Reseña del sexto
álbum de estudio de Beyoncé Knowles, titulado simplemente “Beyoncé”. El disco
salió por rospresa y sin ningún tipo de promoción a finales de 2013 y consta de
14 canciones producidas por Pharrell Williams, Timbaland, Justin Timberlake…
entre otros, y colaboraciones vocales de Frank Ocean, Drake, su marido Jay Z e
incluso la hija de ambos, Blue Ivy. El disco fue concebido como una experiencia
audiovisual, de modo que se acompañó cada canción con su correspondiente
videoclip desde el mismo momento de su salida al mercado. Vendió un millón de
copias en sus primeros seis días, consiguiendo su quinto número 1 consecutivo
para la artista. Hasta la fecha, se han vendido cuatro millones de copias en
todo el mundo y los críticos de la industria lo consideran uno de los mejores
álbumes del año. Un año después, salió al mercado el box set “More”, cuya
reseña podéis leer aquí (ver crítica)
Crítica: “Tus
tetas son mi desayuno”, rapea Jay Z en “Borrachos de amor”. Mientras, en
“Partition”, la propia Beyonce dice: “Los hombres creen que a las mujeres muy
femeninas no les gusta el sexo… pero se equivocan”. Vamos, temáticamente el
nuevo trabajo de la ex. Destinys Child puede resumirse en esas dos frases. Si
alguien pensaba que la maternidad la iba a volver ñoña o reflexiva, se
equivocaban. La Knowles reivindica la sexualidad femenina y quiere promulgar a
los cuatro vientos lo mucho que le gusta hacerlo. Lejos quedan aquellos tiempos
en que, como la Britney, jugaba con lo políticamente correcto y aseguraba
querer llegar vírgen al matrimonio. Incluso para mí, el videoclip de la
mencionada “Partition” me parece rayando lo obsceno (y no es el único) y en las
últimas puestas en escena que he visto de la diva, casi parece más una
bailarina de striptease que una cantante, haciendo piruetas sobre una barra o
abriéndose de piernas en un sillón reclinable. Y es que, señores, lejos del
control de su padre (al que “jubiló” ya en el disco anterior como gestor de su
carrera), la Beyoncé hace ahora lo que le sale del coño, y nunca mejor dicho.
Ella, Jay Z, Kanye West, Rihanna, Timbaland y Justin Timberlake… parecen los
nuevos “Rat Pack” de la música; están re-inventando la industria con sus
últimos trabajos, desterrando para siempre el concepto de canciones de tres o
cuatro minutos como máximo y rechazando los singles convencionales. Las pistas
de “Beyoncé” son inclasificables; no puede decirse que sean pop… pero tampoco
r&b, soul, rap, electro o ninguna otra etiqueta que quiera añadírseles. En
“Mine” suena el piano y parece una balada convencional… y de repente aparece
Drake en el estribillo y aquello se convierte en algo casi tribal. “Blow”
parece una producción de Quince Jones para el Jacko de “Off the Wall”, siendo
“XO” (junto con “Grown Woman”, que finalmente se descartó como pista de la
edición estándar, aunque sí aparece como bonus track y tiene su correspondiente
videoclip) es la canción más reconocible de la Beyoncé de los últimos tiempos.
Como anécdota queda esa “Blue” compuesta para su hija que era, sin duda, el
tema que todo el mundo estaba esperando. Y esa es la única concesión porque
“Beyoncé” es, en todos los sentidos, una sorpresa. Y agradable, se entiende.
Veremos cómo se ponen de acuerdo en el futuro para virar a otro costado y que
el mundo siga girando en torno a ellos. Nuff said!
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