Buscar este blog

lunes, 31 de julio de 2017

Crítica de "EL BAR" (2017)


Año: 2017. Director: Álex de la Iglesia (“Acción mutante”). Guión: De la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría. Intérpretes: Blanca Suárez (“Perdiendo el norte”), Mario Casas (“Contratiempo”), Jaime Ordóñez (“Las brujas de Zugarramundi”), Secun de la Rosa (la serie “Aída”), Carmen Machi (“Ocho apellidos vascos”), Terele Pávez (“Los santos inocentes”), Joaquín Climent (“Los lunes al sol”), entre otros.
Sinopsis: los parroquianos de un bar cualquiera en el centro de Madrid se convierten de pronto en víctimas de un francotirador que dispara a todo aquel que salga del recinto. Así, la lucha por la supervivencia hará que poco a poco vaya saliendo lo peor de cada uno de ellos.

Crítica: vilipendiado por “Mi gran noche”, donde quizás su vena “freak” se pasó un poco de rosca y la narración coral la hacían algo irregular, De la Iglesia vuelve aquí a la senda de la España cañí, castiga y sazonada con su irreductible humor negro que tan buenos réditos le dio en, por ejemplo, “La comunidad”, quizás la cinta de su filmografía que más y mejor pudiera compararse con la que nos ocupa, por su retrato de una turba que tienen el objetivo común de salvar su propio pescuezo antes que el de cualquier otro. “El bar”, además, te mete en faena desde el primer minuto, y aunque pueda parecer meramente anecdótico, disfruta de haber llegado a las salas sin un tráiler “revienta-metrajes”, por lo que después de presentar la premisa argumental que todos conocemos antes de sentarnos ante la butaca, todo lo que acontece es una completa sorpresa y va desglosando matices mucho más ricos de lo que pudiese parecer en un principio. La camaradería, además, que se palpa entre los protagonistas (todos ellos habían trabajado en las últimas películas del director, y algunos como De la Rosa/Machi o Casas/Suárez también lo habían hecho previamente en series de televisión u otros largometrajes) traspasa la pantalla de manera viva y orgánica, tal cual pareciese en muchos momentos que estamos viendo una obra de teatro en lugar de un largometraje. Destacar, en este último sentido, a un habitual secundario como Jaime Ordóñez, que pide paso aquí a primera plana a base de puñetazos, en un personaje que en ocasiones recuerda al abuelo nudista o su nieto “heavy satánico” de la brillante “El día de la bestia”. En definitiva, una de las cintas más redondas y completas en la filmografía de su autor, que no sólo ha cristalizado su forma de ver la vida, sino que encima la ha depurado para que podamos seguir sintiéndola como “algo nuestro”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario