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“Dios, ¿por qué la hiciste así?”, parafraseaba anoche Jordi
González la famosa expresión de Aída Nízar ante el jolgorio de la platea. Lo cierto
es que, nos guste más o menos, la entrada de la polemista ha dado vida a este
VIP, que de hecho registró ayer su máximo de temporada en una gala donde, por
fin, los vídeos de lo acontecido en la última semana se sucedían en la escaleta
sin tiempo para que los invitados al plató abriesen la boca. Esto hay que
debérselo a la Nízar, sin duda, pero también a la suspensión del “Límite 48
horas”. Dos decisiones que tomó Mediaset ante la sangría de espectadores y que
han resultado ser milagrosas para el concurso. Podríamos decir, después de un
mes de emisión, que bienvenidos a “Gran Hermano VIP 5”.
Por lo mismo que aplaudo la irrupción cual elefante en una
cacharrería de Aída, lamento profundamente la expulsión ayer de Alonso
Caparrós. Más allá de que te guste o no como persona, que te caiga simpático o
insoportable, que fuese o no tu favorito… Alonso es otro de esos concursantes
que “hacían programa”. Sí, ya sé que el concepto del formato “GH” se define
como “telerrealidad” y que a los participantes se les pide que vivan la
experiencia y sean ellos mismos. Eso está muy bonito sobre el papel. Pero si te
encuentras con una panda que lo único que hacen es estar tumbados a la bartola
y esperar que vaya pasando el tiempo (pues la permanencia, sobre todo en el
VIP, equivale a seguir ingresando tu caché)… nos pintan bastos. Al menos, a los
que queremos entretenimiento. Como se ha señalado varias veces, a mí me la
repanplinfa que gane fulano o mengano. No estamos escogiendo al Premio Nobel de
nada. Lo que queremos es que, durante los 3 meses o lo que dure el espacio en
la parrilla, vivamos un carrusel de tramas donde haya espacio para el humor,
los escarceos amorosos y las broncas. Eso, señores, es “Gran Hermano”. Lo demás…
es “Barrio Sésamo”.
Paradójicamente, puede que el principal perjudicado de la
entrada de Aída fuese el propio Alonso, aunque en las primeras horas de
vivencia de la nueva compañera se antojase todo lo contrario. Con la entrada de
Nízar, el VIP vuelve a tener un nuevo villano, y la presencia de Caparrós se
hizo, por tanto, prescindible. Además, reculó bastantes pasos en su primera
intención de forjar alianza con la polémica colaboradora, y encima optó por
alejarse del foco de atención de la casa, lo que se traduce en una cadena de
errores que han dado con sus huesos fuera de la casa de Guadalix, muy lejos del
maletín que tanto ansiaba. Decidir, por voluntad propia, no dar “más juego”
esta semana del estrictamente necesario ha sido la gran metedura de pata de un
Caparrós que nunca llegó a entender del todo cómo funcionaba el formato, pero
que cuanto menos apostó por jugar; algo que no se puede decir de todos los que
aún siguen dentro, ni mucho menos.
En este sentido tenemos a un Aless Gibaja, que anoche
después de la retransmisión en directo se flagelaba por los abucheos que había
oído referidos a su persona mientras comunicaban las nominaciones. Gibaja es
otro de los que a día de hoy no se espera nada dentro del concurso. Como sabréis
todos los que sigáis el blog, nunca fue de mi agrado, pero también es cierto
que esperaba más de él. Le veía como el auténtico villano en la sombra, con ese
veneno camuflado de “buenrollismo” que ya no consigue disfrazar, por mucho que
lo intente con sus pijamas del Primark. Sin embargo, y quizás por esos mismos “pitos”
(que no es la primera vez que escucha), su protagonismo se ha ido diluyendo
hasta quedar en nada. Ahora, más que nunca, es un sosías del amigo de Chabelita
que entró la pasada edición y cuyo nombre ya ni recuerdo.
El panorama que nos queda, no obstante, es propenso al
optimismo. El resto de tramas que había dentro de la casa siguen su curso y
tomando derroteros que no nos esperábamos. El acercamiento de Alyson y Marco,
por ejemplo, ya no parece tan inocente. Ayer la novia del italiano entró vía
telefónica desde Chile para dejar claro que el tonteo de ambos no le gusta un
pelo. Hay muchos que aseguran que la pareja de novios, que se conoció dentro de
un reality en el citado país, están deseando “forzar” la situación para que la
dirección del VIP opte por meter a la chica de Ferri en la casa, al igual que
se ha hecho en otras ediciones, sobre todo de la versión de anónimos. Desconozco
si esto es viable, habida cuenta de que lo último que supimos de la novia antes
de su llamada de ayer es que había entrado a participar en otro concurso de similares
características junto a Oriana. No obstante, y a pesar de que parezca que lo
llevaban planeado de fuera, me encantaría ver cómo se desenvolvería todo con la
llegada de esta nueva concursante. Ya me imagino a la Eckman entrando en cortocircuito
con sus muletillas habituales de “Oh, my God”, “Fucking Crazy” repetidas una y
otra vez en bucle.
Lo mismo podemos decir de Ivonne y Sergio, que parecen más
cerca de tener algo más que un roneo, por más que me siga pareciendo
ciencia-ficción, lo suyo. Pero lo de la Reyes es el caso más delirante de este
VIP. Su perfil puede que sea el más bajo dentro de la casa, pero el que más
está dando que hablar fuera de ella. La jugada le ha salido perfecta, imagino
que mucho mejor de lo que ella misma esperaba. Y puesto que ahora lo sabe (esa
pregunta con sonrisilla a Matamoros de si había mucha “tormenta” fuera), podría
suceder que la chica decidiese explotar un poquito más la cosa y dar un nuevo
motivo para habladurías, liándose con un chaval que perfectamente podría ser su
hijo. Es otra de esas historias que estoy deseando ver cómo finalizan.
Y bueno… la verdad es que hay mucho más que contar. Pero como
siempre, me quedo sin espacio. Eso sí, intentaré seguir escribiendo durante
este fin de semana, así que seguid atentos a Orgullo Fan porque mañana y como
siempre… más y mejor.
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