Año: 2017. Escrita y
dirigida por: Hatem Khraiche (co-guionista de “La cara oculta”). Intérpretes:
Clara Lago (“Al final del túnel”), Álex González (“Segundo asalto”), Belén
Rueda (“El orfanato”), Andrés Parra (“Satanás”), John Álex Castillo (“Ciudad
Delirio”).
Sinopsis: Elena
cree ser la única superviviente de una nave que busca colonizar un nuevo
planeta, sumergida en una vida rutinaria de mantenimiento. Sin embargo, su vida
cambia cuando aparece Álex, el hombre que le descubrirá la auténtica realidad
de su existencia.
Crítica: con
sobresaliente en la última década dentro del terror y con el thriller policíaco
abriéndose paso a codazos, al cine español le queda aún la asignatura pendiente
de la ciencia-ficción dentro de eso que se conoce como “cine de género”. en la
película que nos ocupa, que podría entrar dentro de ese arquetipo, es fácil
encontrar la huella de otras películas como “2001: Una odisea en el espacio”, “Blade
Runner”, “Passengers” o “La isla”. Esto de
por sí no es malo, pues difícilmente podemos hallar a día de hoy un producto
que sea genuinamente original. Sin embargo, el pastiche podría quedar como la
suma de unas partes en lugar de cómo un todo homogéneo. No sucede,
afortunadamente, en “Órbita 9”, película que suple con energía y entusiasmo lo
que no puede conseguir ante la ausencia de medios. En una decisión artística
muy acertada, el realizador vuelca las tintas de la trama en la relación de
amor entre los protagonistas y las derivaciones psicológicas y morales de lo
que acontece a la guapísima Clara Lago, mucho más delgada y estilizada de lo
que hemos podido verla últimamente. Lo demás, ese marco retro-futurista, es
sólo un contexto que de cuando en cuando se cuela para sumar enteros… y no para
restar, como sin duda hubiese acaecido en caso de haber querido incidir en una
atmósfera que hubiese dejado en evidencia los valores de producción. volviendo,
pues, a los protagonistas, que son la verdadera clave de esta producción, Lago
no solamente está mejorando a ojos vista en su físico, sino que también consigue
componer un personaje frágil y enternecedor, alejado de esa frialdad y “bordería”
que suelen compartir la mayoría de sus papeles hasta la fecha. Más dudas tengo,
sin embargo, con González, su “media naranja” cinematográfica, que hace un par
de años empezó a imitar en la impostura de la voz a Miguel Ángel Silvestre y,
como quiere creer que le ha ido bien, está forzando la máquina en este sentido
hasta el punto de que llegará el momento que se “trague” (literalmente) las
palabras y no haya forma ni mezclas de audio suficientes para entender lo que
dice. Dejando esto aparte, “Órbita 9” no sólo es reivindicable… sino
recomendable. Dos adjetivos que no por positivos suelen ir cogidos de la mano y
que en este caso sí se dan. A dios gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario