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jueves, 23 de marzo de 2017

Crítica de "CUATRO FANTÁSTICOS" (2015)


Año: 2015. Director: Josh Trank (“Chronicle”). Guión: Simon Kinberg (“X-Men Origins: Días del Futuro Pasado”). Basada: supuestamente, en los cómics de Stan Lee y Jack Kirby publicados desde 1963, si bien tiene más parecidos con la versión de la línea Ultimate… ver crítica. Intérpretes: Miles Teller (“Whiplash”… ver crítica), Kate Mara (“The Martian”), Jamie Bell (“Las aventuras de Tintín”… ver crítica), Michael B. Jordan (“Creed”), Toby Kehbell (“El amanecer del planeta de los simios”), Tim Blake Nelson (“O Brother”), Reg E. Cathey (“La máscara”). Presupuesto: 120 millones de dólares. Recaudación: 168 millones. Premios: por desgracia, arrasó en los “Golden Raspberry” con los premios a Peor Director, Peor Guión, Peor Reparto, Peor Remake, Precuela o Secuela y Peor Película, esta última ex aequo con “Cincuenta sombras de Grey”.


Franquicia: en total, cuatro incursiones han tenido los personajes en el cine. La primera, olvidada por muchos, una producción de bajo presupuesto de 1992 con el sello de Roger Corman. Ya en FOX, la primera “Los 4 Fantásticos” (ver crítica) se estrenó en 2005, y dos años después su secuela “Los 4 Fantásticos y Estela Plateada” (vercrítica), amén de la que hoy nos ocupa. Una secuela de ésta estaba programada para 2017, pero el fiasco crítico y público la canceló. De igual forma, un posible crossover con la otra licencia de Marvel de la que posee los derechos el estudio, es decir: los “X-Men” y los mutantes en general, que había venido rumoreándose los meses previos al estreno.


Sinopsis: Redd Richards es un joven empollón que, junto a su amigo del colegio Ben Grimm, construye una máquina capaz de establecer un contacto con una dimensión desconocida. Gracias a esto, Reed consigue una beca para estudiar en el Edificio Baxter, donde también estudian los jóvenes Sue Storm y su hermano Johnny Storm y el misterioso Victor Von Doom. Todos harán uno de los descubrimientos más importantes de la historia, que también cambiará sus vidas para siempre.


Crítica: la crónica de un fracaso anunciado. “Cuatro Fantásticos” no es una mala película. Al contrario, es un film de ciencia-ficción notablemente divertido y con muchos puntos reivindicables. Pero no es una cinta de superhéroes. Y, desde luego, no es una película de “Los 4 Fantásticos” de Stan Lee y Jack Kirby. ¿Por qué ha sido entonces un fracaso tan clamoroso y las críticas han sido tan feroces desde su estreno? Porque los fans (o frikis, o llamarlos como queráis) son/somos una minoría que no suele contar para los estudios porque su peso no es relevante en una producción que aspira a ser un éxito a nivel mundial. Pero esta minoría es muy ruidosa, y junto a ellos/nosotros, siempre están los morbosos a los que les gusta hacer leña del árbol caído y llevaban prácticamente un año afilando los cuchillos, desde el mismo momento en el que se escogió a Michael B. Jordan para interpretar a Johnny Storm, cambiándole así la raza al personaje, y ls postergada campaña de promoción que, en el Hollywood de hoy en día, se empieza con mucho, mucho, mucho más tiempo del que FOX le dedicó a la que nos ocupa. A mí, sinceramente, lo del color de piel de un personaje me es completamente indiferente. Se ha hecho en otras ocasiones e incluso con cosas más difíciles de “tragar” como un cambio de sexo, así que sólo me interesa saber si el actor que interpreta a un personaje de 50 años de historia lo encarna solventemente o no. Y la respuesta es que no. La que aparece en pantalla no es la Antorcha Humana que todos conocemos. Pero tampoco lo son la Cosa, ni el Doctor Muerte, ni Sue… Parece mentira que una cinta que dedica tanto tiempo a presentar los personajes (cosa, por cierto, innecesaria toda vez que ya tenemos las producciones de principios de milenio para ello) traslade tan mal su referente en viñetas. El error de Trank es salirse por la tangente y, frente al infantilismo de las dos cintas de Tim Story, plantear una suerte de “Fantastic Four Begins”, como dando por hecho que lo que vale para un Hombre Murciélago bien vale para todos los demás. O quizás sea culpa de DC Comics por hacer también que su nuevo Superman sea un “Superman Begins”. La fórmula, afortunadamente para todos los demás y desafortunadamente para el caso que nos ocupa, queda demostrada como inservible en la mayoría de los casos. Pero no me gustaría centrarme en los aspectos negativos. Como digo, “Cuatro Fantásticos” es una buena película. Una película sobre unos chicos que, sin saberlo, abren un portal de doble dirección hacia un poder que nunca van a poder controlar. Todo este larguísimo prólogo es brillante, aunque insisto que sólo se puede disfrutar si haces un ejercicio de abstracción muy grande y piensas que lo que estás viendo no es una adaptación de los personajes que conoces. Desde luego, es el mejor origen que hemos visto de superhéroes hasta la fecha, pero al igual que la discusión que se plantea en el film y que da el pistoletazo de salida a todo lo demás, otros llegaron antes y plantaron su bandera. Trank quería hacer un “reboot” porque consideraba que la versión previa del grupo no le había hecho justicia. Un fallo, no solamente de presunción, sino de comprender la industria y el modo de vida en que estamos hoy en día, donde internet hace que cualquier persona, sea o no lector de cómics, esté hasta las narices de que le cuenten una y otra vez lo mismo. Efectivamente, señor Trank, usted ha hecho una película mejor que “Los 4 Fantásticos” de Tim Story (no vamos a entrar a debatir si es mejor o peor “adaptación”, simplemente como película en sí), pero no es la cinta que, a día de hoy, necesitaban los personajes para volver a estar en primera línea de batalla frente a un millar de producciones superheróicas. Esperemos que al menos sirva para algo y tanto Sony como Marvel tomen buena nota para su (tercer) relanzamiento de “Spider-Man”. Por favor, todos sabemos ya eso de que “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Ahórrenselo… y aplíquenselo.


