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martes, 15 de agosto de 2017

Crítica de "BATMAN: Yo soy suicida" (2017)


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Información editorial: reseña de “I Am Suicide”, segundo tomo recopilatorio de la nueva andadura “Rebirth” del Hombre Murciélago, que recopila los números originales de “Batman, Volumen 3, 9 al 15 USA”, editados por DC Comics entre diciembre de 2016 y marzo de 2017, obra de Tom King (guión), Miker Janin y Mitch Garads (dibujos). En España, ECC Ediciones los sacó al mercado entre los números 60/5 al 63/8 de la cabecera de “Batman”, entre abril y julio de este 2017.


Antecedentes: tal y como vimos en la anterior reseña, “Yo soy Gotham” (ver crítica), Tom King, guionista que ha llamado la atención del público con su trabajo para el sello Vértigo en “Sheriff of Babylon”, o en Marvel con “The Vision”, iniciaba su etapa con el Cruzado Enmascarado presentando a dos personajes que se autoproclamaban como héroes de su ciudad, bajo las identidades secretas de “Gotham” y “Gotham Girl”. Al final de la aventura, y debido a la manipulación del Psico-Pirata, el primero de ellos sucumbiría a sus bajos instintos y fallecería, con lo que Batman decidiría hacerse cargo de la chica, hermana del anterior y también afectada por fuertes pesadillas creadas por el Psico-Pirata.


Historia: la República Caribeña de Santa Prisca, fortificación de Bane (uno de los enemigos más letales del Caballero Oscuro) ha sido el lugar que el Psico-Pirata ha escogido para huir, tras lo acontecido en los hechos anteriores. Con el fin de lograr infiltrarse en la ciudadela con éxito, Batman no tiene más remedio que entrar en el Manicomio Arkahm y formar su propio “Escuadrón Suicida” junto a Selina Kyle/Catwoman, El Ventrílocuo y Tigre de Bronce. Y aunque la misión no es fácil, finalmente logran acceder al reino de Bane y… ¡un momento! ¿Será capaz Catwoman de traicionar a todo el equipo?


SPOILER: cuando Batman rechaza el ofrecimiento de Bane por someterse al influjo del Psico-Pirata y aliviarse de todos sus traumas, la lucha entre ambos se produce sin cuartel, y finalmente descubrimos que la traición de Selina sólo fue una medida de distracción, y tanto es así que aprovechará el momento propicio para entrar en la pelea y romperle la espalda a Bane de una patada, poniendo fin a la contienda. Ya de regreso a Gotham, y con la amenaza del Psico-Pirata detenida, Batman recuerda a Catwoman que debe entregarla a la justicia para acatar la pena de muerte que cae sobre ella debido a la acusación de haber matado a 237 personas, mediante una explosión que destruyó el orfanato donde ella se crió. Tras pasar una noche de amor y pasión, Catwoman huye, no sin antes hacerle partícipe de que ella no fue realmente la responsable de la detonación, sino una amiga de la infancia de quien se siente responsable.



Crítica: al igual que ocurriese con el arco anterior, tengo que fruncir un poco el ceño ante las luces y sombras que sigue presentando esta colección. Si bien el trabajo de King en cuanto a la caracterización de personajes es bastante buena y las premisas argumentales son, a priori, apetecibles de leer, en el núcleo de sus historias siguen habiendo bastantes cosas que no conjugan como deberían. En principal detalle a resaltar de la que nos ocupa es, precisamente, que el equipo que Batman forma con alguno de los componentes de su galería de villanos es, a la postre, tan inútil como innecesario. Será el Caballero Oscuro quien tenga que hacerlo todo, lo que implica enfrentarse a horas de cientos de hombres armados hasta los dientes (que, ya de por sí, es un poco surrealista). Todo ello, partiendo de la base que, en situaciones normales, habría intentado contar con la colaboración de otros compañeros más fiables como Nightwing o similares, pero bueno… Si la cosa es tan “peligrosa” como se nos intenta hacer creer, es lógico que el Cruzado Enmascarado no quiera poner las vidas de sus amigos en peligro (si bien en el pasado tampoco es que le haya importado mucho, la verdad), pero…. ¡coño, que hagan algo! De entrada, todo este concepto se me antoja más a un intento de conexión con los lectores recién llegados, debido a que la “Suicide Squad” y todo la que la rodea están de moda por el estreno el año pasado de la película. Aún y así, del experimento se salva Catwoman, a quien por fin King trata con el peso que se merece y le da el testigo de “novia perfecta” para el “caballero de Gotham”, si bien para que esto nos lleve a algún lugar debería seguir trabajando con el personaje en arcos sucesivos, y que no se quede en un “coitus interruptus” (aunque tranquilos, que ella y Bats SÍ “consuman” al final de penúltimo capítulo). Algo parecido pasa con “Gotham Girl”, personaje al que dije que me gustaría seguir viendo por el título pero que, a excepción de una página y pese a ser “la excusa” que da pie a la aventura… brilla por su ausencia en todo el arco. ¿En resumen? Que la etapa de King parece querer llegar a algún sitio… pero todavía no llega. Con todo, el siguiente gran arco de la serie lo ha titulado “I am Battle”. Eso puede ser anecdótico o puede que signifique algo. Lo digo porque el primero se llamó “I am Gotham”, el que nos ocupa es “I am Suicide”, y el próximo “I am Battle”. A lo mejor es una tontería eso de denominar cada historia como “I am Algo”, pero quizás haya un cuidadoso plan a largo plazo que enlace todos los arcos y cuya magnitud sólo pueda ser contemplada cuando todos se hayan publicado. Pudiera ser. De momento no es, desde luego, el inicio que Snyder & Capullo tuvieron en el anterior volumen, pese a que ya sé que las comparaciones son odiosas. Y por cierto, hablando de dibujantes, hemos perdido a David Finch, no sé si definitivamente. Nos quedamos, eso sí, con Janin, que parece querer mimetizarse un poco con el estilo del anterior y abrazar el trazo grueso. O quizás es consciente del estilo más oscuro que esta cabecera requiere. Al igual que con King… “alegre ma non troppo”. Esto es: que me gusta… pero a ratos. Me ha gustado mucho más en trabajos anteriores. Que duda cabe, no obstante, que seguiremos informando.

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