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lunes, 3 de abril de 2017

BANSHEE: primera temporada


Título original: Banshee. Creada por: Jonathan Tropper y David Schinklei. Productor: Alan Ball. Cadena: Cinemax. En España: Canal +. Emisión: enero de 2013. Episodios: 10. Intérpretes: Antony Starr, Ulrich Thowsen, Ivana Miličević, Hoon Lee, Lili Simmons, Ben Cross. Curiosidades: las “banshee” son criaturas femeninas de la mitología irlandesa que porman parte de su folklore desde el siglo VIIi y que, se cree, se aparecían delante de las personas para anunciarles la muerte de un ser querido. Dotadas de un poder inusitado en sus cuerdas vocales, se creía que uno de estos seres podía romperte los tímpanos con su grito. Al margen de dar nombre a la localidad de esta ficción, también se conoce como “Banshee” a un personaje de los “X-Men”, primer mentor de los jóvenes mutantes de “Generación X”.


Concepción: los creadores de la ficción presentaron el proyecto a la productora de Alan Ball, creador de series como “A dos metros bajo tierra” o “True Blood”, como un homenaje al género de acción de los 70 y 80, con una base argumental entre “De profesión… duro” y “Pisando fuerte”, además de multi-referencias al tipo de cine de Tarantino o los cómics de Garth Ennis o Mark Millar y el gusto de cierto tipo de espectadores por las artes marciales mixtas y las peleas clandestinas que proliferan en YouTube (sin contar, obviamente, el sexo). Ball propuso rápidamente la idea a HBO, quien decidió darle luz verde para su subsidiaria, Cinemax, de manera que fuese una especie de “marca de fábrica” para el canal.


Principal: un ladrón sale tras cumplir condena en prisión y su prioridad es dar con su antigua cómplice y amante, Carrie, a la que encuentra en la población de Banshee, en el condado de Pennsylvania, bajo el falso nombre de Anna, casada con el fiscal del distrito y madre de dos hijos. Por accidente, el hombre conoce a Lucas Hood, quien iba a ser el nuevo sheriff de la población, pero muere en una pelea y, puesto que nadie le conocía de momento, el convicto decide ursurparle la identidad y quedarse en Banshee hasta que Carrie/Anna le devuelva los diamantes del último golpe.


Secundario: Lucas deberá lidiar con la variopinta fauna social de Banshee, atemorizada por Kai Proctor, una especie de cacique que tiene todo tipo de negocios ilegales bajo la tapadera de un matadero, marginado por la comunidad amish a la que pertenecía por sus actividades, las cuales ahora entran en conflicto con los indios, quienes planean construir un nuevo casino en la comarca. Mientras desface entuertos, Lucas se queda a vivir en el apartamento sobre el bar de “Sugar”, un antiguo púgil, y siempre recurriendo a Job, su amigo transexual experto en informática.


SPOILER: Mr Rabbit, el mafioso ucraniano al que Lucas y Anna robaron los diamantes (quien, además, es el padre de ella), consigue dar con ellos y siembra el caos en Banshee, aunque terminará pereciendo a las manos de su propia hija. Mientras, Proctor consigue por fin una aliada en su alocada sobrina Rebecca, ex amante de Lucas, también expulsada de la congregación amish, comenzando la que se anticipa como una guerra contra los indios. Finalmente, el hijo del auténtico Lucas Hood descubre un vídeo donde ve al hombre que está suplantando a su padre.



Crítica: si entendemos la televisión como un entretenimiento, “Banshee” es una pura gozada; un batiburrillo de tópicos y clichés que funcionan bien mezclados y bien agitados, servidos con una producción que para sí quisieran muchos de los últimos blockbusters hollywoodenses y donde podemos encontrar homenajes de todo tipo: desde las peleas de “Fight Club” a la persecución a pie de “Le llaman Bodhi”, con un gusto por lo explícito, tanto en la acción como en el sexo, que realmente hacen sudar la pantalla de tu ordenador o televisión, dejándote con ganas de dar una buena paliza o echar un polvo tras el visionado de cada capítulo. Y no, no es “Walker Texas Ranger”, aunque muchos intenten minimizar sus aciertos con comparaciones de este tipo. Podríamos decir que se encuentra más próxima a “Pulp Fiction”, no por su estética o personajes, sino por su ritmo y el buen uso que le saca a ideas ya muy manidas, consiguiendo presentarlas como algo nuevo. “Banshee” debería ser reseñada notablemente aunque sólo sea por haber conseguido que la moda de los “flashback” resulte algo verdaderamente interesante y no como una merca excusa para “rellenar”, teniendo su pulto álgido en el capítulo al más puro estilo “Animal Factory” donde el protagonista tiene que lidiar con el “mandamás” de la cárcel: un culturista albino y homosexual, para más señas, contra el que sólo vale matar… o morir. Disfrazada bajo una falsa identidad de serie B, “Banshee” sabe muy bien cómo jugar sus cartas para robarte la atención durante su visionado y servir como vehículo de escape para todas tus preocupaciones mundanas. ¿No es ése el objetivo de toda serie? Pues pocas lo consiguen como ella.

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