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Información
editorial: reseña de “Green Lantern: Rebirth”, miniserie de 6 números realizada
por Geoff Johns (guión) y Ethan Van Sciver (dibujo), publicada por DC Comics
entre diciembre de 2004 y mayo de 2005. Fue un éxito de ventas, con una media
de ciento cincuenta mil ejemplares cada número. Supuso el posterior
relanzamiento de la colección con un nuevo número 1 y el mismo equipo creativo.
Antecedentes: desde
su aparición en 1959, Hal Jordan había sido el portador del anillo de poder más
famoso de la Silver Age, pero en 1994, como suele hacerse con otros personajes,
DC decidió cambiar al personaje por otro más joven y sin tanto bagaje a sus
espaldas, con la intención de captar a nuevos lectores. Así, se narraron una serie
de historias donde Jordan enloquecía tras la destrucción de su ciudad natal,
Coast City, y convertido en el villano Parallax, destruía la batería central de
poder de los Guardianes, poniendo fin a los Green Lantern Corps y dejando a
Kyle Rayner como único portador del anillo. Tras estos eventos vistos en “Hora
Zero”, Jordan moría y posteriormente se convertía en la entidad conocida como
“El Espectro”. Pero una vez más, las ventas mandan y, con la caída en picado
del título en 2004, DC puso punto y final a la colección regular en el número
181 y contrató a Geoff Johns para traer de vuelta a Hal Jordan.
Argumento: Rayner
descubre que Parallax, en realidad, era un parásito que se alimenta del miedo
(dicha emoción, asociada con el color amarillo, de ahí que los Green Lantern no
pudieran actuar contra dicho espectro de color), encerrado por los Guardianes
dentro de la batería de poder y, desde ahí, contaminando a Jordan hasta el
punto de haberle vuelto loco. Todo ello, orquestado por Siniestro, enemigo de Jordan,
dado por muerto en los eventos de “Hora Zero” y que ahora regresa junto con
Parallax para destruir lo que queda de los Green Lantern.
SPOILER: aunando
sus fuerzas, Rayner, Kilowog, Guy Gardner y John Stewart consiguen detener a
los villanos y resucitar a Hal Jordan, quien restaura a los Green Lantern Corps
y se erige de nuevo como Linterna Verde… a pesar de la dudas de Batman.
Crítica: hay que
quitarse el sombrero por la mera funcionalidad de este cómic, cuya existencia
se justificaba únicamente como excusa para el regreso de un antiguo personaje,
lo que en otras manos podría haber sido una chapuza y, gracias a Johns, se
convirtió en un éxito de crítica y público, que puso de moda este tipo de
eventos (tanto Flash como el Capitan America tuvieron sus “reborns”) y dando el
pistoletazo de salida a una de las etapas más brillantes de Linterna Verde,
quien de la mano del guionista se posicionó como uno de los pilares
fundamentales de la editorial, algo que no ocurría desde muchos años atrás. Y
es que, como digo, más allá de cumplir el trámite de resucitar al héroe, Johns
lo que hizo fue un acto de retrocontinuidad sin parangón que sentó las bases de
toda una nueva franquicia, simplemente restaurando los errores del pasado pero
respetando lo que se había hecho con los personajes durante esos diez años. El
cómic también aupó como “super star” a Van Sciver, dibujante que,
personalmente, nunca ha sido santo de mi devoción, muy deudor de la época de
los 70 y 80 (y, por tanto, con cierto regusto a “viejuno”), que sorprendentemente
llama más la atención en sus splash page que en sus momentos más relajados,
acertando eso sí, con la complicidad del guionista, en cerrar cada uno de los
números con un “cliffhanger” a modo de splash page que te dejaba siempre con
ganas de seguir leyendo el siguiente.
Conclusión: si
quisiera ser malo, podría resumir diciendo que la lectura del cómic es
innecesaria, puesto que el título de la saga ya dice todo lo que se necesita
saber sobre la misma. Pero visto desde la distancia, “Renacimiento” fue el
primer capítulo de una de las mejores etapas de un personaje en la historia del
cómic, precursora de los “Sinestro Corps”, “El día más brillante” y todo lo que
devino después. Por tanto, es fundamental para todo seguidor de los Green
Lantern que se precie y para aquellos que disfruten de las buenas historias
donde se trate con respeto todo el “background” editorial de un personaje.
Además ¿qué coño? Estamos hablando de una obra donde se encuentra una
explicación lógica a una de las taras más absurdas que haya tenido nunca un
superhéroe: Linterna Verde podía crear con su anillo todo aquello que su mente
imaginara… siempre y cuando no hubiese de por medio nada que tuviese color
amarillo (¿?). sólo Johns podía sacarle partido a algo así.
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