en cuanto hacen de Potter una suerte de “héroe” con frases lapidarias impropias de su edad, Jason Isaacs, que interpreta a Lucius Malfoy, se quedó muy sorprendido con la madurez de Daniel Radcliffe, cuando improvisó la siguiente línea de diálogo y el chico le replicó otra al momento: “Bueno, esperemos que el señor Potter esté aquí también… para salvar el mundo”. “Tranquilo… lo estaré”.

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