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Información general:
reseña del arco “Trials of the Super Son”, publicado entre los números de “Superman,
volumen 4, 7 al 13 USA), por parte de la editorial DC Comics entre noviembre de
2016 y febrero de 2017, cortesía de Peter J. Tomasi y Patrick Gleason
(guiones), y Doug Mahnke, Jorge Jiménez y el propio Gleason (dibujos). En
España, ECC Ediciones, al igual que hizo con otras cabeceras, decidió utilizar
una doble numeración para continuar con la anterior y a la vez subrayar el
relanzamiento de toda la línea de DC Comics, de manera que la saga se encuentra
entre los números 60/5 al 62/7 de la cabecera “Superman”, a razón de dos
números norteamericanos por cada uno de su equivalente patrio, publicados entre
abril y junio de 2017, al precio de 3,25 euros el ejemplar
Antecedentes: tal
y como vimos en la reseña de “Hijo de Superman” (ver crítica), el Hombre de Acero que todos queríamos y amábamos
está de regreso en el Universo DC post-“The New 52”… ¡pero no viene solo! Esto
es así porque ahora vive en una humilde granja junto a su novia de toda la
vida, Lois Lane, y el hijo que tuvo con esta, Jonathan Samuel Kent. Los tres
pretendían vivir en el anonimato y completamente apartados de la vida
superheróica, pero los acontecimientos narrados en dicha saga atrajeron de
nuevo la atención de la opinión pública y la noticia de que Superman estaba de
vuelta corrió por todo el planeta como un reguero de pólvora. Así pues, Clark
no tendrá más remedio ahora que entrenar a su hijo para que aprenda a ser un “Superboy”
digno.
Historia: pronto,
Superman descubre que su nueva vida familiar es difícil de compaginar con su
alter ego como Hombre de Acero, y apenas puede pasar tiempo con Lois y
Jonathan, ni tan siquiera una tranquila noche en la feria. Días después,
intentando ayudar a su hijo para un proyecto de ciencias, ambos dos y su perro
Krypto acaban siendo transportados a una misteriosa isla con monstruos gigantes
y dinosaurios que se niegan a la extinción. Allí se topan con William Storm, el
único superviviente de “Los Perdedores”, que lleva atrapado en esa isla desde
la II Guerra Mundial y ni siquiera tenía constancia de que ésta había
finalizado. Gracias a su ayuda, Clark y Jonathan conseguirán regresar a la
Fortaleza de la Soledad, si bien Storm decide permanecer en la isla para evitar
que los monstruos escapen.
SPOILER: tras un
primer encontronazo con Robin (Damian Wayne, el hijo de Batman) y la nueva
NoBody (Maya Ducard, hija del anterior NoBody, a quien Damian asesinó en el
pasado), Batman y Superman deciden que por el bien de sus hijos, lo mejor que
pueden hacer es enseñarles a que sepan trabajar juntos, motivo por el que les
envían a una misión en la montaña para recuperar sus respectivos trajes,
secundados por NoBody y la “criatura dragón” Golliat, que es una suerte de
mascota para Damian. Finalmente, los chicos cumplen su cometido y son
bautizados por Alfred como… “¡los Super Hijos!”. Aún tendremos tiempo de
disfrutar de una aventura más, cuando Lois se ve sin querer metida de por medio
en una cacería de Frankenstein y su Novia, en pos de un alien buscado por media
galaxia y que responde al nombre de Kroog, que se camufla entre la comunidad
donde ahora residen Superman y su familia, haciéndose pasar por una humana. Después
de ayudar en la captura del invasor, Superman regresa a casa y contempla cómo
Jonathan ha caído rendido en la cama. Y es que… ¡son demasiadas aventuras para
un niño, por “Super” que sea!
Crítica: ya lo he
señalado en otras ocasiones, pero incidiré en ello una vez más: los fans somos
inconformistas por naturaleza y cambiamos de opinión con la misma facilidad que
de calzoncillos o bragas. Y es que, si en la reseña del primer arco argumental
de esta nueva andadura del “Super” destacaba que no me importaría que se
siguiese indagando en la vertiente “familiar” del kryptoniano… ¡tras la lectura
de estos números pienso exactamente lo contrario! A ver, tranquilos, no se me desmadren.
Este “nuevo” Hombre de Acero sigue teniendo ese espíritu “naif” que me atrapó
en los primeros números y que introducen un elmento fresco y novedoso en un
personaje tan anquilosado como el que nos ocupa. El problema es que uno se para
a pensar en que llevamos casi un año de andadura en la nueva colección… y
prácticamente no ha pasado nada. Además, el título parece más un tebeo de “Superboy”
que de su padre, y los dos números que comparte junto a Robin son un intento
descarado de vendernos la nueva serie que ambos protagonizan en este nuevo
universo “Rebirth”. Como colofón tenemos otros dos ejemplares donde se nos
presenta a Frankenstein y su Novia (de la cual, por cierto, ignoraba su
existencia), que son bastante prescindibles y no se me antojaban, a priori,
como caracteres que “casen” bien con un tipo como Superman. Vamos, que la
colección adolece de un gran villano que ponga a prueba al que, se presupone,
es el superhéroe más poderoso del Universo DC. Quizás en los próximos números
esa “sombra” que se deja ver por algunas viñetas y que parece estar tras los
monstruos con implantes cibernéticos, haga acto de presencia y resulte una
amenaza potente (por favor, que no sea Lex Luthor, sólo pido eso), pero de
momento a este Superman sólo le ha faltado ponerse a bajar gatitos de los
árboles como si fuese un simple bombero. Afortunadamente, el dibujo de cada
número sigue siendo tan espectacular como destaqué en la anterior reseña, y
esto hace que el título siga siendo sobresaliente, aunque sólo sea porque cada
plancha es una pequeña obra de arte. A poco que afinen un poco más con las
tramas y descubramos si realmente hay un plan a largo plazo con los personajes,
en lugar de estas “slices of life”, puede que “Superman” termine… ¡oh,
verbigracia!... de despegar del suelo y coger vuelo. Desde Orgullo Fan…
seguiremos informando.
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