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miércoles, 8 de febrero de 2017

Crítica de "TED" (2012)


Año: 2012. Dirigida, co-escrita y co-protagonizada por: Seth MacFarlane (“Mil maneras de morder el polvo”... ver crítica). Intérpretes: Mark Wahlberg (“Infiltrados”), Seth MacFarlane (en España, la voz a Ted se la pone Santi Millán, visto en “7 vidas”), Mila Kunis (“El destino de Jupiter”), Joel Mchale (“Community”), Giovanni Ribisi (hermano de Phoebe en “Friends”), Patrick Warburton (“Movie 43”), Jessica Barth (“Ted 2”).Patrick Stewart (sólo como voz del narrador, conocido por ser el Charles Xavier de la primera trilogía “X-Men”). Presupuesto: 54 millones de dólares. Recaudación: 549 millones. Premio: recibió una nominación a los Oscar a la Mejor Canción por “Everybody Needs a Best Friend”, interpretada por Norah Jones.

Sinopsis: cuando era pequeño, John Bennett no era muy popular entre los otros niños de su Boston natal. Así, decidió gastar un deseo navideño para pedir que su osito de peluche cobrara vida y se convirtiera en su mejor amigo para siempre. Milagrosamente, el deseo se cumplió y convirtieron al osito Ted en una celebridad que le llevó a ser entrevistado en programas de televisión. Pero treinta años después, nadie se acuerda de ello, y la amistad entre John y Ted se convierte en un problema cuando el primero consigue una novia, la cual no claudica con la forma de vida de la pareja de colegas, sentados en el sofá y colocándose. Así, Ted tendrá que aprender a independizarse, con un trabajo y una casa nuevas y… una novia choni.

Crítica: “Ya seas Justin Bieber o un entañable osito de peluche, llegará un momento en el que al mundo se la sudará”. Aprovechando el estreno en cines de “Ted 2”, hagamos un repaso de la que es una de las comedias más exitosas y recomendables de la última década, que hicieron de su responsable, el creador de “Padre de Familia”, uno de los gurús modernos de la industria, lo que llevó a presentar los Oscar y debutar también como actor, todo ello en un corto espacio de tiempo. Y es que, tal y como dice la voz en la V.O. de Patrick Stewart, parafraseando a lo que el propio MacFarlane ha confesado en muchas ocasiones, el éxito es un orgasmo que dura muy poco y hay que saber cogerlo a tiempo y re-conducirlo antes de que la gente diga: “Ah sí… otra vez lo mismo”. Y si no, espérense a ver qué ocurre con nuestro Dani Rovira y sus “8 apellidos vascos”. Por tales motivos, “Ted” es una amalgama de estereotipos y gags que bien podrían haberse integrado en la citada “Family Guy” (partiendo del hecho que el oso protagonista es una mezcla entre Stewie y Brian), con sus eñas de identidad características: la pelea entre los dos amigos que rememora las colosales batallas entre Peter Griffin  y el Pollo Gigante; el lenguaje, verbal y visual, soez e irreverente (el primer plano de Ted echándose jabón en la cara para simular semen); las multi-referencias a la cultura popular (los divertidos cameos sin prejuicios de un Ted Danson hablando de la polla diminuta de Woody Harrelson, Norah Jones confesando el polvazo que echó con el osito, y sobre todo, un Sam “Flash Gordon” Jones deseando ponerse hasta el culo de cocaína)… pero al mismo tiempo, también hay un esfuerzo consciente y palpable de MacFarlane por intentar amoldar todo ello a una comedia romántica convencional, como queriendo demostrar que es capaz de ello, sabedor de que quizás, su futuro tenga que medirse por otro tipo de producciones más convencionales. No es una rendición al sistema de masas, sino una evolución madura y sincera de un autor que no quiere pasarse la vida teniendo miedo de las tormentas y tirándose pedos. Por ello, es de agradecer que “Ted” funcione a varios niveles y, más allá del caos y la irreverencia que caracterizan a su serie de dibujos, se destape como un entrañable cuento sobre la amistad y, en sus pequeños detalles, un nostálgico poema a todos aquellos que construímos nuestro mundo con la música, el cine y las series de televisión, como el motivo musical de “Indiana Jones” que suena brevemente en un momento crucial o el simple hecho de llamar al protagonista “Ted” (o sea: “Teddy Bear”, el entrañable peluche icónico hoy en día objeto de coleccionismo y que Elvis Presley mitificó en una canción).

Resumiendo: por muchos motivos, hay cierto público a quien no puede recomendarse esta comedia, que lleva la incorrección política un paso más allá y de forma auto-consciente se parodia a sí misma hablando todo el rato de “chirlas”, “chochos” y “pollas”. Pero el propio director sabe que eso sólo es la “paja”, y el equilibrio con su vertiente más convencional hacen que “Ted” sea el gran referente de la comedia actual, en constante búsque da de nuevas guías, toda vez que las de los Carrey, Sandler o Segura ya acusan cierto desgaste.

Memorable: la conversación sobre nombres de “chonis”. Uno de esos momentos que en las comedias suelen “destripar” los tráilers y que… ¡oh, sorpresa!... luego encima resultan ser lo mejor de la película. Aquí, afortunadamente, hay muchos más gags a los que aferrarse, como esa pareja de padre e hijo psicópatas.

Mejorable: aunque no es negativo en este caso, normalmente se critica las traducciones del doblaje al español, al tener que cambiar algunas de las referencias del original. Aquí, se hace un buen trabajo, tanto por la aportación vocal de Santi Millán como por los localismos que mencionana a los protagonistas de “Verano Azul” o esa “La Vane” imitando a Belén Esteban y su famosa frase de “Por mi hija… ¡ma-to!” que no “ensucian” la narración original.


Parafraseando: la escena que da paso al gag de “la cagada” (literalmente), empieza con lo siguiente: “Las lumis y yo estábamos viendo “Jack y su gemela”. Es de Adam Sandler y hace de un tío y de su hermana. Es horrible. Es un coñazo. Pero bueno… son putas, así que no les importa. Por cierto, ellas son Angélica, Sabrina, Celeste y Camina Lamama. Qué gran apellidos. Hay por ahí cuatro padres desastrosos a quienes querría darle las gracias por esta noche”.

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