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Información editorial:
reseña de los números 1 al 6 USA del nuevo título “X-Men: Blue”, editados
originalmente entre abril y junio de 2017 por Marvel Comics, obra de Clullen
Bunn (guión), Jorge Molina, Ray-Anthony Height y Ramón Bachs (dibujos), y que
en España empezaron a ser publicados por Panini Comics a partir del número 52/1
de la renombrada “Patrulla X: Azul”, a partir de agosto y a razón de dos
números americanos por ejemplar, al precio de 4.25 euros.
Antecedentes:
tras la guerra entre inhumanos y mutantes, Marvel decidió relanzar la lína de
los “X-Men” bajo el epígrafe de “ResurrXion”, siendo su cabeza de lanza los
equipos “Azul” y “Oro” (ver crítica).
Mientras que ésta última recuperaba el espíritu noventero que imprimiesen en su
día Chris Claremont y Jim Lee, “Blue” sigue los pasos del grupo original creado
en los sesenta por Stan Lee y Jack Kirby, traídos desde el pasado hasta
nuestros días para que las nuevas generaciones de mutantes comprueben con sus
propios ojos cómo era el sueño primigenio de Xavier para la convivencia entre
ellos y los humanos… y como lo han pervertido (ver crítica). Así, y toda vez que la posibilidad de regresar a su
línea temporal parece haberse esfumado, el grupo liderado por Marvel Girl (la joven
Jean Grey) y compuesto de Cíclope, Ángel, el Hombre de Hielo y la Bestia,
inicia una nueva andadura en solitario buscando su propio lugar en el nuevo
Universo Marvel.
Historia: tras
una pelea contra Juggernaut y su compinche, Tom “El Negro” Cassidy, los X-Men
regresan a su base para toparse con… ¡Magneto! Pero tranquilos, porque ahora el
bueno de Erik Lesnherr es el mentor de los pupilos del Profesor X, y las
misiones de los chicos consisten en algo tan sencillo y a la vez difícil como
luchar contra mutantes que sigan suscitando el odio entre humanos y portadores
del gen X. De esta manera, no tardarán en vérselas con un renacido Bastión y su
horda de Centinelas, y con… ¿Lobezno?
SPOILER: el joven
equipo de mutantes acuden a la aparición de una snueva signatura señalada por
Cerebro y es así como topan con un amnésico Jimmy Hudson (el hijo de Lubezno
del “Universo Ultimate”). La aventura, posteriormente, les llevará a luchar
contra los nuevos Merodeadores, equipo formado por las versiones alternativas
de Mercurio, Mach II, Armadura y Guradian, quienes reclaman a Jimmy como
miembro de su equipo, y a las órdenes de Miss Siniestro. La propia Siniestro
hará acto de presencia durante la contienda para confirmar que está reclutando
mutantes de distintas líneas temporales, y terminará presagiando un aciago
futuro para Jean, antes de ordenar a sus Merodeadores que se retiren,
permitiendo que Jimmy se quede con los “X-Men”. De esta manera, con un miembro
más, los chicos se acaban instalando en la isla de Madripur, donde
posteriormente deberán luchar contra los “Rakhsa”, un grupo que actúa inspirado
por el Lobezno original. Al margen de estos acontecimientos, lo que los jóvenes
no saben es que su supuesto mentor, Magneto, parece estar construyendo una
máquina del tiempo para devolverlos a su línea temporal original.
Crítica: si os
soy sincero, no tenía ninguna fe en este título cuando supe que Cullen Bunn iba
a ser su guionista. El escritor había demostrado ser un dialoguista penoso,
hasta límites de vergüenza ajena, y hasta la fecha no había escrito nada que,
en líneas generales, pudiera considerarse como destacable. Puede que “X-Men:
Blue” sea esa obra que le demandábamos. De entrada, ya es bastante
significativo el hecho de que un equipo tan “demodé” como los X-Men originales
acaben siendo un reflejo de la lucha de las minorías (que fue el precepto
seguido en su día por Lee & Kirby, si bien curiosamente no incluyeron a
ningún miembro representantes de tales etnias en la formación). Ahora, no sólo
Jean Grey es una líder feminista fuerte, sino que el quinteto (hasta la llegada
de Jimmy Hudson) también suma entre sus filas a un personaje de orientación
homosexual (Bobby Drake, el Hombre de hIelo, por si hay algún despistado que
todavía no lo sabía). Efectivamente, los detractores podrán decir que ninguna de
estas dos revalidas son mérito de Bunn, sino que las “heredó” de las etapas
anteriores, pero es asombroso cómo estos cambios en los caracteres clásicos se
ven conjugados aquí de forma divertida, original y orgánica. Sin duda, se
sienten mucho más “reales” y dignos de la franquicia que sus hermanos del
equipo “Oro”. Incluso la recuperación de anquilosados parámetros como la
inclusión en el equipo de un Lobezno sin memoria y el consiguiente triángulo
amoroso que se establece entre éste, Cíclope y Jean Grey, se antojan ahora como
algo que, lejos de estar pasado de moda, nos recupera el espíritu de la serie
original. Por no decir que ahora dicho “triángulo” es más bien un “cuadrado” o
un “pentágono”, ya que el resto de compañeros de Marvel Girl (a excepción del
mencionado Drake, lógicamente) parecen estar encandilados por la chica. ¡Y cómo
no estarlo! La evidencia de que las dinámicas de grupo son el punto fuerte de
esta cabecera la encontramos también en los piques entre Scott y Hunak por el
uso que éste último hace de la magia, o la buena sintonía de la propia Bestia
con el Hombre de Hielo, y sus bromas incansables en medio de las batallas. Y,
si alguno pudiera pensar que Magneto, personaje fetiche del guionista, iba a
restarle protagonismo a los jóvenes de la colección, también se equivocaba. El Amo
del Magnetismo tiene un papel relevante en el título y sus planes en la sombra
nos tienen en vilo, pero sus intervenciones hasta la fecha son contadas. Sin
duda, Bunn ha aprendido por fin los mecanismos del oficio. Punto y aparte sería
el tema de la doble aparición mensual de la serie, que lastra un poco el ritmo,
por tanto en cuanto es evidente que el escritor tiene que meter más “relleno”
en la historia troncal que tiene para con el grupo, pero bueno… es la moda
imperante tanto en Marvel como en DC Comics, esto de sacar sus cabeceras de
manera quincenal, y en todos los casos el resultado es el mismo. Mención especial
merece el arte de Jorge Molina. Mientras que su trabajo en la franquicia de “Star
Wars” parecía un tanto encorsetado por la obligatoriedad de asemejarse a los
homólogos de la pantalla grande, se nota que aquí siente la libertad para
explotar su estilo en un mundo más colorido y superheróico, con cierta
semejanza, diría yo, al Alan Davis de sus buenos tiempos. Es obvio que el
trabajo del dibujante mexicano es uno de los alicientes de la colección, y la
principal duda es si la alternancia en los lápices con otros dibujantes
mermarán el resultado final del mismo, pues ya en el número que cierra esta
reseña, su sustitución por Ray-Anthony Height denotan un claro cambio en el
tono visual (a peor), que afortunadamente el español Ramón Bachs consigue
suplir en sus páginas. Con todo, la valoración final es más que positiva y
convierten a “X-Men: Blue” en la serie mutante que a día de hoy debes seguir. Y
desde Orgullo Fan… ¡seguiremos informando!
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