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martes, 29 de agosto de 2017

Crítica de "FUGA DE CEREBROS 2: AHORA EN HARVARD"


Año: 2011. Director: Carlos Theron (“Es por tu bien”… ver crítica). Intérpretes: Adrián Lastra (la serie “Velvet”), Patricia Montero (la serie “Los hombres de Paco”), Paula Prendes (la serie “Gran Hotel”), Gorka Lasaosa (la serie “Amar es para siempre”), Alberto Amarilla (“El camino de los ingleses”), Canco Rodriguez (la serie “Aída”), Pablo Penedo (“La mula”), El Langui (doble ganador del Goya por “El truco del manco”), David Hasselhoff (la serie “Los vigilantes de la playa”), Loles León (la serie “Aquí no hay quien viva”), Mariano Peña (la serie “Allí abajo”). Presupuesto: 3 millones de euros. Recaudación: 120 millones.


Sinopsis: Alfonso Carbajosa, el hermano de Emiio (Mario Casas) es ahora el protagonista de la película, que ha heredado tanto su idea del amor… como la panda de amigos anormales. A todos los despiden de un Carrefour el mismo día que Alfonso descubre que su enamorada, Saray, se va a Harvard con una beca. Como no podía ser menos, todos se irán de nuevo a un campus extranjero, aunque la novedad esta vez será que allí, Alfonso encontrará a Marta, la chica de la que se enamoró cuando era niño y a la que perdió la pista.


Crítica: estaba por ver si la secuela de la película más taquillera del cine español en 2009 podría superar la pérdida de dos pesos pesados como Mario Casas (“Grupo 7”) y la bellísima Amaia Salamanca (“Gran Hotel”). La solución de sus responsables es apostar por dos chicas en lugar de una, y dotar de mayor protagonismo a los secundarios de la anterior. Claro que… vamos, no es que ésta sea una película como para que nadie pueda lucirse. Gamberrada tras otra, mucho humor escatológico y (al contrario de lo que podría parecer) poco sexo, quizás con la vista puesta en el mercado internacional, que no están tan acostumbrados a los desnudos integrales como en las pelis españolas. Y bueno, respondiendo a la pregunta con la que empezábamos la crítica… ni una cosa ni otra. “Fuga de cerebros 2” no es mejor que su predecesora… pero tampoco es peor. Tiene una producción elogiable y una factura técnica muy competente, pero el guión es flojito y buscando la carcajada fácil, algo que no consigue casi en ningún momento. A eso se le añaden todos los tópicos posibles, como los distintos “ligues” que los protagonistas van encontrando o la boda del final que hay que sabotear a toda costa. Las dos chicas del cast están bien en sus roles, aunque la suma de las dos no consigue olvidar a Amaia, y Adrián Lastra (“Primos”) se limita a repetir el esquemático papel de Casas en la cinta original. El comentado cameo de Hasselhoff, por otra parte, sabe a poco y quien gana puntos es Canco Rodríguez, el “gitano”, aunque sólo sea porque por momentos consigue hacer olvidar su desternillante encarnación de “Barajas” en la serie de Telecinco “Aída”. En resumen: no es que “Fuga de cerebros 2” sea mala; para ser honestos, cumple con lo que se le presupone. Pero es muy, muy limitada. Se puede entender como una versión castiza de las comedias gamberras de una década atrás, como “American Pie” o “Road Trip”, pero más allá de la composición de sus personajes, que se pueden asociar con la tradición “picaresca” autóctona, le falta un sello propio que realmente termine de identificarla como “nuestra”. La que hoy reseñamos es una de esas películas que basa su efectividad en una sucesión de tópicos, chistes fáciles y malentendidos de manual, cuya acumulación, por simple inercia, acaba produciendo, dependiendo de cada uno, la carcajada burda o la sonrisa cómplice (en otros, empero, también la vergüenza ajena). En el criterio personal estará valorar qué es lo que prefiere.


Memorable: el papel de El Langui, mc del grupo de rap “La Excepción”. Sobre todo en el gag del parque, haciéndose pasar por homosexual. Pese a sus limitaciones físicas, y a día de hoy, es uno de los que más “tablas” ha ido cogiendo en nuestra industria del entretenimiento.


Mejorable: el sueño onírico con los copos de nieve cayendo sobre Lastra y Montero, desnudos. Todo lo bonito que tú quieras, pero no se entiende ni sirve para hacer creíble una relación que no llega a cuajar en el espectador.



Parafraseando: una de las animadoras acaba su ejercicio levantando la pierna ante las caras de los “loosers” hispanos, quienes no pueden dejar de fijarse en lo obvio: “A ésta le van a dar tres puntos de sutura en toda la cheesburguer”. 

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