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Información general:
reseña del evento “Inhumanos vs X-Men”, y en especial de la miniserie principal
de 6 números publicada por Marvel Cómics entre noviembre de 2016 y marzo de
2017, obra de Jeff Lemire, Charles Soule (guiones) y Leinil Francis Yu, Javier
Garrón (dibujos). Si bien, y como suele ocurrir en este tipo de
acontecimientos, la trama tenía repercusiones y se ampliaba en varios “tie-ins”
que afectaban a otros títulos como “All New X-Men”, “Deadpool & the Mercs
for Money”, “Extraordinary X-Men”, “Uncanny Inhumans” o “Uncanny X-Men”, aunque
su lectura no era esencial para seguir la historia principal.
Antecedentes: en
la saga anterior “Death of X”, los X-Men descubrían que las “nieblas terrígenas”
que otorgan sus poderes a la raza de los Inhumanos y que, por ende, les define
como tales, es venenosa para los mutantes. Un problema de proporciones
catastróficas para los otrora discípulos del difunto Charles Xavier, toda vez
que ahora hay dos grandes nubes de dichas nieblas esparciéndose por el globo
terráqueo y amenazando las vidas de todos los nacidos con el genoma X. Para
impedir la pandemia, Cíclope (el original, pues recordemos que en la actualidad
también se encuentra en la misma realidad temporal el joven Scott Summers del pasado)
no dudará en desintegrar una de las nubes, si bien su acto será considerado
como una agresión por parte de Rayo Negro, el líder de los Inhumanos, quien
acabaría matando a Cíclope como represalia. Tras esto, Hank McCoy/la Bestia
decide quedarse en Nuevo Attilan para intentar encontrar una solución al
problema, trabajo en el que se ha empleado durante los últimos meses antes del
comienzo de esta historia.
Principal:
finalmente, y por desgracia, la Bestia ha llegado a la conclusión de que no hay
cura para el efecto que produce en los mutantes la exposición a as nieblas, que
además llegarán a ocupar toda la superficie del planeta en el plazo de dos
semanas, motivo por el que se reúne con los principales líderes de los
distintos grupos (Magneto, Emma Frost, Pícara, Tormenta, Forja y la
contrapartida joven del propio Hank McCoy) para comunicarles la noticia y
plantearles las opciones que se le ocurren: trasladar a todos los mutantes a
otro planeta o dimensión donde puedan escapar de la nube terrígena… o quedarse
en la tierra y perecer. Sin embargo, y habiendo previsto dicha contingencia,
sus compañeros han estado trabajando en los últimos meses en una acción bélica
que, si bien no es una declaración de guerra en sí misma, sí dejará fuera de
combate a los Inhumanos mientras ellos destruyen la nube que aún les amenaza. De
esta manera, Medusa y la mayoría de los habitantes de Nuevo Attilan acaban
confinados en el Limbo, mientras Emma Frost se ocupa de Rayo Negro, Jean Grey y
Fantomex hacen lo propio con Karnak y Magneto desarticula a Gorgon.
Secundario: de
las escaramuzas, sin embargo, acaban escapando los jóvenes Iso e Inferno,
quienes se las ingenian para ponerse en contacto con Kamala Khan/Ms Marvel, y
ésta a su vez con el resto de “Nohumans” del planeta con la intención de poder
organizarse y contraatacar. Por su lado, los miembros de la Familia Real
neutralizados también consiguen desembarazarse del ataque mutante, con lo que
todo queda dispuesto para una batalla final entre ambas facciones donde la raza
que pierda quedará invariablemente condenada a la extinción.
SPOILER: al
enterase de que X-Men luchan por evitar la muerte de toda su especie, la propia
Medusa decide destruir la nube de niebla terrígena que sobrevuela el planeta,
si bien esto no pone fin a la batalla, pues el verdadero propósito de Emma
Frost era vengar la muerte de Cíclope. La conocida como “Reina Blanca” se las
ingenia para controlar a varios de los miembros de ambos bandos e insta al
resto para que continúen luchando, al tiempo que utiliza a unos gigantescos
Centinelas para matar a decenas de jóvenes Inhumanos. La unión de los dos
partidos en la contienda y el apoyo de la Antorcha Humana consiguen hacer que
cese la disputa, si bien antes de que se pueda ajusticiar a Frost, Kaos/Havok
aparece para teletransportarse con ella a un lejano y desconocido lugar. Como consecuencia
de lo ocurrido, a partir de este momento los grupos de X-Men integrarán también
entre sus filas a miembros de los Inhumanos que permita limar asperezas entre
ambas razas. Sin embargo, lo más relevante es que la destrucción de la nube
terrígena supone que a partir de entonces, los jóvenes Inhumanos no podrán ser
expuestos como es tradición a sus efectos, de manera que puedan despertar sus
poderes latentes y convertirse en meta-humanos.
