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domingo, 5 de marzo de 2017

Crítica de "Jack Reacher: Nunca Vuelvas atrás"


Año: 2016. Director: Edward Zwick (“Leyendas de pasión”). Basada en: la novela “Never Go Back”, de Lee Child. Intérpretes: Tom Cruise (“Jerry Maguire”), Cobie Smulders (la Robin Scherbatsky de “Cómo conocí a vuestra madre” y la Maria Hill de Marvel Studios), Aldis Hodge (MC Ren en “Straight Outta Compton”), Danika Yarosh (la serie “Heroes Reborn”), Patrick Heusinger (la serie “Gossip Girl”), Holt McCallany (“Monster Trucks”… ver crítica). Presupuesto: 60 millones de dólares. Recaudación: 161 millones.

Curiosidades: lógicamente, es la secuela de “Jack Reacher” (ver crítica), estrenada en 2012. En aquella ocasión, la película se basaba en la novela “One Shot”, la novena protagonizada por el personaje que daba título a al película, mientras que aquí se centra en la novela número 18 de dicha saga, con lo que hay material de sobra para seguir realizando entregas fílmicas del héroe… siempre y cuando la taquilla acompañe, claro.

Sinopsis: el esquivo Jack Reacher visita a su colega, la mayor del ejército Susan Turner, en lo que parece que va a ser un polvete fácil a pesar de nunca haberla conocido en persona. Sin embargo, se lleva la sorpresa a su llegada de encontrar que Susan ha sido detenida por espionaje, lo que obligará a Reacher a implicarse personalmente en demostrar su inocencia. No será su único quebradero de cabeza en esta ocasión, pues pronto se le informa que una mujer reclama una pensión al ejército a su costa por la posible paternidad de una adolescente de quince años de la que desconocía por completo su existencia.

Crítica: como suelo hacer cuando nos encontramos con una secuela, empezaré diciendo que “Nunca vuelvas atrás” es sensiblemente inferior a su predecesora. No quiero decir esto que sea una mala película, ni que no vayas a disfrutarla en mayor o menor medida, pero es de recibo admitir que es mucho más convencional y resta muchos puntos al carisma del protagonista, hasta el punto de convertirle en otro anodino héroe de acción que no se distingue de otros muchos que asaltan las pantallas cada año. Además, las escenas de acción no están tan conseguidas como en la primera entrega, y aunque sigue habiendo peleas cuerpo a cuerpo para demostrar lo bien que a Cruise se le da lo del “krav magá”, se echa en falta alguna secuencia más planificada y en exteriores como la estupenda persecución del film de 2012. Es particularmente significativo la manera de “amansar” al protagonista con el sempiterno recurso de encasquetarle una hija, que no sólo es poco original, sino que nos llevan a darnos cuenta de que… ¡oh, recórcholis!... el bueno de Tom tiene ya arrugas en la cara, lo que traducido al lenguaje de los mitos hollywoodesnes es mostrarle los pies de barro a una estrella que, hasta la fecha y cual Norma Desmond de “Sunset Boulevard”, se había negado a aceptar su condición como ser humano. Dicho todo esto, la secuela de “Jack Reacher” es una cinta de acción que entra de lleno en ella sin muchas contemplaciones y ofrece un visionado agradable apoyado sobre todo en el carisma de su protagonista y en la química que éste tiene con el resto del elenco, con un bonito epílogo que te dibuja sin querer una sonrisa en la boca. Pero insisto: se nota demasiado la ausencia de McQuarrie para hacer del producto “algo más” de lo que es.

Concluyendo: de toda secuela que se precie se pide que sea respetuosa con la original y que aporte a la par novedades suficientemente destacadas como para no convertirse en una burda copia de su antecesora, amplificando el universo del protagonista o dándole herramientas para continuar ahondando en su leyenda. En esto último, “Nunca vuelvas atrás” cumple su cometido, al presentar un aspecto bastante relevante del pasado de Reacher, del que poco supimos en la cinta anterior. No obstante, la chulería pedantesca con la que se nos presentó en la pantalla grande, que irónicamente nos hicieron enamorarnos de él al instante, aparece aquí de forma mucho más taimada, lo que reduce en grado sumo las apetencias del público por seguir viendo aventuras del héroe, por tanto en cuanto su figura es demasiado similar ahora a otras tantas que pululan por ahí con otros nombres y otros actores.

Memorable: el prólogo, que remite automáticamente a la anterior, casi único vestigio de la película de 2012, y la concatenación subsiguiente de escenas donde vemos cómo se va estrechando la relación entre los personajes de Cruise y Smulders, por más que la llegada de Reacher a la vida de ella justo cuando ésta se ha metido en un grave problema es una de esas casualidades demasiado forzadas para resultar creíbles.

Mejorable: sin hacer demasiado SPOILER, la escena donde la supuesta hija está aprendiendo una llave de defensa personal. Hemos visto tantas veces ese recurso, que todos sabemos que en algún momento del metraje la chica va a tener que utilizarla para salvar la vida… y además seguro que es el clímax del metraje. Parece una nimiedad, pero denota que Zwick (coautor también del guión) carece de imaginación tanto para dirigir como para escribir.


Parafraseando: un par de polis llegan al escenario de una pelea, donde varios tipos han sido reducidos por un solo hombre que ahora toma tranquilamente un café en un bar cercano. Cuando le arrestan por la agresión, el sospechoso les advierte que en realidad los que van a acabar yendo a la cárcel son ellos, pues su principal objetivo era el propio sheriff que ha acudido al atestado. Cuando se constata que lo que dice el tipo es verdad, el sorprendido sheriff pregunta: “¿Quién coño es usted?” “Soy el tipo con el que no contaba”.

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