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domingo, 19 de marzo de 2017

Crítica de "G.I. JOE: La venganza" (2013)


Año: 2013. Director: Jon M. Chu (director de las dos primeras secuelas de “Step Up””). Intérpretes: Dwayne Johnson (“San Andreas”), Adrianne Palicki (la serie “The O.C.”), D.J. Cotrona (Seth Gecko en la serie de “Abierto hasta el manaecer”), Bruce Willis (el John McClane de “Jungla de Cristal”), Byung-hun Lee (“Los siete magníficos”), Ray Park (Darth Maul en “Star Wars – Episodio I: La amenaza fantasma”), Jonathan Pryce (El Gorrión en la serie “Juego de Tronos”), Channing Tatum (“Magic Mike”), Ray Stevenson (Frank Castle en “Punisherr: War Zone”), Arnold Vosloo (Inhotep en las dos primeras entregas de “La Momia”), Joseph Mazzello (el otrora niño de “Jurassic Park”). Presupuesto: 93 millones de dólares. Recaudación: 375 millones. 


Franquicia: es la secuela de la primera “G.I. Joe” (ver crítica) de 2009, y especie de reinicio de la marca cinematográfica basada en los populares juguetes de Hasbro. Actualmente, sigue en pie el desarrollo de una tercera entrega, si bien el director D.J. Caruso ha confirmado que existe una posibilidad bastante alta de verlos en pantalla grande en un crossover con los “Transformers”, la otra licencia de la empresa de muñecos articulados.


Sinopsis: con Zartan usurpando la identidad del Presidente de los Estados Unidos, los “Joes” son diezmados y eventualmente dados por muertos, si bien tres de sus miembros: “Roadblock”, “Lady Jaye” y “Flint”, han conseguido sobrevivir y ahora buscarán represalias contra el Comandante Cobra y su organización, mientras Snake Eyes va a la caza y captura de Storm Shadow. El destino del mundo será finalmente puesto sobre la balanza cuando Zartan obligue a los principales líderes mundiales a desarmar su arsenal nuclear, quedando indefensos ante un nuevo arma capaz de arrasar países de un solo golpe.


Crítica: “A las nueve de la mañana ya he puesto más bombas que la mayoría en todo un día”. Si estáis esperando que responda a la eterna pregunta de si la secuela de “G.I. Joe” es mejor que su predecesora, me temo que en este caso vais a esperar sentados. Se podría decir que sí, en la medida que es un producto diseñado, fabricado y envuelto en papel de regalo para todos aquellos que crecimos durante los ochenta con los cómics, el arcade de los salones recreativos y la serie de dibujos televisiva. Un pasatiempo altamente estilizado que te lleva a sacar de su caja a tus muñecos articulados y sacudirles un rato el polvo haciendo que les den estopa a “Mr Potato” o cualquier otro que tengas en ese viejo baúl de los recuerdos (porque dudo que alguien se comprase en su día una figura de los malosos de la película). Sin embargo, hay cierta tendencia en “Retaliation” (título original en inglés) a darle un mayor cariz épico-dramático a lo que en la primera entrega Sommers planteó como una payasada auto-consciente, y claro… el resultado final se cae por su propio peso habida cuenta que el contexto del film nunca puede sobrevivir en otro ámbito que no sea en el de la fantasía. Carente, además, de un villano principal que sea realmente temible (hay demasiados personajes diseminados por la historia, si bien los guionistas tratan de paliar un poco este hándicap con la división de dos tramas principales paralelas) el devenir de los acontecimientos se traduce en una sucesión de escenas de acción que suenan a algo ya vivido, produciendo cierta desconexión entre el respetable que sólo se sacude a ratos con la veteranía de Willis o Pryce, quizás los únicos que estén ahí con la promesa de cobrar el cheque, pero paradójicamente entregados a la causa conscientes de que lo que hacen noes más que un “juego”. Y nunca mejor dicho. Por cierto, para juegos… mítico Jonathan Pryce echándose una partidita al “Angry Birds” mientras los misiles nucleares sobrevuelan todo el globo terráqueo.

Resumiendo: en la gloriosa época del VHS, existían un tipo de películas que la chavalería acudíamos en masa para ver en cines, que meses después arrancábamos de las estanterías de los videoclubs, luego la veíamos media docena de veces en caso de tener Canal + en casa, y que finalmente aún caen de vez en cuando en algún visionado dominical a la hora de la siesta. Todo ello, porque eran altamente espectaculares… a la par que igualmente vacuas, por lo que cinco minutos después de la aparición de los títulos de crédito su argumentos y escenas principales se perdían en una cacofonía ruidosa de explosiones y frases lapidarias. Si eres de los que no soportan ese tipo de films, abstente de darle una oportunidad al que nos ocupa. Si eres de los que se sienten identificados con lo anterior… disfrútalo.

Memorable: la secuencia de los ninjas haciendo “rafting” por la pared rocosa y peleando a la vez con katanas. Es la única excepción a lo apuntado en un par de apartados arriba. Esa escena de acción que realmente recordarás con el paso del tiempo y que te harán flipar en la butaca. En líneas generales, “Snake Eyes” siempre fue lo mejor de la serie; esa suerte de “Lobezno” para los “G.I. Joe”. Aquí, no obstante, su parquedad de palabras (es mudo, de hecho), hacen que “Storm Shadow” le gane la partida en cuanto a carisma, de lejos.


Mejorable: hay algunos roles sin mucho sentido, y que parecen justificarse únicamente por la necesidad de poner en el mercado muñecos nuevos… o para pagarle menos caché a algunos actores. Especialmente llamativo es el caso de “Flint”, un sosias del rol de Tatum pero sin menos gracia… o esa ninja que persigue a Snake Eyes por donde quiera que va, pero no sabes ni cómo se llama, ni quién es, ni por qué está ahí.

Curiosidades: el rapero RZA, cofundador de los Wu Tang Clan, aparece como discípulo del maestro de Snake Eyes y Storm Shadow. El músico es un confeso admirador de las películas de kung-fu, y poco después dirigió y protagonizó “El hombre de los puños de oro”, además de poner música a la banda sonora de “Kill Bill”. Por otro lado, la película retrasó un año su estreno para adecuarla a la moda del 3D, un tiempo que de paso se empleó para darle unos minutos más de protagonismo al rol de Tatum, que seguía cada vez más en alza y en la versión inicial fallecía nada más empezar el metraje.



Parafraseando: imaginamos que el motivo real de la deserción de Duke/Tatum en los primeros compases se debe a proporcionar un golpe de efecto en el guión, si bien con ello perdemos la química que su personaje tiene con el de Johnson en los primeros minutos, ejemplificado en la escena donde ambos compiten en un videojuego tipo “Call of Duty”, antes de ser sorprendidos por las hijas de Roadblock, que huyen poco después ante las gracietas del primero: “No es la primera vez que una chica huye de ti gritando” “No es la primera vez… que dos chicas huyen de mí gritando” “Tío, completamente fuera de lugar” “Es para que lo sepas” “Completamente”.

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