Año: 2015. Director: Josh Trank (“Chronicle”). Guión:
Simon Kinberg (“X-Men Origins: Días del Futuro Pasado”). Basada: supuestamente,
en los cómics de Stan Lee y Jack Kirby publicados desde 1963, si bien tiene más
parecidos con la versión de la línea Ultimate… ver crítica. Intérpretes: Miles
Teller (“Whiplash”… ver crítica), Kate Mara (“The Martian”), Jamie Bell (“Las
aventuras de Tintín”… ver crítica), Michael B. Jordan (“Creed”), Toby Kehbell
(“El amanecer del planeta de los simios”), Tim Blake Nelson (“O Brother”), Reg
E. Cathey (“La máscara”). Presupuesto: 120 millones de dólares. Recaudación:
168 millones. Premios: por desgracia, arrasó en los “Golden Raspberry” con los
premios a Peor Director, Peor Guión, Peor Reparto, Peor Remake, Precuela o
Secuela y Peor Película, esta última ex aequo con “Cincuenta sombras de Grey”.
Franquicia: en
total, cuatro incursiones han tenido los personajes en el cine. La primera,
olvidada por muchos, una producción de bajo presupuesto de 1992 con el sello de
Roger Corman. Ya en FOX, la primera “Los 4 Fantásticos” (ver crítica) se estrenó en 2005, y dos años después su secuela “Los
4 Fantásticos y Estela Plateada” (vercrítica), amén de la que hoy nos ocupa. Una secuela de ésta estaba
programada para 2017, pero el fiasco crítico y público la canceló. De igual
forma, un posible crossover con la otra licencia de Marvel de la que posee los
derechos el estudio, es decir: los “X-Men” y los mutantes en general, que había
venido rumoreándose los meses previos al estreno.
Sinopsis: Redd
Richards es un joven empollón que, junto a su amigo del colegio Ben Grimm,
construye una máquina capaz de establecer un contacto con una dimensión
desconocida. Gracias a esto, Reed consigue una beca para estudiar en el
Edificio Baxter, donde también estudian los jóvenes Sue Storm y su hermano
Johnny Storm y el misterioso Victor Von Doom. Todos harán uno de los
descubrimientos más importantes de la historia, que también cambiará sus vidas
para siempre.
Crítica: la
crónica de un fracaso anunciado. “Cuatro Fantásticos” no es una mala película.
Al contrario, es un film de ciencia-ficción notablemente divertido y con muchos
puntos reivindicables. Pero no es una cinta de superhéroes. Y, desde luego, no
es una película de “Los 4 Fantásticos” de Stan Lee y Jack Kirby. ¿Por qué ha
sido entonces un fracaso tan clamoroso y las críticas han sido tan feroces
desde su estreno? Porque los fans (o frikis, o llamarlos como queráis)
son/somos una minoría que no suele contar para los estudios porque su peso no
es relevante en una producción que aspira a ser un éxito a nivel mundial. Pero
esta minoría es muy ruidosa, y junto a ellos/nosotros, siempre están los
morbosos a los que les gusta hacer leña del árbol caído y llevaban
prácticamente un año afilando los cuchillos, desde el mismo momento en el que
se escogió a Michael B. Jordan para interpretar a Johnny Storm, cambiándole así
la raza al personaje, y ls postergada campaña de promoción que, en el Hollywood
de hoy en día, se empieza con mucho, mucho, mucho más tiempo del que FOX le
dedicó a la que nos ocupa. A mí, sinceramente, lo del color de piel de un
personaje me es completamente indiferente. Se ha hecho en otras ocasiones e
incluso con cosas más difíciles de “tragar” como un cambio de sexo, así que
sólo me interesa saber si el actor que interpreta a un personaje de 50 años de
historia lo encarna solventemente o no. Y la respuesta es que no. La que
aparece en pantalla no es la Antorcha Humana que todos conocemos. Pero tampoco
lo son la Cosa, ni el Doctor Muerte, ni Sue… Parece mentira que una cinta que
dedica tanto tiempo a presentar los personajes (cosa, por cierto, innecesaria
toda vez que ya tenemos las producciones de principios de milenio para ello)
traslade tan mal su referente en viñetas. El error de Trank es salirse por la
tangente y, frente al infantilismo de las dos cintas de Tim Story, plantear una
suerte de “Fantastic Four Begins”, como dando por hecho que lo que vale para un
Hombre Murciélago bien vale para todos los demás. O quizás sea culpa de DC
Comics por hacer también que su nuevo Superman sea un “Superman Begins”. La
fórmula, afortunadamente para todos los demás y desafortunadamente para el caso
que nos ocupa, queda demostrada como inservible en la mayoría de los casos.
