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viernes, 20 de enero de 2017

CHUTY vs JONY BELTRÁN: mi opinión

Esta semana, en el estupendo canal de YouTube de ManelAkaForce, Jony Beltrán analizó su batalla contra Chuty en la ronda de octavos de la Final Internacional de la Batalla de Gallos, que se celebró en Perú el pasado diciembre de 2016. Aprovechando la circunstancia, dejaré mi opinión sobre la misma por escrito, en tres puntos básicos:

El morbo: recuerdo estar viendo la elección de los emparejamientos (que, acertadamente, la organización dejó en manos de los propios participantes, para evitar suspicacias), y pensar que no había nadie que realmente se fuese a “mojar” en el primer duelo de la noche. Sí, a la fuerza, y obligados por el turno y la falta de huecos, todos tuvieron finalmente que elegir contendiente (excepto Aczino, que me parece el único gran error de este método de selección, ya que tuvo que conformarse con lo que quedaba; a la sazón: el principal representante local), pero la inclusión de países con poco bagaje en esto del Freestyle hacía que los grandes favoritos de la competencia lo tuviesen más o menos fácil a la hora de medirse contra un aparente “novato”. Y sí, ya sé que luego cualquiera te puede ganar y etc, pero bueno… sabemos lo que hay. Todos menos Chuty, que aplacó las ansias de todos los que pedíamos a gritos la revancha de las semis de 2013. Recuerdo estar viéndolo y pensar: “Oh, Dios, realmente lo ha hecho!”. Me parecen muy injustos algunos comentarios que he leído después, atacando al madrileño de haber actuado con prepotencia, como si Chuty hubiese creído realmente que iba a machacar a Beltrán antes incluso de la batalla. Muy injusto, repito. Chuty lo único que hizo fue cumplir los deseos de todos los amantes de la batallas. No se trata de favoritismos, ni de nacionalidades ni nada. El duelo entre contra Jony era el más esperado según todas las encuestas y gracias a él lo tuvimos. ¿Y nos quejamos? No puedo entenderlo. La próxima vez, que escoja a “MC X” y punto. Ah, no, espera… que entonces dirían que se acobardó, ¿no? Quizás ese sea el problema: que hay gente que critica independientemente de lo que pase.


La réplica: como suele decirse, “en caliente”, justo después de la batalla, Misionero entrevistó a Chuty y éste se quejó de que, en su opinión, le habían dado la réplica sólo por el espectáculo. Daba a entender, lógicamente, que a su juicio deberían de haberle dado como vencedor en lugar de decretar la misma. No estoy de acuerdo. Quizás Chuty fuese más constante en sus dos minutos y hubiese utilizado mejor los conceptos y las palabras, pero Jony tuvo la mejor respuesta: “Yo salgo mal en las fotos… ¡y él en las competiciones!”. Y también cerró su segundo minuto (bastante flojo por otro lado), de manera brillante: “Trajeron tres españoles para darme competencia”. Al margen de esto, como rezaba el programa de Santiago Segura en la primeriza laSexta de hace unos años… “Sabías a lo que venías”. Una batalla de este calado, Chuty, no podía acabarse tan pronto. Y menos cuando no habíais tenido la oportunidad de batiros “a sangre”.

El doble-tempo: para no hacer muy largo este análisis, y dejando al margen otros factores que también estrarían dentro de esta valoración para para exponer un juicio justo, creo que lo más determinante para declarar ganador a Jony fue que se atrevió a seguirle el “doble-tempo” al rey del susodicho… y encima lo hizo a su altura, cuando no mejor que el propio Chuty. Es como si te toca batallar contra Zasko yte pegas una sobrada de estructura, o lo mismo si el rival es Dani y le igualas en flow. Por poner dos ejemplos. Cierto que el español terminó con la mítica frase de: “Los españoles ya estamos acostumbrados a matar mexicanos”, pero opino que no vimos una de esas palizas a las que nos tiene acostumbrados como para que podamos pensar que hubo “tongo” en su eliminación.


Conclusión: he visto un par de decenas de veces esta batalla y mi opinión siempre es la misma que he dejado reflejada más arriba.de hecho, quizás este tipo de valoraciones ni siquieran tienen mucho sentido, teniendo en cuenta lo mucho que nos hacen disfrutar estos putos gigantes del Freestyle con sus batallas. Es obvio que en cada competición tiene que haber un “ganador” o un “perdedor”, pero cuanto más lo pienso más me doy cuenta que estos no son los propios gallos. Aquí los únicos que ganamos somos nosotros cuando les vemos competir. Y los que perdemos también somos nosotros cada vez que uno de ellos decide retirarse por la falta de apoyo. No puedo terminar esta reseña con ninguna frase mejor que la acuñada por mi hermanito Arkano: “Freestyle real!”. Siempre.

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