Información general:
reseña de “G.I.R.L”, segundo disco en solitario de Pharrell Williams, lanzado
en marzo de 2014 por Columbia dentro de su sello Interscope. El álbum se
compone de diez canciones de las que se han extraído hasta la fecha los singles
“Happy”, “Marilyn Monroe” y “Come Get It”. El primero de ellos, utilizado en la
película “Gru 2” fue nominado al Oscar y se calcula que puede haber vendido
como single unas cinco millones de copias. El LP tiene también colaboraciones
de Justin Timberlake, Daft Punk o Alicia Keys.
Crítica: me
pueden decir lo que quieran. Que su influencia en la peli era muy poca, que se
lo merecía más “Frozen” por ser un musical… nunca en la historia de los Oscar
se ha hecho mayor engañifa que con el hecho de no habérselo otorgado a
Pharrell. Y sí, ya sé que es un premio cinematográfico que poco tiene que ver
con la música, pero el tipo se lo merecía. Es imposible que no te caiga bien
Pharrell Williams o no te alegres por él. Siempre en la sombra, ejerciendo como
productor y cantante de estribillos para todo tipo de gente, desde Jay Z a
Madonna, pasando por Britney, junto con The Neptunes tuvo su época dorada a
comienzos de este milenio, donde su influencia en los discos más punteros del
momento ayudaron a redifinir (y en muchos casos, a fusionar) el pop y el
r&b. de su reivindicable grupo de rock y rap conceptual N.E.R.D., dio el
salto en solitario con “In my mind”, en 2006, que curiosamente no fue el gran
éxito que todos pensábamos, ni comercial ni artísticamente hablando. Como si el
peso de ser estrella en solitario fuese demasiado para él. Así llegamos hasta
2013, donde sendas colaboraciones en el “Get Lucky” de Daft Punk y el “Blurred
Lines” de Robin Thicke volvieron a ponerle en el disparadero. Una segunda
oportunidad que no se le aparece a todos en la vida y que Pharrell está
dispuesto a no dejar escapar. Ahí donde le véis, a pesar de que parece recién
salido del “insti”, el tipo tiene ya los 40 tacos, así que posiblemente no
tenga otra. Y, al contrario de lo que hiciese en su primer álbum, Pharrell se
quita las presiones y las expectativas y se marca un sencillo álbum de funk
alegre y vitalista, donde a su famoso falsetto (el más sexy de la música, con
permiso de Prince) le suma unas guitarras y un aire que te recuerdan al James
Brown de sus años mozos. Conceptualmente, “G.I.R.L” trata sobre lo mucho que le
gustan al chico las mujeres, pero no resulta ofensivo como es la tónica
habitual en la música de hoy en día (¿alguien dijo Chris Brown?) sino más bien
las canciones son un poema dedicado a ellas. Un poema celestial (atención a los
violines de “Marilyn Monroe”). Resulta paradójico que éste fuese el mismo que
convirtió el sonido de Britney en algo sucio y pegajoso con su “I´m a slave 4
u”. ¿Os acordáis? Joder, los tiempos en los que la Britney seguía diciendo que
era virgen… Bien es cierto que “G.I.R.L” sufre el conocido como “el mal del
super-hit”; la influencia y el poder de “Happy” (más de 500 millones de
reproducciones en su vídeo oficial de YouTube) es tan grande, que esperas con
ansia el momento en que la famosa percusión de inicio empiece a sonar y todo lo
que sea antes o después te da un poco igual. Quizás habría sido mejor incluirla
la primera o la última dentro del tracklist, pero eso no quita que, en su
conjunto, “G.I.R.L” suene simpático y fresco, y después de escucharlo una vez,
seguramente vuelvas a darle al “Play”. Para volver a escucharlo. Entero. Hasta
que suene “Happy”. Entonces, puede que repitas ese glorioso momento una y otra
vez.
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