Año: 2014. Estudio: Marvel Studios. Director: James Gunn (“Super”). Intérpretes: Chris Platt (“Jurassic World”), Zoe Saldana (“Avatar”), Dave Bautista (“Riddick”), Vin Diesel (“A todo gas”), Bradley Cooper (“American Hustle”), Lee Pace (“Criando malvas”), Benicio del Toro (“21 gramos”), Josh Brolin (“Los goonies”), Glenn Close (“Las amistades peligrosas”(, Michael Rooker (“Henry, retrato de un asesino”). Presupuesto: 170 millones de dólares. Recaudación: 489 millones.
Sinopsis: el
saqueador intergaláctico Peter Quill es por fin tomado en serio bajo su
seudónimo de Starlord al robar un codiciado orbe de poder desconocido. Pero su
repentina fama puede ser efímera, ya que muchos quieren ahora su cabeza y
deberá hacer equipo con una serie de perdedores para salvar a la galaxia de las
pérfidas intenciones de Ronan, el Acusador. Entre sus nuevos amigos a la fuerza
estarán Mapache Cohete, el árbol viviente Groot, Drax el Destructor y Gamora,
hija adoptiva de Thanos.
Crítica: “Somos Kevin
Bacon”. Acudí al cine con dos amigos a ver “Guardians of the galaxy”. Uno dijo
que era “una película para niños” (como si esto fuese algo malo) y el otro, que
era una “friki-comedia” (nuevamente, en tono peyorativo). Mi opinión, sin
paliativos, es que nos encontramos ante la mejor película del año y, por
extensión, la mejor del género de superhéroes. Recordad cómo os sentísteis la
primera vez que vísteis la escena del helicóptero en el primer “Superman” y
multiplicarlo por diez en este clásico instantáneo del cine de aventuras que,
por momentos, se sitúa a la altura del primer “Star Wars” de Lucas. Una cinta
que funciona a muchos niveles y que tiene el mérito añadido de convertir en
estrellas a unos personajes que nunca han gozado de mucho protagonismo en
Marvel (parcialmente, Gunn se inspira en la encarnación de los héroes que Abnet
y Lanning hicieron hace unos años en las viñetas). Todo esto lo consigue
gracias, sobre todo, a un mimo por los personajes pocas veces visto en los
blockbusters, donde los caracteres suelen ser tan planos como las tramas. Aquí,
la tensión sexual entre Starlord y Gamora, la psicopatía hilarante de Cohete o
la poesía visual de Groot son más importantes que el despliegue de efectos
especiales y esto redunda en que todo lo que ocurre en la pantalla te acaba
llegando como si los actores pudieran atravesar el celuloide y acariciarte.
Especial mención para un Cohete que pide a gritos la creación del Oscar al
Mejor Actor Creado por Ordenador. “Guardianes de la Galaxia” viaja a través del
tiempo para comunicarse con tu “yo” del pasado y devolverte durante su
visionado a aquellos tiempos en los que no sabías mentir y todo te sorprendía
como si fuese la primera vez que lo veías. Ah, y que lleve con mucho orgullo
eso de “friki-comedia” porque la platea del cine estaba revolcándose con sus
diálogos. La mayoría de comedias convencionales no pueden decir lo mismo.
Lo mejor: el bailecito de Starlord para entretener a Ronan; la elección de los temas musicales; los bellos momentos de lucimiento de Groot; la química de Starlord y Gamora; el cameo de Stan Lee; el duelo a mayor lucimiento de Yondy; el gag de la pierna que necesita Mapache para evadirse de la prisión… que cada cual elija.
No hay comentarios:
Publicar un comentario