Resumiendo: si nunca has leído un cómic de la Primera Familia de Marvel ni has visto ninguna de sus películas, “Cuatro Fantásticos” te gustará. Incluso puede que lo haga si eres de los que van al cine sin prejuicios a todo lo que rodea la industria. En caso contrario, pensarás que estás pagando otra vez… para que te cuenten lo mismo. Y encima, con un Johnny Storm de color negro. A todo esto, y pasados un par de años desde su estreno en salas, queda patente que la que nos ocupa pasará tristemente a la historia como uno de los “reinicios” más decepcionantes de la historia.


Curiosidades: la lucha entre el estudio y el director durante todo el proceso de realización de la película fue continua, hasta el punto de que, primero, contrataron a Simon Kinberg para que reescribiese el guión completo que había escrito Trank (incluyendo un final diferente), y posteriormente obligaron a la filmación de nuevas escenas y un remontado de la versión que el propio director entregó. Todo ello, llevaron a Trank a desvincularse del film, y el mismo día del estreno publicó en su perfil de Twitter que seguramente la cinta recibiría malas críticas, puesto que no era lo que él tenía pensado en  principio. Posteriormente, fuentes de Fox alegaron que el comportamiento de Trank durante el rodaje había sido “errático, egocéntrico y problemático”. Todo ello desembocó en que el realizador abandonase también el proyecto del spin-off sobre “Han Solo”, ya que eso le obligaría a trabajar de nuevo con Simon Kinberg, quien es uno de los escritores que estará vinculado a todas las nuevas películas de “Star Wars”, bien como dramaturgo principal, bien como asesor o consultor para mantener el tono entre todas ellas.


Memorable: aunque no vemos a Ben Grimm por ningún lado, la adorable cosa de ojos azules nunca había estado tan bien representada como aquí. Sigue pareciendo algo artificiosa, pero desde luego no es un muñeco de goma-espuma e incluso hace el ruidito de rocas moviéndose al andar. Eso sí… también es un tanto desconcertante la elección del actor. Por un lado, se entiende que tenga la misma edad que Reed, por tanto en cuanto sabemos que eran amigos desde la infancia. Por el otro, está muy lejos de parecerse, por físico y por experiencia vital, a su homólogo de las viñetas.


Mejorable: el cambio en los caracteres de los protagonistas es tan acentuado (y todos cortados por el mismo patrón: serios, taciturnos y atormentados como si a cada uno de ellos le hubiesen matado a sus padres en un callejón al terminar de ver “La marca del Zorro”), que la escena del final, donde realmente se parecen en algo a los personajes que conocemos, se antoja como forzada y puesta de “pegote” para justificar el título. Lo mismo pasa con la batalla final contra un Dr Muerte que nunca llega a ser una amenaza real dado su poco peso en la historia.



Parafraseando: en la citada escena, el cuarteto observa desde una posición elevada todo el “futuro” que tienen por delante (pobrecitos, no sabían aún lo que se les venía encima tras el estreno) y llega el momento de buscarle un nombre al grupo: “¿Qué tal “La Antorcha y sus antorchitas”?” “Mejor “El cerebrito y sus neuronas”” “Hemos llegado muy lejos desde el garaje” “Ya lo creo. Es fantástico”. “Repite eso”.

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