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viernes, 3 de febrero de 2017

GH VIP 5: Pedimos oficialmente la entrada de Aylen Milla, novia de Marco


Ver el blog de ayer (pinchar aquí).
“Dios, ¿por qué la hiciste así?”, parafraseaba anoche Jordi González la famosa expresión de Aída Nízar ante el jolgorio de la platea. Lo cierto es que, nos guste más o menos, la entrada de la polemista ha dado vida a este VIP, que de hecho registró ayer su máximo de temporada en una gala donde, por fin, los vídeos de lo acontecido en la última semana se sucedían en la escaleta sin tiempo para que los invitados al plató abriesen la boca. Esto hay que debérselo a la Nízar, sin duda, pero también a la suspensión del “Límite 48 horas”. Dos decisiones que tomó Mediaset ante la sangría de espectadores y que han resultado ser milagrosas para el concurso. Podríamos decir, después de un mes de emisión, que bienvenidos a “Gran Hermano VIP 5”.
Por lo mismo que aplaudo la irrupción cual elefante en una cacharrería de Aída, lamento profundamente la expulsión ayer de Alonso Caparrós. Más allá de que te guste o no como persona, que te caiga simpático o insoportable, que fuese o no tu favorito… Alonso es otro de esos concursantes que “hacían programa”. Sí, ya sé que el concepto del formato “GH” se define como “telerrealidad” y que a los participantes se les pide que vivan la experiencia y sean ellos mismos. Eso está muy bonito sobre el papel. Pero si te encuentras con una panda que lo único que hacen es estar tumbados a la bartola y esperar que vaya pasando el tiempo (pues la permanencia, sobre todo en el VIP, equivale a seguir ingresando tu caché)… nos pintan bastos. Al menos, a los que queremos entretenimiento. Como se ha señalado varias veces, a mí me la repanplinfa que gane fulano o mengano. No estamos escogiendo al Premio Nobel de nada. Lo que queremos es que, durante los 3 meses o lo que dure el espacio en la parrilla, vivamos un carrusel de tramas donde haya espacio para el humor, los escarceos amorosos y las broncas. Eso, señores, es “Gran Hermano”. Lo demás… es “Barrio Sésamo”.
Paradójicamente, puede que el principal perjudicado de la entrada de Aída fuese el propio Alonso, aunque en las primeras horas de vivencia de la nueva compañera se antojase todo lo contrario. Con la entrada de Nízar, el VIP vuelve a tener un nuevo villano, y la presencia de Caparrós se hizo, por tanto, prescindible. Además, reculó bastantes pasos en su primera intención de forjar alianza con la polémica colaboradora, y encima optó por alejarse del foco de atención de la casa, lo que se traduce en una cadena de errores que han dado con sus huesos fuera de la casa de Guadalix, muy lejos del maletín que tanto ansiaba. Decidir, por voluntad propia, no dar “más juego” esta semana del estrictamente necesario ha sido la gran metedura de pata de un Caparrós que nunca llegó a entender del todo cómo funcionaba el formato, pero que cuanto menos apostó por jugar; algo que no se puede decir de todos los que aún siguen dentro, ni mucho menos.
En este sentido tenemos a un Aless Gibaja, que anoche después de la retransmisión en directo se flagelaba por los abucheos que había oído referidos a su persona mientras comunicaban las nominaciones. Gibaja es otro de los que a día de hoy no se espera nada dentro del concurso. Como sabréis todos los que sigáis el blog, nunca fue de mi agrado, pero también es cierto que esperaba más de él. Le veía como el auténtico villano en la sombra, con ese veneno camuflado de “buenrollismo” que ya no consigue disfrazar, por mucho que lo intente con sus pijamas del Primark. Sin embargo, y quizás por esos mismos “pitos” (que no es la primera vez que escucha), su protagonismo se ha ido diluyendo hasta quedar en nada. Ahora, más que nunca, es un sosías del amigo de Chabelita que entró la pasada edición y cuyo nombre ya ni recuerdo.
El panorama que nos queda, no obstante, es propenso al optimismo. El resto de tramas que había dentro de la casa siguen su curso y tomando derroteros que no nos esperábamos. El acercamiento de Alyson y Marco, por ejemplo, ya no parece tan inocente. Ayer la novia del italiano entró vía telefónica desde Chile para dejar claro que el tonteo de ambos no le gusta un pelo. Hay muchos que aseguran que la pareja de novios, que se conoció dentro de un reality en el citado país, están deseando “forzar” la situación para que la dirección del VIP opte por meter a la chica de Ferri en la casa, al igual que se ha hecho en otras ediciones, sobre todo de la versión de anónimos. Desconozco si esto es viable, habida cuenta de que lo último que supimos de la novia antes de su llamada de ayer es que había entrado a participar en otro concurso de similares características junto a Oriana. No obstante, y a pesar de que parezca que lo llevaban planeado de fuera, me encantaría ver cómo se desenvolvería todo con la llegada de esta nueva concursante. Ya me imagino a la Eckman entrando en cortocircuito con sus muletillas habituales de “Oh, my God”, “Fucking Crazy” repetidas una y otra vez en bucle.
Lo mismo podemos decir de Ivonne y Sergio, que parecen más cerca de tener algo más que un roneo, por más que me siga pareciendo ciencia-ficción, lo suyo. Pero lo de la Reyes es el caso más delirante de este VIP. Su perfil puede que sea el más bajo dentro de la casa, pero el que más está dando que hablar fuera de ella. La jugada le ha salido perfecta, imagino que mucho mejor de lo que ella misma esperaba. Y puesto que ahora lo sabe (esa pregunta con sonrisilla a Matamoros de si había mucha “tormenta” fuera), podría suceder que la chica decidiese explotar un poquito más la cosa y dar un nuevo motivo para habladurías, liándose con un chaval que perfectamente podría ser su hijo. Es otra de esas historias que estoy deseando ver cómo finalizan.

Y bueno… la verdad es que hay mucho más que contar. Pero como siempre, me quedo sin espacio. Eso sí, intentaré seguir escribiendo durante este fin de semana, así que seguid atentos a Orgullo Fan porque mañana y como siempre… más y mejor.

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