Título original:
Banshee. Creada por: Jonathan Tropper y David Schinklei. Productor: Alan Ball.
Cadena: Cinemax. En España: Canal +. Emisión: enero de 2013. Episodios: 10. Intérpretes: Antony Starr, Ulrich Thowsen, Ivana Miličević, Hoon Lee,
Lili Simmons, Ben Cross. Curiosidades: las “banshee” son criaturas
femeninas de la mitología irlandesa que porman parte de su folklore desde el
siglo VIIi y que, se cree, se aparecían delante de las personas para
anunciarles la muerte de un ser querido. Dotadas de un poder inusitado en sus
cuerdas vocales, se creía que uno de estos seres podía romperte los tímpanos
con su grito. Al margen de dar nombre a la localidad de esta ficción, también
se conoce como “Banshee” a un personaje de los “X-Men”, primer mentor de los
jóvenes mutantes de “Generación X”.
Concepción: los
creadores de la ficción presentaron el proyecto a la productora de Alan Ball,
creador de series como “A dos metros bajo tierra” o “True Blood”, como un
homenaje al género de acción de los 70 y 80, con una base argumental entre “De
profesión… duro” y “Pisando fuerte”, además de multi-referencias al tipo de
cine de Tarantino o los cómics de Garth Ennis o Mark Millar y el gusto de
cierto tipo de espectadores por las artes marciales mixtas y las peleas
clandestinas que proliferan en YouTube (sin contar, obviamente, el sexo). Ball
propuso rápidamente la idea a HBO, quien decidió darle luz verde para su
subsidiaria, Cinemax, de manera que fuese una especie de “marca de fábrica”
para el canal.
Principal: un
ladrón sale tras cumplir condena en prisión y su prioridad es dar con su
antigua cómplice y amante, Carrie, a la que encuentra en la población de
Banshee, en el condado de Pennsylvania, bajo el falso nombre de Anna, casada
con el fiscal del distrito y madre de dos hijos. Por accidente, el hombre
conoce a Lucas Hood, quien iba a ser el nuevo sheriff de la población, pero
muere en una pelea y, puesto que nadie le conocía de momento, el convicto
decide ursurparle la identidad y quedarse en Banshee hasta que Carrie/Anna le
devuelva los diamantes del último golpe.
Secundario: Lucas
deberá lidiar con la variopinta fauna social de Banshee, atemorizada por Kai
Proctor, una especie de cacique que tiene todo tipo de negocios ilegales bajo
la tapadera de un matadero, marginado por la comunidad amish a la que
pertenecía por sus actividades, las cuales ahora entran en conflicto con los
indios, quienes planean construir un nuevo casino en la comarca. Mientras
desface entuertos, Lucas se queda a vivir en el apartamento sobre el bar de
“Sugar”, un antiguo púgil, y siempre recurriendo a Job, su amigo transexual
experto en informática.
SPOILER: Mr
Rabbit, el mafioso ucraniano al que Lucas y Anna robaron los diamantes (quien,
además, es el padre de ella), consigue dar con ellos y siembra el caos en
Banshee, aunque terminará pereciendo a las manos de su propia hija. Mientras,
Proctor consigue por fin una aliada en su alocada sobrina Rebecca, ex amante de
Lucas, también expulsada de la congregación amish, comenzando la que se
anticipa como una guerra contra los indios. Finalmente, el hijo del auténtico
Lucas Hood descubre un vídeo donde ve al hombre que está suplantando a su
padre.
Crítica: si
entendemos la televisión como un entretenimiento, “Banshee” es una pura gozada;
un batiburrillo de tópicos y clichés que funcionan bien mezclados y bien
agitados, servidos con una producción que para sí quisieran muchos de los
últimos blockbusters hollywoodenses y donde podemos encontrar homenajes de todo
tipo: desde las peleas de “Fight Club” a la persecución a pie de “Le llaman
Bodhi”, con un gusto por lo explícito, tanto en la acción como en el sexo, que
realmente hacen sudar la pantalla de tu ordenador o televisión, dejándote con
ganas de dar una buena paliza o echar un polvo tras el visionado de cada
capítulo. Y no, no es “Walker Texas Ranger”, aunque muchos intenten minimizar
sus aciertos con comparaciones de este tipo. Podríamos decir que se encuentra
más próxima a “Pulp Fiction”, no por su estética o personajes, sino por su
ritmo y el buen uso que le saca a ideas ya muy manidas, consiguiendo presentarlas
como algo nuevo. “Banshee” debería ser reseñada notablemente aunque sólo sea
por haber conseguido que la moda de los “flashback” resulte algo verdaderamente
interesante y no como una merca excusa para “rellenar”, teniendo su pulto
álgido en el capítulo al más puro estilo “Animal Factory” donde el protagonista
tiene que lidiar con el “mandamás” de la cárcel: un culturista albino y
homosexual, para más señas, contra el que sólo vale matar… o morir. Disfrazada
bajo una falsa identidad de serie B, “Banshee” sabe muy bien cómo jugar sus
cartas para robarte la atención durante su visionado y servir como vehículo de
escape para todas tus preocupaciones mundanas. ¿No es ése el objetivo de toda
serie? Pues pocas lo consiguen como ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario