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jueves, 3 de agosto de 2017

Crítica de "THOR: El carnicero de los dioses"


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Información editorial: reseña de “The God Butcher”, arco argumental publicado entre los números 1 al 5 USA de “Thor, God of Thunder” título que continúa la cabecera original del personaje tras el relanzamiento de toda la línea editorial en Marvel NOW, obra de Jason Aaron (guión) y Esad Ribic (dibujo). En España, Panini Comics publicó la saga entre los números 26 al 28 de “Thor”, entre julio y septiembre de 2013, a razón de dos números norteamericanos por ejemplar y un precio de 3.25 euros.


Historia: Gorr, conocido como “el carnicero de los dioses” se ha enfrentado a Thor en distintas épocas de su inmortal vida: en el año 893 a.C., cuando era un joven guerrero aún indigno de portar el mjolnir; con el Thor “vengador” de la época actual, consciente de su responsabilidad como “dios del trueno”; y con el Thor anciano y crepuscular, cubierto por las cicatrices de miles de años de batallas, deseoso únicamente de morir de una vez pues es el rey de Asgard… pero en el reino de Asgard ya no hay más dios que él.


SPOILER: en el año 893 a.C., Thor se encuentra en Islandia, celebrando haber derrotado a un gigante de hielo, cuando descubre la cabeza cercenada de un Dios. Tiempo después, en Rusia, se encuentra con Gorr, contra quien lucha y a quien crée vencer al lanzarle un rayo. Tras recobrarse, no obstante, encuentra la cueva donde habita Gorr y es apresado por éste, quien le tortura sin éxito para intentar que Thor le diga la ubicación de Asgard, hasta que los vikingos adoradores del Dios del Trueno acuden en su rescate. Ya en la actualidad, Thor viaja hasta un planeta ante el rezo de un joven que pide lluvia para su desértico hogar. Thor pregunta por qué no pidió a sus dioses y el chico le explica que escuchó que hace mucho tiempo había dioses, pero ya no se sabe nada de ellos. Thor viaja hasta el Olimpo cósmico de dicho planeta y descubre que han sido asesinados, lo que invariablemente le pone de nuevo sobre la pista de Gorr. Investigando sobre él, Thor descubre que dioses de todo el universo han sido asesinados a lo largo de la historia sin que a nadie le haya importado. Finalmente, el Dios del Trueno persigue al Carnicero de los Dioses a través del tiempo y llega hasta su versión futura en el Olimpo de Asgard, último dios que queda con vida pues Gorr había prometido matarle el último. Pero ahora, el Thor viejo y el Thor vengador están preparados para la batalla final.


Crítica: tal y como las películas de Marvel Studios han demostrado, Thor es un personaje muy complicado de plasmar de modo que resulte empático para el público. Es un dios, y eso ya lo dice todo. Lee y Kirby, en sus inicios, le buscaron un alter ego humano para asemejarle más al resto de los mortales, pero en los tiempos que corren tal idea parecía obsoleta y absurda, y aunque Straczynski la recuperó en su brillante etapa, a la postre se vio que no había mucho más que decir sobre el médico cojo que le servía de “tapadera”. Tal vez consciente de ello, Jason Aaron propone narrar un mito, una leyenda, una de esas odiseas que los bardos después convertirán en canción. Es el único entorno donde Thor puede parecer realmente carismático. Sin Jane Foster, ni los Tres Guerreros ni el resto de Vengadores (bueno, Iron Man hace un cameo en un número, pero es más anecdótico que otra cosa), Aaron se toma su tiempo para presentar a un villano que realmente está a la altura de un dios (otro de los males endémicos que ha tenido el personaje a lo largo de su historia), ampliando el espectro de deidades a todo el cosmos y presentando una “ciudad omnipotente” con una biblioteca que documenta los pasos de todos los inmortales y que podría dar más juego en el futuro. Además, y como todo relato épico que se precie, la acción tiene lugar durante décadas. ¡Qué digo décadas! Miles de años, con una narrativa que salta de una línea a otra para crear un mismo hilo compacto, a pesar de las consabidas paradojas temporales. El único defecto que podríamos achacarle a la colección es lo largo de su arco argumental (lo que aquí tenemos es sólo el principio, la trama de Gorr aún abarcaría seis números más), pero no deja de ser otra muestra evidente de que esta cabecera es un “contracorriente” del resto, que subraya lo apuntado anteriormente de lo difícil que es ubicar un personaje como éste dentro de un universo superheróico como el de Marvel. Son las ventajas y desventajas de tener a un Dios en plantilla. Que se lo digan si no a DC y su “Wonder Woman”.



Resumiendo: ayudado por el arte de Esad Ribic, que compone un arte pictórico al más puro estilo Frank Frazetta, Jason Aaron presenta una epopeya intergaláctica muy auto-consciente de que el título del volumen ha pasado de “El poderoso Thor” a “Thor, el Dios del Trueno”. Ambos autores se desligan del resto del Universo Marvel para darle una entidad propia a su héroe, presentando a una némesis que sea realmente digna de su talla, más allá del sempiterno hermanastro Loki. El resultado es un cómic que huye de los convencionalismos pero no se olvida de su condición “mainstream”, que podrán disfrutar tanto los lectores de toda la vida como los recién llegados. Vamos, lo que todos prometen… y pocos pueden llegar a cumplir. Por su condición de “rara avis” una de las propuestas más recomendables de Marvel NOW.

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