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lunes, 6 de febrero de 2017

GH VIP 5: Kárate a muerte en Guadalix


Ver el blog del día anterior (pinchar aquí).
Eso al menos es lo que parecía anoche durante las veces que conectaron en “El Debate”. O, para ser más exactos, desde que la dirección tuvo a bien comenzar con los posicionamientos, porque hasta entonces la hermandad era santo y seña de los concursantes con el objetivo común de superar la prueba semanal. Vamos, para quienes nos quejábamos de la indolencia de este VIP desde que comenzó a emitirse hace más de un mes, toda una gozada, si bien es cierto que las actitudes de algunas concursantes como Elettra o Alyson son punibles, cuanto menos, de una nominación directa y, sin embargo, hasta el momento se están marchando de rositas. Una cosa es que Aída Nízar nos parezca a todos sobreactuada cuando la vemos llorando en el confesionario y otra muy distinta que no tenga razón cuando se queja de que si fuese ella la protagonista de dichas acciones, ya habría sido puesta de patitas en la calle,. O habría una jauría humana con antorchas humeantes camino de Guadalix clamando para que les dejasen quemarla en una hoguera.
Lamentablemente, el “speech” de su madre en plató no estuvo muy trabajado. Intentó enumerar todo lo que había recibido su hija en contra desde que entró a participar en el programa, para justificar también las salidas de tono de Aída (que se las trae, cosa que nunca he negado) pero lo dijo repitiendo algunas de esas chanzas, trabándose y en general sin mucha convicción. También es cierto que “en vivo y en directo”, con la tensión y los nervios, es mucho más difícil que hacerlo en la intimida de mi casa y con una hoja en blanco delante. Repasemos: Daniela la amedrantó cuando Nízar y Alonso estaban comentando en privado el comportamiento de algunos en la casa, exigiéndole que la hiciesen partícipe de lo que se hablaba (cosa que, por supuesto, no tenía por qué hacer); Alyson le preguntó si había hecho porno y luego dijo que ella misma sí lo había hecho… pero con su madre; esta misma concursante, muy natural y muy graciosa ella, en los últimos días le ha escupido en dos ocasiones y, no sólo lo ha reconocido, sino que ha asegurado que podría hacerlo en su cara durante la emisión de la próxima gala; Aless Gibaja comenzó su convivencia con ella envenenado al resto de concursantes en su contra, y pasó de decir de ella que era una “víbora” a espetarle “que era lo peor y había traído el mal rollo a la casa”, de manera bastante vehemente y agresiva, sumándose además al linchamiento que estaba recibiendo en ese momento la polemista, con varios compañeros en contra y de pie delante de ella, mientras que la propia Aída continuaba sentada en el sofá. Pero es que voy más allá, porque esta última acción tuvo lugar después del (primer) intento de agresión a Aída, cuando Elettra se acercó a ella soltando todo tipo de improperios, masajeándose las tetas (algo así como el golpe de pecho de los gorilas, pero en versión choni recauchutada) y tocándole la cara en tono bastante intimidatorio, hasta el punto de que varias personas tuvieron que sujetarla para que la cosa no fuese a más.
Es cierto que la propia Aída exageró posteriormente otro empujón por parte de Elettra cuando apareció en la casa el mal llamado “sargento” Matamoros, pero eso no quita que el contacto existiese. También es cierto que no parece motivo de expulsión a simple vista las palmaditas de la Eckman en la pierna de la colaboradora durante la última fiesta, ni que ésta le gritase al oído “¡Agresión, súper, expulsión!”, para hacerle burla refiriéndose a la escena anteriormente mencionada. Y bueno, tampoco se puede considerar como una agresión directa el hecho de que Elettra anoche golpease con puñetazos y patadas el mobiliario de la casa mientras discutía con ella. Ahora bien, sumándolo todo… hay que ser muy necio para no darse cuenta de que lo que están practicando en Guadalix es un amago de “bullying” en toda regla, un machaque contínuo de 24 horas donde se van turnando para hacer de la Nízar un saco de boxeo para todo tipo de vejaciones. Y sí, ya sé que todos los que odien a muerte a la “elegida de Dios” dirán que ésta se lo tiene bien merecido, pues es bastante propensa a apagar el fuego con un chorrito de gasolina. Esto también es cierto, sí. Pero a todos aquellos que nieguen lo evidente les diré que es una reacción bastante común en personas que están siendo maltratadas de esta manera responder de la misma forma para dar una falsa impresión de que no están siendo “sometidos”.
La gota que colmó el vaso, y quizás la que pasó más inadvertida. Fue la manera en que la casa en bloque atacó a Alejandro Abad cuando éste le dio su apoyo a Aída. Quedó patente entonces que lo que tenemos ahora mismo en el VIP es una guerra en toda regla donde, o estás con el bando teóricamente “bueno”… o estás en su contra. Para el resto de concursantes no es suficiente que la Nízar salga expulsada presumiblemente este jueves. No. Antes de que eso ocurra tienen que amargarle la existencia, dejándola sola como un perro y, si se puede, chafándole la cabeza en el barro de la pista americana donde minutos antes la animaban entonando su característico “¡Amo mi vida!” para que terminase la prueba. Nagore Robles señalaba desde el plató que Aída había querido sabotear la prueba. La verdad es que no sé si lo hizo. Pero debería. Porque, a todo lo señalado en este artículo, le faltaba la guinda del pastel en forma de un Kiko Matamoros que, lejos de intentar mantener una especie de equilibrio de poderes, se sumó al escarnio público afeándole el mismo comportamiento que él había tenido los días que estuvo en la casa.

En fin, que por todo lo dicho, me gustaría que Aída superase la nominación de esta semana, aunque sé que es una proeza difícil de conseguir, sólo al alcance de auténticos héroes. Y esos héroes, queridos telespectadores, somos todos nosotros, que tenemos el auténtico poder del programa en nuestro voto. Hagámoslo posible.

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