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martes, 17 de enero de 2017

TRANSFORMERS: la era de la extinción


Año: 2014. Productor: Steven Spielberg. Director: Michael Bay (“Dolor y dinero”). Intérpretes: Mark Wahlberg (“El único superviviente”), Nicola Peltz (“Airbender”), Jack Reynor (“Una familia numerosa”), Kelsey Grammer (“Frasier”), Titus Welliver (“Red 2”), Stanley Tucci (“Los juegos del hambre”), Li Binnbing (“Resident Evil: Retibution”), Sophia Myles (“Underworld: Evolution”), T.J. Miller (“Monstruoso”). Presupuesto: 210 millones de dólares. Recaudación: 1087 millones.

Sinopsis: cinco años después de la batalla de Chicago, el gobierno del mundo ha cambiado completamente de opinión con respecto a los Autobots, y ahora los considera igual de enemigos que a los Decepticons, dándoles caza como si fuesen prófugos. Por azar, el camión medio chatarra en que se ha convertido Optimus Prime cae en las manos de Cade Yaeger, un inventor venido a menos que tiene problemas con su hija adolescente y su novio, un piloto de carreras. Los federales acabarán invadiendo la granja de Yaeger y Optimus Prime deberá volver a la acción para salvarles y reunirse con Bumble Bee, Ratchet y el resto de sus compañeros; todos ellos, tendrán que luchar nuevamente con Megatron (ahora transplantado en otro cuerpo y llamado Galvatron) y averiguar quién les creó y cuál es su finalidad en el destino del universo.

Crítica: es tan, tan, tan fácil meterse con “Transformers 4”… que no lo voy a hacer. Paramount se puso de rodillas para que Bay (quien había asegurado que su anterior entrega era la última que dirigía con los juguetes de Hasbro) y éste pareció decir: “¿Sí? ¿Queréis que vuelva? Pues aquí me tenéis”. “La era de la extinción” es la película más Bay de Bay: tías que parecen playmates paseando por la calle, planos ralentizados sin motivo aparente, coches caros, destrucción a cascoporro… Hay incluso cierta sensación de que el director lo está haciendo a posta, para que no le vuelvan a llamar en las siguientes (cosa que, por supuesto, no va a ocurrir). Y sí, la trama se complica de una manera absurda, el metraje es excesivo y la concatenación de escenas de acción sólo llevan a que caigas en una desconexión intermitente con lo que está pasando; deseando que llegue el final pero también despertando de vez en cuando y exclamando: “Ostras, como mola esto”. También es cierto que la sensación final es que has visto más de lo mismo. Pero ese “MÁS” es con mayúsculas, así que también podría decirse que es “mejor” (aunque esto último podría discutirse: ya sabéis que los tamaños no importan… ejem). Puede, sin embargo, que sea un criterio personal, ya que la entrega de “Transformers” que más me había entretenido hasta la fecha es la orgiástica tercera parte, que muchos señalan como la peor de la primera trilogía. Insisto: a estas alturas de la película, no vamos a engañar a nadie. Si te gustaron las anteriores, “T4” también lo hará. Y si no… pues entonces no sé para qué vas a perder el tiempo. No está hecha para ti. Vale, podrían haber hecho un “reboot” o “remake” o cualquier otra cosa, pero esta especie de secuela me parece lo más sensato, con algunas novedades interesantes como el relevo del “factor humano”, donde un Wahlberg se entretiene ejerciendo de (imposible) padre de una adolescente cañón. ¿Soy yo o la mayoría de sus diálogos son incestuosos: “¿Qué quieres: que la deje sin vestido?”, “Sí, ya sé que últimamente estoy demasiado encima de ti”, etc. En fin, debe ser que tengo la mente enferma. Tan enferma como la de Michael Bay.

Lo mejor: los Dinobots. Aunque creo que la campaña publicitaria hizo buena cuenta de ellos, para mí fueron una sorpresa y creo que incluirlos en la franquicia junto con todo el rollo de los “caballeros legendarios” y el extraño origen de los robots sí que le da un nuevo concepto a la serie.

Lo peor: los malos humanos, estereotipados. Stanley Tucci, simplemente sustituyendo a John Turturro. Esa pérdida constante de interés en lo que está pasando… entre escena y escena de acción.


La frase: el amigo-socio de Wahlberg, que desaparece de la historia de manera absurda, tenía las mejores frases de todo el libreto: “Cálmate. Te va a dar un infarto de taquicardia” “¿Y eso qué es?” “Un ataque cerebral al corazón”.

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