Pero no me gustaría centrarme en los aspectos negativos. Como digo, “Cuatro
Fantásticos” es una buena película. Una película sobre unos chicos que, sin
saberlo, abren un portal de doble dirección hacia un poder que nunca van a
poder controlar. Todo este larguísimo prólogo es brillante, aunque insisto que
sólo se puede disfrutar si haces un ejercicio de abstracción muy grande y
piensas que lo que estás viendo no es una adaptación de los personajes que
conoces. Desde luego, es el mejor origen que hemos visto de superhéroes hasta
la fecha, pero al igual que la discusión que se plantea en el film y que da el
pistoletazo de salida a todo lo demás, otros llegaron antes y plantaron su
bandera. Trank quería hacer un “reboot” porque consideraba que la versión
previa del grupo no le había hecho justicia. Un fallo, no solamente de
presunción, sino de comprender la industria y el modo de vida en que estamos
hoy en día, donde internet hace que cualquier persona, sea o no lector de
cómics, esté hasta las narices de que le cuenten una y otra vez lo mismo. Efectivamente,
señor Trank, usted ha hecho una película mejor que “Los 4 Fantásticos” de Tim
Story (no vamos a entrar a debatir si es mejor o peor “adaptación”, simplemente
como película en sí), pero no es la cinta que, a día de hoy, necesitaban los
personajes para volver a estar en primera línea de batalla frente a un millar
de producciones superheróicas. Esperemos que al menos sirva para algo y tanto
Sony como Marvel tomen buena nota para su (tercer) relanzamiento de
“Spider-Man”. Por favor, todos sabemos ya eso de que “todo gran poder conlleva
una gran responsabilidad”. Ahórrenselo… y aplíquenselo.
Resumiendo: si
nunca has leído un cómic de la Primera Familia de Marvel ni has visto ninguna
de sus películas, “Cuatro Fantásticos” te gustará. Incluso puede que lo haga si
eres de los que van al cine sin prejuicios a todo lo que rodea la industria. En
caso contrario, pensarás que estás pagando otra vez… para que te cuenten lo
mismo. Y encima, con un Johnny Storm de color negro. A todo esto, y pasados un
par de años desde su estreno en salas, queda patente que la que nos ocupa
pasará tristemente a la historia como uno de los “reinicios” más decepcionantes
de la historia.
Curiosidades: la
lucha entre el estudio y el director durante todo el proceso de realización de
la película fue continua, hasta el punto de que, primero, contrataron a Simon
Kinberg para que reescribiese el guión completo que había escrito Trank
(incluyendo un final diferente), y posteriormente obligaron a la filmación de
nuevas escenas y un remontado de la versión que el propio director entregó. Todo
ello, llevaron a Trank a desvincularse del film, y el mismo día del estreno
publicó en su perfil de Twitter que seguramente la cinta recibiría malas
críticas, puesto que no era lo que él tenía pensado en principio. Posteriormente, fuentes de Fox
alegaron que el comportamiento de Trank durante el rodaje había sido “errático,
egocéntrico y problemático”. Todo ello desembocó en que el realizador
abandonase también el proyecto del spin-off sobre “Han Solo”, ya que eso le obligaría
a trabajar de nuevo con Simon Kinberg, quien es uno de los escritores que
estará vinculado a todas las nuevas películas de “Star Wars”, bien como
dramaturgo principal, bien como asesor o consultor para mantener el tono entre
todas ellas.
Memorable: aunque
no vemos a Ben Grimm por ningún lado, la adorable cosa de ojos azules nunca
había estado tan bien representada como aquí. Sigue pareciendo algo
artificiosa, pero desde luego no es un muñeco de goma-espuma e incluso hace el
ruidito de rocas moviéndose al andar. Eso sí… también es un tanto
desconcertante la elección del actor. Por un lado, se entiende que tenga la
misma edad que Reed, por tanto en cuanto sabemos que eran amigos desde la
infancia. Por el otro, está muy lejos de parecerse, por físico y por
experiencia vital, a su homólogo de las viñetas.
Mejorable: el cambio
en los caracteres de los protagonistas es tan acentuado (y todos cortados por
el mismo patrón: serios, taciturnos y atormentados como si a cada uno de ellos
le hubiesen matado a sus padres en un callejón al terminar de ver “La marca del
Zorro”), que la escena del final, donde realmente se parecen en algo a los
personajes que conocemos, se antoja como forzada y puesta de “pegote” para
justificar el título. Lo mismo pasa con la batalla final contra un Dr Muerte
que nunca llega a ser una amenaza real dado su poco peso en la historia.
Parafraseando: en
la citada escena, el cuarteto observa desde una posición elevada todo el “futuro”
que tienen por delante (pobrecitos, no sabían aún lo que se les venía encima
tras el estreno) y llega el momento de buscarle un nombre al grupo: “¿Qué
tal “La Antorcha y sus antorchitas”?” “Mejor “El cerebrito y sus neuronas””
“Hemos llegado muy lejos desde el garaje” “Ya lo creo. Es fantástico”. “Repite
eso”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario