Año: 2014. Título
original: Gone Girl. Basada en: la novela homónima de Gillian Flynn, quien
también redacta el guión. Director: David Fincher (“Zodiac”). Intérpretes: Ben
Affleck (“Argo”), Rosamund Pike (“Orgullo y prejuicio”), Neil Patrick Harris
(el Barney de “Cómo conocí a vuestra madre”), Tyler Perry (“¿Por qué me casé?”),
Carrie Coon, Kim Dickens (“El hombre sin sombra”., Presupuesto: 61 millones de
dólares. Recaudación: 254 millones.
Sinopsis: la vida
de Nick Dunne da un giro radical cuando su mujer, Amy, desaparece en su rpopia
casa y con claros signos de violencia. Los medios de comunicación se harán
amplio eco de la noticia cuando descubren que, para más señas, la esposa era la
joven que inspiró toda una colección de libros infantiles escritos por sus
propios padres. Pero todo se enredará más todavía cuando la escena del crimen y
las pistas señalen, irremisiblemente, al propio Nick.
Critica: “Yo te
amaba. Y lo que hacíamos era recelar el uno del otro y hacernos daño” “Eso es
el matrimonio”. Hay un mérito indudable en la premisa argumental de “Perdida”.
Desde el propio tráiler, por lo poco que se deja ver de la sufrida esposa que
interpreta Pike, uno puede deducir que no es precisamente trigo limpio y que el
hecho de que las culpas señalen al marido al que encarna Affleck no quiere
decir, necesariamente, que los tiros vayan en esa dirección. Cuando,
efectivamente, eso queda constatado durante la primera parte del metraje, es
cuando el inter´res de la cinta se multiplica y el escéptico espectador se pregunta
en silencio: “¿Y ahora qué?”. Porque, lo que podría haber sido una versión
menor y algo ñoña de “The Game 2”, disfrazado como un thriller de continuos
giros argumentales, se revela como un apasionante retrato de las relaciones
humanas y nuestros más bajos instintos. Las elipsis como recurso principal de
narración, la fotografía apagada y la música new age, que son todos sellos de
marca de Fincher, quedan aquí en un segundo plano (a pesar de su innegable
presencia), supeditados al excelente guión de la propia Flynn, que seguramente
será merecedora del Oscar. Con esto, quiero decir que, seguramente, con otro
director que no hubiera sido Fincher, “Perdida” también habría sido una
excelente película. Y esto no es en detrimento del propio director. Al contrario:
hay veces que sólo hace falta poner a las personas adecuadas en el proyecto
adecuado. Y nadie puede poner en duda la línea que ha marcado Fincher en su
filmografía. Tampoco se puede dudar ya de las cualidades de un Affleck que está
perfecto en su rol de sufrido y amante esposo que puede acabar convirtiéndose
en demonio. Y… ¡oh, sorpresa!... el que podría parecer como la elección de
cásting más arriesgada, un Harris que sigue estando en el imaginario colectivo
por su encarnación de ligón en la famosa sitcom, se convierte en un atractivo y
desconcertante personaje clave para la trama que, para más inri, no deja de ser
una especie de Barney Stinson pero un poco pasado de rosca.
Resumiendo: por
muchos motivos, “Gone Girl” es una de las películas más interesantes del año.
También era de las más esperadas. Y, hay veces, que lo segundo no llega a
convertirse en lo primero. Esto siempre es un arma de doble filo. Pero, como he
mencionado en otras ocasiones, cuando una película, aparte de entretenerte, te
hace pensar y se te queda dando vueltas en la cabeza varios días después de
haberla visto… poco más se puede decir en su favor. Como dice la “pequeña Amy”:
“Nos tenemos el uno al otro… y todo lo demás sólo es ruido de fondo”.
Memorable: la
manera en la que el film funciona en distintos niveles y juega con el
espectador, llevándole siempre por donde quiere y dándole sus espacios para que
saque conclusiones mientras el metraje avanza.
Mejorable:
aunque, personalmente, no me importe, puede que haya quienes no estén muy de
acuerdo con su postura un tanto misógina, su final amoral o su estereotipada
visión de los medios de comunicación.
Parafraseando:
Nick comenta con su hermana que, ese año, el regalo de aniversario para la
“caza del tesoro” tiene que estar relacionado con la madera. Su hermana le
propone: “Ya sé: vete a casa, échale un polvazo y luego le das con la polla en
la cara. ¡Esto sí es una tranca!”.
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