Año: 2012. Título
español: El caballero oscuro. La leyenda renace. Director: Christopher Nolan
(“Origen”). Intérpretes: Christian Bale (“The prestige”), Tom Hardy (“Mad Max:
Fury Road”(, Anne Hathaway (“Los miserables”), Joseph Gordon-Lewitt (“Looper”),
Marion Cotillard (“La vida en rosa”), Michael Caine (“La huella”), Gary Oldman
(“Dracula”), Morgan Freeman (“Sin perdón”), Juno Temple (“Maléfica”), Liam
Neeson (“Infierno blanco”). Presupuesto: 250 millones de dólares. Recaudación:
1.08 billones.. Basado en: la cinta
tiene guiños a sagas de las viñetas como “La caída del murciélago”, “Tierra de
nadie” o “El hijo del demonio”.
Sinopsis: ocho
años después de la muerte de Harvey Dent, la ciudad de Gotham parece haber
acabado con toda la delincuencia merced a su ejemplo y Batman solo es un
recuerdo, con un Bruce Wayne que permanence aislado en su mansión como un
ermitaño, sufriendo las secuelas físicas de sus años como justiciero. Pero la
aparición de un psicópata llamado Bane y una ladrona enfundada en traje de
cuero, le harán salir de su letargo.
Crítica: una
película de Batman sin Batman. Ese es el principal mérito… pero también defecto
de la última entrega de la trilogía de Nolan. ¿Es una crítica al capitalismo?
¿Una apología del fascismo? ¿Formaba parte de la campaña electoral de Obama
para su re-elección? Todas estas preguntas se plantearon durante su estreno y,
sinceramente… ¿a quién le importan? “The Dark Knight Rises”, como mero producto
de entretenimiento, es a un tiempo la peor entrega de las tres y el final
idóneo para la saga. Por ejemplo, sale perdiendo al comparar a los villanos,
donde es imposible hacer olvidar a Heath Ledger, convertido ya en mito. Pero la
pericia de Nolan es tan grande que él mismo es consciente de que superar a su
predecesora es una tarea demasiado difícil, así que “siembra el caos” (y nunca
mejor dicho) en el “status quo” del personaje para que constantemente tengamos
esa sensación de inexorable final épico. Un Bruce Wayne mermado, un Batman
demonizado, un comisario Gordon ha punto de presentar su dimisión, una sociedad
que se resquebraja y saca lo peor de sí a las primeras de cambio… Y un final
donde todo se cierra y, a la vez (¡oh, sorpresa!) deja las puertas abiertas a
una posible continuación que todos sabemos que no ocurrirá. Warner y DC
deberían ser muy tontos para continuar el legado desde este punto, máxime
teniendo en cuenta que el público de hoy en día está acostumbrado a los remakes
y los reboots.
Resumiendo: hay
ocasiones en donde las cosas terminan como tienen que terminar, a pesar de que
te quede una sensación de vacío. “TDKR” es exactamente así: tan épica,
maravillosa y decepcionante como todos esperábamos.
Memorable: la
secuencia de inicio con el secuestro en el avión y la detonación en el campo de
fútbol. Son, ¿para qué engañarnos?, lo más espectacular del metraje.
Mejorable: las
peleas cuerpo a cuerpo siguen pareciendo cutres y torpes y, en líneas
generales, el personaje de Marion Cotillard nunca termina de funcionar. Mucho
menos como “final sorpresa”.
Parafraseando: en
otro de los puntos fuertes del film, la estupenda Selina Kyle de Hathaway se
infiltra en la guarida de un mafioso para robar “la tábula rasa”, un programa que
permite borrar del mapa a quien lo desée: “Eres una estúpida zorra” “Nunca me
habían llamado estúpida”.
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