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miércoles, 8 de marzo de 2017

Crítica de "LOBEZNO INMORTAL" /2013)


Año: 2013. Título original: The Wolverine. Estudio: Marvel Entertainment. Director: James Mangold (“En la cuerda floja”). Guión: Christopher McQuarrie (ganador del Oscar por el guión de “Sospechosos Habituales”).  Basado en: el personaje de Marvel creado por Len Wein (guión) y John Romita Sr. (dibujo), que apareció por primera vez en las páginas del “The Incredible Hulk” 180 (1974). Intérpretes: Hugh Jackman (“Operación Swordfish”), Will Yun Lee (“Muere otro día”), Svetlana Khodchenkoba (“El topo”), Hiroyuki Samada (“Life (Vida)”), Famke Jansen (“Rounders”), Tao Okamoto (“Batman vs Superman: El amanecer de la justicia”). Presupuesto: 120 millones de dólares. Recaudación: 413 millones.


Sinopsis: tras haberse separado del resto de los “X-Men”, Logan deambula por los bosques como vagabundo, atormentado por la muerte de Jean Grey. Allí le encontrará Yuri, una joven experta en artes marciales que le llevará a Tokyo para cumplir la última voluntad de un hombre al que Lobezno conoció hace años. Pero el viaje quizás sirva para su redención… y para encontrar de nuevo el amor verdadero.


Crítica: seamos sinceros y digamos que “Lobezno Inmortal” no es la mejor película de superhéroes y, a ratos, resulta aburrida. Pero te va ganando poco a poco e incluso en sus peores momentos es encomiable el mimo en cimental la franquicia de los mutantes. Porque la peli que nos ocupa se olvida de la precuela que fue su antecesora para continuar allí donde terminó “X-Men 3: La decisión final” y además sirve de puente para “X-Men Orígenes: Días del futuro presente”. Y es que, con ésta, ya son seis las veces que Hugh Jackman se ha dejado crecer las patillas de Lobezno (hay que joderse: con la de leches que le dieron los fans en la primera entrega, antes de ver la peli, por le elección del actor para encarnar al canadiense de las garras), y ésta es la más significativa si cabe porque es la primera después de su nominación al Oscar por “Los miserables” (que podría haberle hecho cambiar de rumbo en su carrera y dedicarse a proyectos “más serios”). Volviendo a la que nos ocupa, la película es una clara adaptación de la primera serie limitada que sobre el personaje hicieran en 1982 los autores Chris Claremont (guión) y Frank Miller (dibujo). En su día, alejar del marco superheróico al mutante canadiense para llevarse a un terreno más urbano, más de serie negra, más “realista”, en esencia, fue una idea acertada y resultaba incluso original. Sin embargo, los responsables de la cinta saben que dicha originalidad se pierde en la pantalla, así que es palpable el continuo esfuerzo por equilibrar las partes intimistas, que bucean en la personalidad del protagonista…. Y las espectaculares, que son a fin de cuentas las que van a llevar al público a las salas de cine.


Resumiendo: el resultado final es, por tanto, un buen acercamiento al original del cómic y ofrece escenas de acción a la altura de todo “blockbuster” que se precie, pero depende en demasía de ellas porque, aunque lo intente, la historia de amor entre Logan y Mariko al espectador, por decirlo mal y pronto… “se la bufa”. Hablo de los neófitos, claro. Los fans de toda la vida estamos encantados de que Jackman siga demostrando el cariño que le tiene a su personaje más icónico llevándole a uno de sus entornos más característicos. ¡Ojalá no le dejase nunca! Pero claro, a lo tonto vamos ya para casi dos décadas con el personaje a cuestas, y se entiende.


SPOILER: la escena final, entre los títulos de crédito, muestra a Logan regresando a los “States” y siendo abordado por… ¡Magneto y el profesor Xavier! (O lo que es lo mismo: sir Ian McKellen y Patrick Stewart), dejando la puerta abierta a un re-encuentro entre el anterior cast de la franquicia y los nuevos en la ya mencionada “X-Men Origins: Days of future past”. Patrick Stewart, que da vida al Profesor X, volverá a hacer lo propio en “Logan”.


Mejorable: pues hay dos escenas que llaman poderosamente la atención del espectador. La primera, el prólogo en Nagasaki, con la explosión de la bomba atómica. La segunda, la pelea en el “tren bala”. No sólo están a la altura de una película de este calibre, sino que reivindican a su director, hasta la fecha no muy curtido en estas lides.  No es de extrañar que Jackman siguiese contando con él para “Logan”, el crepuscular cierre de la trilogía en solitario del canadiense de garras.


Mejorable: las apariciones oníricas de Jean Grey tienen su gracia… al principio. Luego se hacen un poco pesadas (se repiten cuatro o cinco veces a lo largo de la película). Vamos, ni más ni menos igual que en los cómics. Eso sí, ya sólo por ver de nuevo a Famke Janssen como la pelirroja más famosa de las viñetas (con el perdón de Mary Jane, of course) ya están plenamente justificadas.



Parafraseando: Logan quiere averiguar dónde se han llevado a su amada y tortura a un político corrupto. Cuando termina con él, lo lanza por la ventana del hotel. Yuri: “¿Cómo sabías que debajo había una piscina?”. Logan: “No lo sabía”.

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