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sábado, 18 de marzo de 2017

Crítica de "EL HOBBIT: Un viaje inesperado"


Año: 2012. Título original: The Hobbit: An Unexpected Journey. Dirección: Peter Jackson (“King Kong”… ver tráiler). Intérpretes: Ian McKellen (Magneto en “X-Men”), Martin Freeman (coprotagonista de la primera temporada de “Fargo”… ver crítica), Cate Blanchett (“El aviador”), Orlando Bloom (“Piratas del Caribe”), Ian Holm (“Alien, el octavo pasajero”), Christopher Lee (el conde Duku en la segunda trilogía de “Star Wars”), Hugo Weaving (“Matrix”), Elijah Wood (“Sin City”), Andy Serkis (César en “El orígen del planeta de los simios”), Richard Armitage (la serie “Robin Hood”). Presupuesto: 200 millones de dólares. Recaudación: 1021 millones. Premios: fue nominada a 3 premios BAFTA y 3 Oscar, correspondientes a Mejores Efectos Visuales, Mejor Diseño de Producción y Mejor Maquillaje y Peluquería.


Franquicia: aunque parezca de Perogrullo reseñarlo, es la primera entrega de la segunda trilogía (precuela, en realidad) de las adaptaciones de Tolkien llevadas a cabo por Peter Jackson, completadas en dos películas estrenadas en años consecutivos: “La desolación de Smaug” y “La batalla de los cinco ejércitos”, en la epopeya de fantasía que comenzó en 2001 con “El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo”, “Las dos torres” (2002) y “El retorno del rey” (2003).


Sinopsis: el joven hobbit Bilbo Bolsón vive tranquilo y feliz en La Comarca hasta que el mago Gandalf aparece en su casa y, sin él quererlo, se verá arrastrado a una increíble aventura formando parte de la compañía de Thorin, Escudo de Roble, descendiente del último rey de los enanos, que planean recuperar su hogar en las montañas, saqueado tiempo atrás por el dragón Smaug, que codiciaba el tesoro que los enanos extraían de las entrañas de la tierra. Comenzará así una expedición fantástica donde no solo Bilbo será compañero de magos y enanos, sino que también conocerá la galantería de los elfos y deberá hacer frente a trolls, orcos, trasgos, gigantes de piedra y un nigromante que podría resucitar el poder oscuro de Saurón. Además, conocerá a la criatura Golum, al que birlará el anillo más poderoso de todos.


Crítica: si un día “Star Wars” y “Tiburón” cambiaron la industria del cine e hicieron que los grandes estudios orientasen sus producciones hacia los blockbusters en lugar de a los proyectos más clásicos que bebían de las influencias europeas como “El padrino”, “Taxi Driver” o “Annie Hall”, de igual manera la trilogía de Peter Jackson basada en los relatos de Tolkien dio un nuevo rumbo hacia las adaptaciones fantásticas y la apuesta de las franquicias, haciendo posible los “Harry Potter”, “Crepúsculo”, “Juegos del hambre”… y tantas otras que se quedaron por el camino. En los primeros compases de “El hobbit”, ya te invade esa sensación de que estás regresando a un terreno conocido, como cuando haciendo limpieza encuentras la vieja caja donde guardaste tus juguetes de niño y te envuelve la melancolía de aquellos días. “La película está bien… pero no es El Señor de los Anillos”, es un comentario recurrente de algunos amigos tras el visionado de la epopeya de Jackson. Bueno… por supuesto que no es “ESDLA”. Pero se le parece. Es más: en comparación, “El hobbit” tiene muchas más criaturas fantásticas, parajas tenebrosos y asombrosos y, en definitiva, la orgía visual del director neozelandés es más ampulosa que en la trilogía original, sin duda arropado por un estudio que ya sabe que pisaba sobre seguro y le dio toda la libertad (y el dinero) que necesitaba para narrar su visión de uno de los clásicos de la literatura más leídos de todos los tiempos.


Resumiendo: puede que esta crítica me haya quedado un poco vaga o falta de “chicha” a la hora de analizar la primera entrega de la nueva trilogía, pero es que la fastuosidad del film de Peter Jackson te deja sin palabras por muchas veces que la hayas visto (con esta, ya son tres veces que me la he “tragado”… ¡y dura tres horas!). Sólo una reflexión para quienes duden de su grandeza: ¿Os habéis preguntado qué debe de sentir un niño viendo esta película con los ojos “limpios” de nuestra adulta condescendencia? Pues sí: los niños disfrutarán como enanos. Y nunca mejor dicho.


Memorable: el prólogo con Bilbo narrando la llegada de Smaug y su batalla contra los enanos; el hilarante encuentro con los poco avispados trolls o esa épica batalla en el reino de los trasgos que remite a “Indiana Jones y el templo maldito”.


Mejorable: sí, al final todos pensamos lo mismo: ¿Gandalf no podría haber llamado antes a las águilas gigantes para ahorrarse el viaje… o decirles, ya puestos, que les dejaran directamente en su destino? Sí, ya sé que entonces nos hubiésemos quedado sin dos películas más, pero no sé… que lo hubieran justificado de laguna manera. ¿O es que los enanos son los únicos seres de la Tierra Media que prefieren andar de aquí para allá?



Parafraseando: entre el tesoro de los trolls, Gandalf rescata una espada para Bilbo (que más parece un abre-cartas) pero cuya hoja élfica se iluminará en caso de que haya orcos o trasgos cerca. “Es que… no he usado una espada en mi vida” “Y espero que nunca te obliguen.Pero si lo haces, recuerda: el valor no es saber cuando quitar una vida… sino cuando perdonarla”.

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