Crítica: cuando
Marvel anunció su nuevo gran evento mutante, todo parecía indicar que era un
intento por repetir el éxito comercial de “Avengers vs X-Men” (ver crítica) e intentar que de una vez
por todas la franquicia recupere el brillo de antaño. Unos intentos, por
cierto, que son bastante inútiles por una sencilla razón: la impersonalidad que
afecta a las cabeceras con una “X” en el título durante los últimos años es
consecuencia, casi exclusivamente, de que ya no hay un solo tío que se encargue
de escribirlas todas, como en su día pasase con Chris Claremont. Éste era un
escritor que, sin duda, tenía muchos defectos, pero al menos mantenía el mismo
tono y cohesión entre toda la familia mutante. Algo parecido haría Bendis hace
unos años con la “Edad Heroica”, si bien no consiguió emular dichos réditos en
su reciente paso por la franquicia. Títulos, además, que se vieron muy
condicionados por injerencias externas a los autores encargados de su
desempeño, pues el “acoso y derribo” que se ha llevado a cabo en los últimos
tiempos por posicionar a los Inhumanos por encima de los personajes más
clásicos sólo se puede entender como que Marvel quiere sublimar a estos últimos
por el simple hecho de que los derechos cinematográficos de “los otros” están
en propiedad de 20th Century Fox, y los “jerifaltes” entienden que todo lo que
sea continuar dando lustre a los Lobezno y compañía no es sino una forma de
promocionar “gratuitamente” unas películas de las que no reciben unos
beneficios directos. Pero en fin… no me enrollo más. tal y como decía, “IvX”
parecía ser una copia de “AvX” y, para bien o para mal… lo es. Por tanto, su
premisa es bastante simple y su historia intrínseca, sorprendentemente, también
(quizás incluso demasiado). Algo, no obstante, que se agradece, por tanto en
cuanto no hay subtramas que enreden la cosa más de lo que es ni es obligada la
compra de ningún otro título para disfrutar de lo esencial. Por tanto, el
resultado es un “blockbuster” comiquero entretenido y cuya acción y dramatismo,
además, va “in crescendo”… hasta sucumbir en un desenlace convencional y poco
afortunado. Al igual que suele ocurrir en este tipo de sagas, de nuevo tenemos
a un personaje importante que cambia completamente su forma de ser y de actuar
en las últimas décadas hasta parecer un insulto para su bagaje anterior,
mientras que el “versus” de la portada se demuestra como innecesario cuando
hasta los propios personajes acaban concluyendo con diálogos del tipo “Pero…
¿por qué no lo habéis dicho antes?” que parecen una broma de mal gusto para el
lector. Concluiremos también diciendo que se entiende como un mal menor que los
lápices de la miniserie se repartan entre dos dibujantes (lo ideal hubiese sido
sólo uno, pero también es cierto que hemos visto crossover similares donde
metían mano siete u ocho), si bien es un tanto incomprensible la elección de
Garrón para complementar al excelso Francis Yu, pues sus estilos son como la
noche y el día y, si bien no tiene malas maneras, la comparación entre ambos se
antoja como que Garrón es el “relleno” indispensable para que el otro pueda
cumplir con los plazos de entrega de, al menos, la mitad de ejemplares. En resumen:
uno de esos eventos para vender cómics (¿acaso no lo son todos?) que no
obstante tiene más puntos a su favor que en contra, quizás porque las
expectativas generadas a su alrededor no eran tampoco muy altas. Se agradece la
concreción, simplicidad y el buen uso de sus recursos. Se le echa en cara, por
el contrario… pues todo lo demás. Eso sí… seguiremos informando.
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