Esta semana, en el estupendo canal de YouTube de
ManelAkaForce, Jony Beltrán analizó su batalla contra Chuty en la ronda de
octavos de la Final Internacional de la Batalla de Gallos, que se celebró en
Perú el pasado diciembre de 2016. Aprovechando la circunstancia, dejaré mi
opinión sobre la misma por escrito, en tres puntos básicos:
El morbo:
recuerdo estar viendo la elección de los emparejamientos (que, acertadamente,
la organización dejó en manos de los propios participantes, para evitar
suspicacias), y pensar que no había nadie que realmente se fuese a “mojar” en
el primer duelo de la noche. Sí, a la fuerza, y obligados por el turno y la
falta de huecos, todos tuvieron finalmente que elegir contendiente (excepto
Aczino, que me parece el único gran error de este método de selección, ya que
tuvo que conformarse con lo que quedaba; a la sazón: el principal representante
local), pero la inclusión de países con poco bagaje en esto del Freestyle hacía
que los grandes favoritos de la competencia lo tuviesen más o menos fácil a la
hora de medirse contra un aparente “novato”. Y sí, ya sé que luego cualquiera
te puede ganar y etc, pero bueno… sabemos lo que hay. Todos menos Chuty, que
aplacó las ansias de todos los que pedíamos a gritos la revancha de las semis
de 2013. Recuerdo estar viéndolo y pensar: “Oh, Dios, realmente lo ha hecho!”.
Me parecen muy injustos algunos comentarios que he leído después, atacando al
madrileño de haber actuado con prepotencia, como si Chuty hubiese creído
realmente que iba a machacar a Beltrán antes incluso de la batalla. Muy injusto,
repito. Chuty lo único que hizo fue cumplir los deseos de todos los amantes de
la batallas. No se trata de favoritismos, ni de nacionalidades ni nada. El
duelo entre contra Jony era el más esperado según todas las encuestas y gracias
a él lo tuvimos. ¿Y nos quejamos? No puedo entenderlo. La próxima vez, que
escoja a “MC X” y punto. Ah, no, espera… que entonces dirían que se acobardó,
¿no? Quizás ese sea el problema: que hay gente que critica independientemente
de lo que pase.
La réplica: como
suele decirse, “en caliente”, justo después de la batalla, Misionero entrevistó
a Chuty y éste se quejó de que, en su opinión, le habían dado la réplica sólo
por el espectáculo. Daba a entender, lógicamente, que a su juicio deberían de
haberle dado como vencedor en lugar de decretar la misma. No estoy de acuerdo. Quizás
Chuty fuese más constante en sus dos minutos y hubiese utilizado mejor los
conceptos y las palabras, pero Jony tuvo la mejor respuesta: “Yo salgo mal en
las fotos… ¡y él en las competiciones!”. Y también cerró su segundo minuto
(bastante flojo por otro lado), de manera brillante: “Trajeron tres españoles
para darme competencia”. Al margen de esto, como rezaba el programa de Santiago
Segura en la primeriza laSexta de hace unos años… “Sabías a lo que venías”. Una
batalla de este calado, Chuty, no podía acabarse tan pronto. Y menos cuando no
habíais tenido la oportunidad de batiros “a sangre”.
El doble-tempo:
para no hacer muy largo este análisis, y dejando al margen otros factores que
también estrarían dentro de esta valoración para para exponer un juicio justo,
creo que lo más determinante para declarar ganador a Jony fue que se atrevió a
seguirle el “doble-tempo” al rey del susodicho… y encima lo hizo a su altura,
cuando no mejor que el propio Chuty. Es como si te toca batallar contra Zasko
yte pegas una sobrada de estructura, o lo mismo si el rival es Dani y le
igualas en flow. Por poner dos ejemplos. Cierto que el español terminó con la
mítica frase de: “Los españoles ya estamos acostumbrados a matar mexicanos”,
pero opino que no vimos una de esas palizas a las que nos tiene acostumbrados
como para que podamos pensar que hubo “tongo” en su eliminación.
Conclusión: he
visto un par de decenas de veces esta batalla y mi opinión siempre es la misma
que he dejado reflejada más arriba.de hecho, quizás este tipo de valoraciones
ni siquieran tienen mucho sentido, teniendo en cuenta lo mucho que nos hacen
disfrutar estos putos gigantes del Freestyle con sus batallas. Es obvio que en
cada competición tiene que haber un “ganador” o un “perdedor”, pero cuanto más
lo pienso más me doy cuenta que estos no son los propios gallos. Aquí los
únicos que ganamos somos nosotros cuando les vemos competir. Y los que perdemos
también somos nosotros cada vez que uno de ellos decide retirarse por la falta
de apoyo. No puedo terminar esta reseña con ninguna frase mejor que la acuñada
por mi hermanito Arkano: “Freestyle real!”. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario