Año: 2016. Título original: Me Before You. Directora:
Thea Sharrock (“Henry V”). Intérpretes: Emilia Clarke (Daenerys
Targaryen en “Juego de Tronos”), Sam Claflin (“Los juegos del hambre”), Janet
McTeer (“El secreto de Albert Nobbs”), Charles Dance (“Alien 3”), Brendan Coyle
(“Dowton Abbey”). Presupuesto: 20 millones de dólares. Recaudación: 207
millones.
Sinopsis: Lou es
una joven que se encuentra de repente en la calle, tras ser despedida de la
pastelería en la que trabaja, y dependiendo además su familia económicamente de
dichos ingresos. Así pues, acepta un trabajo como asistenta de Will Traynor, un
joven multimillonario que quedó impedido de cabeza para abajo tras un accidente
de tráfico. El carácter alegre y optimista de la muchacha irán derribando las
barreras del chico, a pesar de lo cual seguirá manteniendo su deseo de terminar
con una vida que ya no es la que él conoció.
Crítica: ver
películas románticas en momentos de bajón es uno de mis placeres culpables.
Supongo que no sólo es privilegio del género femenino. O quizás sea que estoy
más conectado con mi parte del sexo opuesto en mayor grado del que pensaba. Sin
embargo, raramente me convence un producto de estas características, y ese
sentimiento es el que me reconforta con mi parte “Macho Man”. Pero el caso que
nos ocupa es especialmente sangrante. No sé qué me ha gustado menos de esta
versión yanqui, manufacturada y alta en glucosa, adaptación menstrual no
acreditada de la francesa “Intocable”, que a ratos juega también con ser un
remedo “paralítico” (en más de un sentido), de “Pretty Woman”. Su falta de
escrúpulos para fusilar ideas de otros títulos, su previsibilidad, su
insultante uso de cualquier arma que le venga a mano para hacerte soltar una
lágrima… o la doble lectura que subyace a poco que te pares a pensar: “Si te
quedas en silla de ruedas, aunque tengas todo el dinero del mundo y una chica
guapa que te quiera… lo mejor que puedes hacer es suicidarte”. Que no tenga un
final feliz podría ser el único atisbo de personalidad no complaciente de la
película, pero el tufillo de “Bajo la misma estrella” sigue estando muy
presente en todas las mentes; especialmente en las de los ejecutivos de
Hollywood, que se habrán dado cuenta de que acabar con el público tirando de
Kleenex es tan buen negocio (o mejor),
que cualquier otro. ¿A su favor? Tiene las cosas muy claras y va a por su
objetivo sin importarle nada. Mucho menos la opinión de quien esto suscribe.
Pero, en serio… las analogías entre el millonario protagonista en silla de
ruedas… y el novio de la chica, obsesionado con el ejercicio y el “culto al
cuerpo”… están sacadas directamente del “Manual sobre cómo escribir un guión
comercial… para tontos”.
Resumiendo: si
tienes uno de esos días ñoños y se le suma que es domingo por la tarde y está
lloviendo fuera…. Quizás “Antes de ti” sea la película adecuada para ese
momento. Pero, paradójicamente, el título español es que le viene como anillo
al dedo para los gustos de un cinéfiilo empedernido como es mi caso: “antes de
ella” hubo otras muchas. Y mejores.
Memorable: Emilia
Clarke y la composición que hace de su personaje; una especie de “Amelié” pero
mucho más agradable de ver para los ojos. Su “buenrollismo” y candidez impiden
que la sombra de su famoso personaje televisivo se deje ver en algún momento,
haciéndote dudar incluso en ocasiones de que se trate de la misma actriz.
Mejorable: el uso
de canciones ñoñas en momentos muy concretos, como el “Thinking out loud”, de
Ed Sheeran, es ya de juzgado mayor.
Parafraseando:
Lou le pide consejo a su hermana vía webcam sobre el vestido que debe llevar a
un concierto de música clásica donde pretende acudir con Will: “¿Te
parece demasiado escotado?” “Escotado es poco. No olvides que tiene tus tetas a
la altura de sus ojos”. Algo,
por cierto, que a más de uno nos gustaría.
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