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jueves, 16 de marzo de 2017

GUARDIANES DE LA GALAXIA: vengadores cósmicos


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Información general: reseña de “Guardians of the Galaxy: Cosmic Avengers”, tomo que recopila los números 0 al 3 del volumen III de la serie, publicado a finales de 2013 en USA por Marvel Comics, con el equipo creativo formado por Brian Michael Bendis (guión), Steve McNiven y Sara Pichelli (dibujos) y Justin Ponsor (color). En España, Panini publicó estos números en su versión original en formato grapa, dentro del segundo volumen de “Guardianes de la Galaxia”. El título se englobaba dentro del epígrafe “Marvel NOW”, que aglutinaba diversas cabeceras con “reboots” a cargo de equipos creativos punteros.


Antecedentes: aparecidos a finales de los 60 y principios de los 70, los Guardianes de la Galaxia nunca han sido personajes muy conocidos dentro de Marvel, y sus contínuos intentos por relanzarlos sólo han gozado de éxito cuando han formado parte de grandes eventos relacionados con otros personajes como “El guantelete del infinito”. La cosa cambió en 2008, cuando Dan Abnett y Andy Lanning se hicieron cargo de toda la sección cósmica de la Casa de las Ideas y, ante la libertad que les permitieron, consiguieron crear una pequeña franquicia de varios títulos, entre los que se encontró unos divertidos “Guardianes de la Galaxia” que aguantaron 25 números. A pesar de que contaban con un núcleo fiel de lectores, Marvel decidió inexplicablemente cerrar el título y toda la línea cósmica, “reservando” a los personajes para empresas mayores. ¿Cuáles? Ni más ni menos que el anuncio de una película en imagen real que pilló a todos por sorpresa y que se estrenaría en 2014. Preparando el terreno un año antes, la editorial encargó una nueva colección regular a BMB, guionista que había conseguido revitalizar a Los Vengadores unos años antes (y que en ese momento intentaba hacer lo mismo con los mutantes) y Steve McNiven, uno de esos dibujantes estrella asociados siempre a grandes eventos como la “Civil War”. No obstante, el inicio de esta nueva singladura del equipo tuvo lugar en las páginas de “Vengadores ¡Reuníos!”, donde Tony Stark/Iron Man era invitado a unirse a sus filas.


Historia: hay una nueva regla en el Universo. Nadie puede atacar a la Tierra, que se encuentra en franja de exclusión. ¿Nadie? Eso han decidido un consejo formado por las razas más importantes de la galaxia como los shi´ar, kree o los Spartax, cuyo líder es el propio padre de Peter Quill (alias Starlord). Sin embargo, la decisión de hacer de la Tierra una especie de “marginada” en el espacio también pueden convertirla en objetivo de otras razas que también han sido apartadas del consejo, como los “Badoon”, responsables de la muerte en el pasado de la madre de Quill. El propio Starlord se encargará de repeler el ataque de los invasores que comienza en Londres, junto al resto del grupo formado por Gamora, Drax el Destructor, Groot, Mapache Cohete y… Iron Man.


Crítica: tengo que comenzar diciendo que parto con la ventaja de escribir esta reseña un par de años después de su publicación, con el estreno de la película entre medias, sabiendo ya no sólo el devenir de la propia colección sino también el éxito sin paliativos que obtuvo el film interpretado por Chris Pratt, entre otros, y el consiguiente desarrollo de toda una franquicia y productos derivados. Y digo esto porque, cuando salió el título al mercado, hubo bastante escepticismo entre los lectores habituales de cómics, los cuales habían disfrutado con la anterior versión de Abnett y Lanning y encontraban aquí un tibio comienzo, con un Bendis que parecía seguir las directrices de los “jefazos marvelitas” y algunos cambios en el “background” original del equipo (la discutible incorporación de Iron Man, el rediseño de McNIven de algunos personajes que asemejaban a Groot, por ejemplo, a un árbol de navidad andante), y se temían que, si el cómic era un fiel reflejo de lo que posteriormente se iba a ver en pantalla grande, la película de “Guardianes de la Galaxia” iba a ser uno de esos fracasos que iban a hacer historia. Insisto, ahora sabemos que no fue así, pero también es cierto que no les faltaban razones para criticar (sobre todo en lo referente a un Bendis que parecía no saber qué hacer con los personajes, reciclando ideas como ese… digamos, “homenaje” al “Starman” de John Carpenter para el origen de Starlord o la creación de unos “Illuminati cósmicos”). Pero también es justo aceptar el hecho de que, nos guste o no, la gran mayoría del público (hablo de aquellos que no hubieran cogido un cómic en su vida y pudieran hacerlo a raíz del estreno de la citada cinta) no conocían de nada a los personajes; personajes que, por cierto, en sus más de cuarenta años de vida tampoco se habían hecho valedores de un gran “status quo” que hubiese que respetar, así que Bendis tiene la difícil tarea de conseguir, primero, llamar la atención de todo el mundo, y luego ya… lo que venga. Partiendo de ahí, este arco argumental de “Vengadores Cósmicos” es cierto que no muestra gran cosa de otros personajes que no sean Starlord y su padre, y que la invasión extraterrestre que se presenta como el gran enemigo a batir no deja de ser un poco lo mismo que esos “chitauri” de la primera peli de “Los Vengadores”. Pero también es de recibo señalar que juega a dos bandas, estableciendo un nuevo tablero de juego a recorrer y marcando las personalidades de todo el grupo con un par de pinceladas. Lo de Iron Man, se mire como se mire, no es más que un truco publicitario, pero sirve a su propósito y ni desentona ni se come todo el protagonismo de la acción, con lo que tampoco puede contarse como un defecto.


Resumiendo: todos los que en su día se echaron encima de Bendis por su “destrucción” de Los Vengadores clásicos para incluir en el grupo a los principales reclamos de Marvel como Spiderman o Lobezno, acabaron después aplaudiéndole y ya esdifícil entender al grupo de Los Héroes Más Poderosos de la Tierra sin la presencia de las figuras más emblemáticas de Marvel. Queda claro, pues, que el tipo se ha ganado crédito de sobra para que cualquier cosa que haga tenga un mínimo de números “de cortesía” para que, como cualquier buen mago, prepare el truco antes de mostrárselo al público. Aquí, además, juega en dos vertientes distintas y también elabora un producto que cualquier lector neófito que se acerque a raíz del estreno cinematográfico encontrará en la cabecera el complemento ideal para las aventuras de sus recién descubiertos ídolos. Joder amigos, tenemos aquí una “space opera marvelita” ala que sólo le falta la taberna de Mos Eisley… ¿qué más queréis? Seguiremos reseñando.

Ver crítica de la película “Los Guardianes de la Galaxia” (pinchar aquí).

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