Año: 2014. Título
original: The Imitation Game. Director: Morten Tyldum (“Passengers”… vercrítica). Basada en: el libro de no ficción “Alan Turing: The Enigma”, de
Andrew Hodges. Intérpretes: Benedict Cumberbatch (el protagonista de la serie
británica “Sherlock”(, Keira Knightley (“Piratas del Caribe”), Charles Dance
(“Alien 3”), Matthew Goode (“Watchmen”), Mark Strong (“Linterna Verde”), Rory
Kinnear (“Skyfall”). Presupuesto: 14 millones de dólares. Recaudación: 160
millones. Premios: ganó el Oscar a Mejor Guión Adaptado para Graham Moore.
Sinopsis: cuando
Inglaterra entra de pleno en la II Guerra Mundial del bando de los aliados, el
brillante matemático Alan Turing es asignado a un programa para descifrar la
máquina nazi “Enigma”, con el objetivo de adelantarse al enemigo y ganar la
contienda. Sin embargo, la titánica empresa se verá aún más complicada por el
extraño carácter del hombre de ciencia y su orientación sexual.
Crítica: “A
veces, la persona que nadie piensa que pueda hacer gran cosa… es la que hace
cosas que nadie imagina”. Parece que mucha gente (cuando digo “gente” me
refiero a “críticos”) han tenido problemas con esta frase, que se repite varias
veces durante el metraje de “Descifrando Enigma”. ¿Por qué? Quizás porque es
una de esas líneas de diálogo que con el tiempo se convertirán en motivo para
que los adolescentes garabatéen en sus carpetas. Es demasiado “perfecta”
(entendiéndose la perfección como cualquier cosa que será plenamente aceptado
por el común de los mortales). Por ejemplo: ¿por qué se programa en la tele
tantas veces “La gran evasión” y tan pocas “Taxi Driver”? (Vaya por delante que
soy plenamente consciente de que tienen poco en común) Las dos son buenas
películas, pero una es “para todos” y otra es “para selectos”. No lo digo yo:
es así. A los críticos (los de cine, por lo menos), les gustaría que todas las
películas fueran “Taxi Driver”. Que todas fueran “arriesgadas” y, de alguna
modo, también resultasen “incómodas” para gran parte del público. ¿Por qué?
Bueno, porque esta opción siempre va a ser más interesante de ver si eres
exigente. Pero también (y esto lo negarán, claro) porque es más “snob”. Vamos,
todo este rollo para justificar que “The Imitation Game” es un thriller
convencional, correcto y muy del estilo de Hollywood. Es decir: está planteado
para entretener a la mayor cantidad de gente posible. Y eso, a según qué
personas, les parece mal. Porque hay quien piensa que la vida personal de
Turing habría sido más interesante que sus logros profesionales. Y sus
paralelismos con “Una mente maravillosa” (Ron Howard, 2001) la hacen parecer
“comercial” y presumiblemente “premiable”. Y sí, tienen razón. A lo que yo me
pregunto: ¿qué tiene eso de malo? Nada. Además, no se puede decir que no hayan
sido coherentes consigo mismos. El planteamiento de la película es que Alan
Turing resolvió uno de los mayores enigmas jamás planteados en un contexto de
guerra… gracias a su afición por los pasatiempos. Y eso es en lo que deriva el
film que narra sus desventuras: en un “pasatiempo”.
Resumiendo: parafraseando
un poco la frase que da pie al párrafo anterior: “es más difícil sorprender a
un crítico cuando espera que le sorprendas”. La película de Tyldum se presentó
desde su estreno como una de las mejores apuestas de la temporada, y eso hizo
que las expectativas de muchos crecieran más allá de lo que la propia película
esperaba. Eso no quita para que, dentro de unos años, “The Imitation Game
(Descifrando Enigma)” se convierta en una de esas películas con las que los
programadores de la parrilla acertarán siempre.
Memorable: la
escena final, donde realmente Cumberbatch da lo mejor de sí (lo siento, sé que
todo el mundo está encantado con este tipo, pero yo no dejo de ver en su
personaje a un remedo de “Sherlock”).
Mejorable:
efectivamente, y como todo biopic que se precie, la película está llena de
“trucos cinematográficos”, como esa serie de subtramas que bucean en la niñez
del protagonista y que están orientados a dar una explicación sobre los
aspectos más controvertidos de su persona. Al menos, no se ha recurrido al
sempiterno conflicto con la madre dominante o excesivamente protectora, otro de
esos clichés que nunca fallan.
Parafraseando:
cuando el grupo de científicos consiguen su propósito (ups, SPOILER) se dan
cuenta de la aterradora verdad… nadie puede saber que lo han logrado: “Siempre
es más difícil mentir a una persona cuando espera que le mientas”.
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