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jueves, 17 de agosto de 2017

Crítica de "X-MEN BLUE: Lo más extraño"


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Información editorial: reseña de los números 1 al 6 USA del nuevo título “X-Men: Blue”, editados originalmente entre abril y junio de 2017 por Marvel Comics, obra de Clullen Bunn (guión), Jorge Molina, Ray-Anthony Height y Ramón Bachs (dibujos), y que en España empezaron a ser publicados por Panini Comics a partir del número 52/1 de la renombrada “Patrulla X: Azul”, a partir de agosto y a razón de dos números americanos por ejemplar, al precio de 4.25 euros.


Antecedentes: tras la guerra entre inhumanos y mutantes, Marvel decidió relanzar la lína de los “X-Men” bajo el epígrafe de “ResurrXion”, siendo su cabeza de lanza los equipos “Azul” y “Oro” (ver crítica). Mientras que ésta última recuperaba el espíritu noventero que imprimiesen en su día Chris Claremont y Jim Lee, “Blue” sigue los pasos del grupo original creado en los sesenta por Stan Lee y Jack Kirby, traídos desde el pasado hasta nuestros días para que las nuevas generaciones de mutantes comprueben con sus propios ojos cómo era el sueño primigenio de Xavier para la convivencia entre ellos y los humanos… y como lo han pervertido (ver crítica). Así, y toda vez que la posibilidad de regresar a su línea temporal parece haberse esfumado, el grupo liderado por Marvel Girl (la joven Jean Grey) y compuesto de Cíclope, Ángel, el Hombre de Hielo y la Bestia, inicia una nueva andadura en solitario buscando su propio lugar en el nuevo Universo Marvel.


Historia: tras una pelea contra Juggernaut y su compinche, Tom “El Negro” Cassidy, los X-Men regresan a su base para toparse con… ¡Magneto! Pero tranquilos, porque ahora el bueno de Erik Lesnherr es el mentor de los pupilos del Profesor X, y las misiones de los chicos consisten en algo tan sencillo y a la vez difícil como luchar contra mutantes que sigan suscitando el odio entre humanos y portadores del gen X. De esta manera, no tardarán en vérselas con un renacido Bastión y su horda de Centinelas, y con… ¿Lobezno?


SPOILER: el joven equipo de mutantes acuden a la aparición de una snueva signatura señalada por Cerebro y es así como topan con un amnésico Jimmy Hudson (el hijo de Lubezno del “Universo Ultimate”). La aventura, posteriormente, les llevará a luchar contra los nuevos Merodeadores, equipo formado por las versiones alternativas de Mercurio, Mach II, Armadura y Guradian, quienes reclaman a Jimmy como miembro de su equipo, y a las órdenes de Miss Siniestro. La propia Siniestro hará acto de presencia durante la contienda para confirmar que está reclutando mutantes de distintas líneas temporales, y terminará presagiando un aciago futuro para Jean, antes de ordenar a sus Merodeadores que se retiren, permitiendo que Jimmy se quede con los “X-Men”. De esta manera, con un miembro más, los chicos se acaban instalando en la isla de Madripur, donde posteriormente deberán luchar contra los “Rakhsa”, un grupo que actúa inspirado por el Lobezno original. Al margen de estos acontecimientos, lo que los jóvenes no saben es que su supuesto mentor, Magneto, parece estar construyendo una máquina del tiempo para devolverlos a su línea temporal original.



Crítica: si os soy sincero, no tenía ninguna fe en este título cuando supe que Cullen Bunn iba a ser su guionista. El escritor había demostrado ser un dialoguista penoso, hasta límites de vergüenza ajena, y hasta la fecha no había escrito nada que, en líneas generales, pudiera considerarse como destacable. Puede que “X-Men: Blue” sea esa obra que le demandábamos. De entrada, ya es bastante significativo el hecho de que un equipo tan “demodé” como los X-Men originales acaben siendo un reflejo de la lucha de las minorías (que fue el precepto seguido en su día por Lee & Kirby, si bien curiosamente no incluyeron a ningún miembro representantes de tales etnias en la formación). Ahora, no sólo Jean Grey es una líder feminista fuerte, sino que el quinteto (hasta la llegada de Jimmy Hudson) también suma entre sus filas a un personaje de orientación homosexual (Bobby Drake, el Hombre de hIelo, por si hay algún despistado que todavía no lo sabía). Efectivamente, los detractores podrán decir que ninguna de estas dos revalidas son mérito de Bunn, sino que las “heredó” de las etapas anteriores, pero es asombroso cómo estos cambios en los caracteres clásicos se ven conjugados aquí de forma divertida, original y orgánica. Sin duda, se sienten mucho más “reales” y dignos de la franquicia que sus hermanos del equipo “Oro”. Incluso la recuperación de anquilosados parámetros como la inclusión en el equipo de un Lobezno sin memoria y el consiguiente triángulo amoroso que se establece entre éste, Cíclope y Jean Grey, se antojan ahora como algo que, lejos de estar pasado de moda, nos recupera el espíritu de la serie original. Por no decir que ahora dicho “triángulo” es más bien un “cuadrado” o un “pentágono”, ya que el resto de compañeros de Marvel Girl (a excepción del mencionado Drake, lógicamente) parecen estar encandilados por la chica. ¡Y cómo no estarlo! La evidencia de que las dinámicas de grupo son el punto fuerte de esta cabecera la encontramos también en los piques entre Scott y Hunak por el uso que éste último hace de la magia, o la buena sintonía de la propia Bestia con el Hombre de Hielo, y sus bromas incansables en medio de las batallas. Y, si alguno pudiera pensar que Magneto, personaje fetiche del guionista, iba a restarle protagonismo a los jóvenes de la colección, también se equivocaba. El Amo del Magnetismo tiene un papel relevante en el título y sus planes en la sombra nos tienen en vilo, pero sus intervenciones hasta la fecha son contadas. Sin duda, Bunn ha aprendido por fin los mecanismos del oficio. Punto y aparte sería el tema de la doble aparición mensual de la serie, que lastra un poco el ritmo, por tanto en cuanto es evidente que el escritor tiene que meter más “relleno” en la historia troncal que tiene para con el grupo, pero bueno… es la moda imperante tanto en Marvel como en DC Comics, esto de sacar sus cabeceras de manera quincenal, y en todos los casos el resultado es el mismo. Mención especial merece el arte de Jorge Molina. Mientras que su trabajo en la franquicia de “Star Wars” parecía un tanto encorsetado por la obligatoriedad de asemejarse a los homólogos de la pantalla grande, se nota que aquí siente la libertad para explotar su estilo en un mundo más colorido y superheróico, con cierta semejanza, diría yo, al Alan Davis de sus buenos tiempos. Es obvio que el trabajo del dibujante mexicano es uno de los alicientes de la colección, y la principal duda es si la alternancia en los lápices con otros dibujantes mermarán el resultado final del mismo, pues ya en el número que cierra esta reseña, su sustitución por Ray-Anthony Height denotan un claro cambio en el tono visual (a peor), que afortunadamente el español Ramón Bachs consigue suplir en sus páginas. Con todo, la valoración final es más que positiva y convierten a “X-Men: Blue” en la serie mutante que a día de hoy debes seguir. Y desde Orgullo Fan… ¡seguiremos informando!

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