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martes, 14 de febrero de 2017

Crítica de "Descifrando enigmas" (2014)


Año: 2014. Título original: The Imitation Game. Director: Morten Tyldum (“Passengers”… vercrítica). Basada en: el libro de no ficción “Alan Turing: The Enigma”, de Andrew Hodges. Intérpretes: Benedict Cumberbatch (el protagonista de la serie británica “Sherlock”(, Keira Knightley (“Piratas del Caribe”), Charles Dance (“Alien 3”), Matthew Goode (“Watchmen”), Mark Strong (“Linterna Verde”), Rory Kinnear (“Skyfall”). Presupuesto: 14 millones de dólares. Recaudación: 160 millones. Premios: ganó el Oscar a Mejor Guión Adaptado para Graham Moore.

Sinopsis: cuando Inglaterra entra de pleno en la II Guerra Mundial del bando de los aliados, el brillante matemático Alan Turing es asignado a un programa para descifrar la máquina nazi “Enigma”, con el objetivo de adelantarse al enemigo y ganar la contienda. Sin embargo, la titánica empresa se verá aún más complicada por el extraño carácter del hombre de ciencia y su orientación sexual.

Crítica: “A veces, la persona que nadie piensa que pueda hacer gran cosa… es la que hace cosas que nadie imagina”. Parece que mucha gente (cuando digo “gente” me refiero a “críticos”) han tenido problemas con esta frase, que se repite varias veces durante el metraje de “Descifrando Enigma”. ¿Por qué? Quizás porque es una de esas líneas de diálogo que con el tiempo se convertirán en motivo para que los adolescentes garabatéen en sus carpetas. Es demasiado “perfecta” (entendiéndose la perfección como cualquier cosa que será plenamente aceptado por el común de los mortales). Por ejemplo: ¿por qué se programa en la tele tantas veces “La gran evasión” y tan pocas “Taxi Driver”? (Vaya por delante que soy plenamente consciente de que tienen poco en común) Las dos son buenas películas, pero una es “para todos” y otra es “para selectos”. No lo digo yo: es así. A los críticos (los de cine, por lo menos), les gustaría que todas las películas fueran “Taxi Driver”. Que todas fueran “arriesgadas” y, de alguna modo, también resultasen “incómodas” para gran parte del público. ¿Por qué? Bueno, porque esta opción siempre va a ser más interesante de ver si eres exigente. Pero también (y esto lo negarán, claro) porque es más “snob”. Vamos, todo este rollo para justificar que “The Imitation Game” es un thriller convencional, correcto y muy del estilo de Hollywood. Es decir: está planteado para entretener a la mayor cantidad de gente posible. Y eso, a según qué personas, les parece mal. Porque hay quien piensa que la vida personal de Turing habría sido más interesante que sus logros profesionales. Y sus paralelismos con “Una mente maravillosa” (Ron Howard, 2001) la hacen parecer “comercial” y presumiblemente “premiable”. Y sí, tienen razón. A lo que yo me pregunto: ¿qué tiene eso de malo? Nada. Además, no se puede decir que no hayan sido coherentes consigo mismos. El planteamiento de la película es que Alan Turing resolvió uno de los mayores enigmas jamás planteados en un contexto de guerra… gracias a su afición por los pasatiempos. Y eso es en lo que deriva el film que narra sus desventuras: en un “pasatiempo”.

Resumiendo: parafraseando un poco la frase que da pie al párrafo anterior: “es más difícil sorprender a un crítico cuando espera que le sorprendas”. La película de Tyldum se presentó desde su estreno como una de las mejores apuestas de la temporada, y eso hizo que las expectativas de muchos crecieran más allá de lo que la propia película esperaba. Eso no quita para que, dentro de unos años, “The Imitation Game (Descifrando Enigma)” se convierta en una de esas películas con las que los programadores de la parrilla acertarán siempre.

Memorable: la escena final, donde realmente Cumberbatch da lo mejor de sí (lo siento, sé que todo el mundo está encantado con este tipo, pero yo no dejo de ver en su personaje a un remedo de “Sherlock”).

Mejorable: efectivamente, y como todo biopic que se precie, la película está llena de “trucos cinematográficos”, como esa serie de subtramas que bucean en la niñez del protagonista y que están orientados a dar una explicación sobre los aspectos más controvertidos de su persona. Al menos, no se ha recurrido al sempiterno conflicto con la madre dominante o excesivamente protectora, otro de esos clichés que nunca fallan.


Parafraseando: cuando el grupo de científicos consiguen su propósito (ups, SPOILER) se dan cuenta de la aterradora verdad… nadie puede saber que lo han logrado: “Siempre es más difícil mentir a una persona cuando espera que le mientas”. 

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